El Secreto del Alfa

Capítulo 20: De regreso a casa

1 año después...

Cierro los ojos mientras siento como una venda cubre mis ojos y ahora solo puedo sentir la tela suave y de color negro que bloquea mi vista; me quedo en mi lugar sin mover tan solo un dedo, el miedo ha desaparecido y la confianza reaparece cuando no tengo necesidad de volver a nombrar a alguien para saber si se encuentra conmigo.

El silencio invade toda la habitación y soy capaz de alojar mis pensamientos en lo más profundo de mi mente mientras que dejo que mis sentidos sean los únicos que se apropien de mis movimientos inconscientes.

Un sonido demasiado suave y rápido es contemplado por mi oído, haciendo que pronto me haga a un lado y mi cuerpo empiece a ponerse en una postura defensiva. De nuevo me muevo hacia un lado al haber sentido una pequeña ventisca de aire rozar mis brazos, pronto doy unos pasos hacia atrás en saltos y bloqueo un ataque que ejerció mucha fuerza al golpear el suelo y estar retumbar un sonido como si se hubiera llegado a romper la madera.

—Concéntrate en los ataques—empieza a tratarme con aspereza.

De nuevo salto al sentir como casi golpea mi pie pero no me queda tiempo de reaccionar para correr porque siento como el instrumento que está ocupando para darme un golpe empieza a pasar de un lado hacia el otro por mi cuerpo, apenas puedo esquivar los ataques y a la vez de moverme en curvas para poder evitar el rocé o el contacto con el arma; aún no puedo distinguir el material del arma, solo tengo en mente que es ligero y delgado, así que es posible que esté ocupando...

— ¿Espadas gancho?—le pregunto.

No me queda tiempo de escuchar una respuesta cuando pronto dejo ir un gruñido cuando la espada pasa en frente de mí, casi roza mi nariz y estoy segura que si no hubiera dado una pirueta hacia atrás, es posible que me hubiera cortado la punta de la nariz.

Empiezo a pensar en alguna forma para quitarle las armas mientras se distrae en atacarme, es posible que si no concentro mi mente y mi cuerpo a la vez, reciba una herida grave y no creo que sea buena idea que mis padres descubran que aparecí con una herida de espada en esta semana.

Es posible que pueda atrapar sus muñecas cuando alce los brazos cuando quiera herirme con la espalda, pero debo de ingeniármelas muy bien para tomarlas, porque en un golpe en vano o en una ligereza en donde él pueda reaccionar a mi plan, pueda ser que me corte las manos; así que mientras intento volver a acercarme a él, puedo sentir como gruñe pesado al empezar a respirar rápido, así que me atrevo a ser la primera en intentar atacarlo y cuando calculo que estoy a unos centímetros cerca de su cuerpo, me deslizo en el suelo y paso por debajo de sus piernas en donde en un saltó lo sorprendo al sentir como empieza a darse la vuelta, de nuevo me agacho para evitar la espada que pudo atravesarme el estómago, es aquí en donde tomo la oportunidad de levantarme y tomar sus muñecas, así como lo había llegado a presentir con mis sentidos.

Me cuelgo de sus muñecas y le doy una patada en su pecho que provoco que se hiciera hacía atrás, de nuevo aprovecho la oportunidad de sacar de mis botas un puñal toledano, sin saber si la puntería será perfecta y terminará él por esquivarla, al final termino por tirársela.

Un gruñido sale de él y es la fuente que me confirma que al final tuve buena puntería, así que quitándome la venda de los ojos, busco a Kilian con la mirada y observo como se quita el puñal de la cadera. La sangre empieza a brotar de él, pero por las veces que hemos entrenado en batallas, ya no es una novedad en que deba de asustarme, así que solo observo como se quita la camisa y pronto va por un remedio que lo deja ir en una toalla pequeña blanca, le pone un poco de líquido y no tarda en dejar ir un gruñido cuando la deja en la herida.

—Casi me cortas la cara—ríe él.

— ¿En serio lo dice el que estuvo a punto de cortarme la nariz?—digo bromeando.

—Debes de ser más persistente—suspiro abrumada por su comentario—pero has mejorado últimamente con tus sentidos, ataques y concentración. —Comenta. — ¿Cómo manejaste hoy el equilibrio mental?

—Mejor, pero estuve a punto de perderme un poco cuando me entere que estabas ocupando las espadas gancho. —Miré ambos objetos que ya se encuentran en el suelo.

—Sabes que no puedes perder el equilibrio, un segundo lo pierdes y pueden cortarte el cuello. —Asiento.

Agarro una botella de agua y empiezo a ver el suelo de madera de la cabaña, parece que Kilian fue un poco agresivo al querer golpearme, pero no me quejo cuando él tiene razón en que debo defenderme mejor cuando me encuentre un assasin o un cazador, ya que ambos no tendrán piedad de mí y si quiero salir viva, es mejor que no pierda el movimiento de como llevo mi entrenamiento, además, si fuese un hombre lobo, debo de encontrarme a un nivel más ligero y resistente, ya que me doblegara en muchos sentidos y es posible que en un ataque pueda dejarme noqueada al punto de ser mordida o devorada.




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