El secreto del Alfa

Capítulo XXXIII: Escudos y rejas

–Necesitamos abrir la reja– explico Vladimir a Jeremy y Richard– la mitad de mi ejército está esperando a que entremos a la ciudad y la otra mitad está bajo el castillo.

–En ese caso tenemos que pasar a todo el ejército de Derian– dijo Jeremy viendo el mapa sobre la mesa.

–Necesitamos ser analíticos y rápidos– dijo Richard viendo a Vladimir– no tenemos mucho tiempo y tenemos que ir por mi Luna, haremos un pequeño grupo, uno que conozca bien el castillo para poder infiltrarse en él. Llama a Rowina y a Celestia tengo una idea.

–Espero que sepas lo que haces Ross– dijo Jeremy una vez que vio salir al vampiro después de concretar el plan de ataque.

Ambos licántropos se miraron fijamente, se conocían desde niños y nadie podía tener el privilegio de tener la confianza que ellos habían tomado con el paso de los años. Se conocían tan bien que Jeremy sabía que su Alfa estaba nervioso e inseguro y ¿Quién no estaría así? Richard nunca había estado en una guerra ni siquiera su padre.

–Es normal que te sientas así– añadió Jeremy posando una mano en el hombro de su amigo– asumiste una responsabilidad que no era tuya. –Asumí la responsabilidad que me dio mi Luna y no debo sentirme así soy el Alfa de Cuxem no puedo darme el privilegio de tener miedo y menos ahora. – El Alfa se alejó de su beta y soltó un suspiro de frustración– Tenemos que ganar cueste lo que cueste, así que prepara a nuestro ejército porque esto pronto comenzara.

–Suerte Richard– se despidió Jeremy de su amigo y líder.

–saldremos de esta rubio oxigenado.

Richard salió de su tienda, el cuerpo humano comenzó a crujir y a romperse, las manos y los pies comenzaron a crecer junto con las uñas y a lo largo y ancho del cuerpo de Richard salió pelo espeso y negro, lo único que quedo de su parte humana fueron sus ojos verdes.

Todos los lobos debían portar una armadura forjada en oro, los detalles en ella era lo que diferenciaba el rango de cada lobo, por lo que la armadura de Richard era más pesada y tenía un sinfín de símbolos junto con unos rubíes en ella dando a demostrar que era el líder de toda la manada.

Richard camino entre todos los contingentes del ejército, todos lo miraban con respeto incluyendo a brujas, hadas y demonios; el lobo llego hasta donde se encontraba Vladimir, este también llevaba una armadura con dos lobos dibujados en el pecho en símbolo de respeto al apoyo de los licántropos.

–Hoy ha pasado lo imaginable– comenzó a decir Vladimir con voz fuerte hacia todos los guerreros– Ha ocurrido lo que siempre quiso el Alfa Gustav… unirnos, mi fiel y gran amigo siempre quiso esto no solo estamos lobos y vampiros, sino hay hadas, brujas y por inimaginable que sea se nos unieron demonios, la especie más rebelde de todas.

<<agradezco que estén todos aquí, ya sea por juramento o por honor, hablo no solo por mí, sino también por el Alfa Ross aquí a mi lado, que esta lucha no será en vano, mañana a primera hora el trono ya no será de Derian<<

Posteriormente de eso los lobos aullaron hacia las dos lunas, las hadas lanzaron luces verdes hacia el cielo, los demonios gritaron y las brujas lanzaron luces moradas.

– ¡Ataquen! – grito Vladimir blandiendo su espada.

 

 

Aurora

Desde donde estaba podía observar como el ejército de Vladimir y de Richard avanzaba por el campo de batalla, el ejército de Derian se mostraba impasible esperando el ataque de su contrincante.

Cuando el primer contingente estuvo lo suficientemente cerca, los vampiros iniciaron sus ataque, pero no atacaron por tierra si no que desde las murallas del castillo los vampiros lanzaban plata liquida hacia los licántropos más rápidos estos por consiguiente comenzaron a quemarse.

Tuve que pensar rápido, los vampiros que lanzaban la plata no estaban lejos de mí, de hecho ellos estaban hasta arriba en las torres mientras yo estaba un piso debajo de ellos.

Fui realista no podría con tantos, por más poderes que tuviera agotaría toda mi energía y esto apenas comenzaba, no podía darme ese lujo así que hice otra cosa, busque el primer balcón, la batalla estaba frente a mí.

Cerré fuertemente mis ojos, pensé en lo que aspiraba hacer y lo que quería proteger, esto solo lo había hecho una vez y fue solo contra Derian protegiéndome solo a mí, esta vez tenía que expedirme a lo largo y ancho de la batalla, tenía miedo y nervios pero me interesaba más proteger a los que amaba y al ejercito frente a mí. Junte mis manos en mi pecho, sentí como el poder se acumulaba en mi pecho, seguía por mis brazos hasta llegar a mis manos, escuchaba los gritos de mis guerreros y también escuche el mío cuando extendí mis brazos a los lados soltando el campo de fuerza.

Abrí mis ojos y solté un suspiro de agotamiento. La guerra se detuvo por un minuto, los lobos se sorprendían al ver que la plata se detenía donde comenzaba el campo de fuerza y fue ahí cuando lo vi. Era Richard con su armadura de oro hasta adelante, nos vimos fijamente cuando mi mate comenzó a aullar consiguiendo motivar a sus guerreros a avanzar.




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