El secreto del Alfa

Capítulo XXVIII: Reuniones

Nos encontrábamos en la entrada del castillo de Cuxem, esperando a nuestros invitados, los cuales se hospedarían durante una o dos semanas para ponernos de acuerdo sobre el ataque hacia Derian, nunca imagine estar en una revolución o algo parecido aunque claro sé que seré un tercero y no participare demasiado o al menos eso fue lo que planea Richard.

Observamos como el carruaje blanco con detalles en dorado se posicionaba frente a nosotros, del vehículo bajo primero Hugo, tenía su cabello pelirrojo alborotado y parecía estar mareado pero eso no impidió que ayudara  Celestia a bajar del carruaje que por cierto  lucía un elegante vestido rosa mexicano, era ajustado en la parte de arriba y la falta era algo abultada; su largo cabello blanco lo llevaba en ondas y su maquillaje era muy delicado y natural.

– ¡Vaya comité de bienvenida!– doy un salto por el susto al escuchar el grito de Erick en mi oído. – ¿Cómo estás pajarito?

– ¡Tonto!– exclame enojada mientras me alejaba de él– me asustaste.

–pobre bebe. –contesto Erick riéndose de semejante salto que di. –Hola compa.

Saludo Erick a Richard dándole una palmada en su hombro derecho, en tanto Celestia y Hugo se acercaron, de inmediato sentí unos brazos delgados rodeándome y un perfume bastante extravagante y supe que era Celestia.

– ¿Cómo estas querida?– se separó de mí y me vio con ojos preocupados.

–Bien, gracias Celestia. – dije extrañada.

–Bienvenidos– saludo Richard a todos en general. – espero que disfruten su estancia en Cuxem y que sea lo más lacónica posible.

–Eres un amargado, hermano–dijo Milo a Richard ante su disgusto de tener invitados en su castillo.

–Habrá una cena de bienvenida– explique mientras entrabamos al castillo– Y una vez que hayan llegado los aliados de Erick daremos un baile.

–Ya hablas como toda una Luna, querida– susurro Celestia a mi lado– pero mereces más que ser una organizadora.

–Espero que la cena de hoy sea exquisita, soy de gustos muy… peculiares– dijo Hugo con una sonrisa coqueta.

–Teniendo hambre te comes un puerco crudo– Erick se burló del pelirrojo y paro a medio pasillo viendo algunas pinturas que colgaban en la pared– Richard hace falta un cuadro de Aurora.

–Prefiero guardarme las pinturas de mi Luna y no que unos ojos cualquiera la contemplen– mi mate contesto con parsimonia para después voltear a verme con una pequeña sonrisa– Aurora les enseñara sus habitaciones, tengo asuntos que atender, vamos Milo.

Richard se acercó a mí, se inclinó un poco y me dio pequeño y rápido beso en los labios.

Continuamos el recorrido hasta llegar a la tercera planta, que es la zona de invitados que casi nunca se usa, dejamos a Hugo y a Erick en sus habitaciones y quedamos Celestia y yo solas aunque eso no duro demasiado tiempo.

–Liam– susurra Celestia viendo al primo de mi mate caminando por el pasillo. – ¡Liam!

Observe como Liam trato de ignorarla pero cuando vio que Celestia se fue acercando a él no le quedo de otra más que esperarla, pasados unos minutos vi que no tenía fin su plática por lo que le digo a Liam cual es la habitación de su pareja para posteriormente despedirme de ellos.

 

–ya te lo dije vampiro, mi mujer no va a participar– dijo Richard desde su escritorio viendo con enojo a Enys, para el lobo el vampiro ya se estaba pasando de listo, usar a su Luna como arma contra Derian ¿en que pesaba? Habían pasado años para encontrarla y cuando la encontró la tuvo que dejar ir por su bienestar no la iba a exponer– Ponte en mis zapatos…

–Y tu ponte en los míos– Enys interrumpió al lobo arto de tanta sobreprotección hacia la pelirroja– Estuve dos siglos encerrado en la cripta, me despojaron de mi tierra, mi poder, mi gente, Aurora ya no es una niña.

–apenas tiene dieciocho años, es todavía muy joven.

–pero eso no piensas cuando te la coges o ¿sí? O cuando la dejaste embarazada– en cuanto esas palabras salieron de la boca de Enys este se arrepintió al instante mientras que Richard se levantó con celeridad golpeando el escritorio con fuerza.

–Fuera– murmuro Richard tratando de armar una escena, Enys levanto las palmas de sus manos en son de paz pero no se iba– ¡fuera, carajo! Te abro las puertas de mi corte, te doy mi ejército, mi apoyo incondicional a pesar de que has estado manipulando a mi Luna ¿y así me lo agradeces?

–Le pido una disculpa Alfa Ross.

– ¿Qué sucede?– la cabeza de Aurora se asomó por la puerta, esta les lanzo una mirada preocupada a los dos hombres y entro de lleno al despacho de su mate– ¿está todo bien?

–Todo en orden pajarito– Richard soltó un gruñido ante el mote cariñoso con el que se dirigía Enys a su Luna– ¿la cena esta lista? No es que mi dieta me permita comer vegetables pero una buena copa de vino la acepto con todo gusto.

–Hace unas horas mataron a un cordero, les pedí que guardaran la sangre– dijo Aurora con una pequeña sonrisa– espero que sea de tu agrado o puedo conseguir algo más, la cena es a las 8:00 pm




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.