Adolorida me despierto siendo consciente que no estoy en mi casa, abro los ojos y estos fallan al principio al ver nublado y todo moviéndose de un lado a otro; sé que estoy en un bosque pero no sé cuál, además es probable que sea de madrugada porque el cielo se mantiene oscuro. Me levanto y me toco la cabeza notando que mis dedos terminan por mancharse de un líquido viscoso que pronto me doy cuenta que es mi sangre.
Suspiro e intento averiguar dónde estoy pero no mis oportunidades de buscar una salida segura se acaban con el sonido de unos pasos ir muy rápido y luego de un aullido que aclara mi mente al recordar a la bestia.
Mis sentidos de supervivencia se avivan y empiezo a correr a pesar que me encuentre demasiado débil...
No dejo de correr mientras esquivo cada tronco de un árbol caído, de cada piedra que obstaculizaría mi camino y de cama rama que sin considerarlo, golpeará mi rostro logrando que me detenga. No miro hacia atrás porque la terrible idea de hacerlo pueda provocar que choque con algo que tenga próximamente en frente, eso sin añadir, del oscuro bosque en que me encuentro sin saber si aquella bestia es la que me ha traído acá para asesinarme.
Mis pies empiezan a doler y el corazón está por salirse de mi pecho; no había temido por mi vida desde hace ya un año pero ahora es impredecible decir que es lo que me pueda suceder si solo busco un lugar para esconderme y quedarme el resto de la noche allí sin ser encontrada. En mis alrededores no veo más que árboles y arbustos, no puedo saber si estoy cerca de una carretera o ciudad, simplemente ahora no me puedo dar el privilegio de detenerme y averiguarlo.
Un estruendoso rugido me hace caer al suelo al perder el equilibrio en el momento en que la tierra empezó a temblar; intento levantarme pero mis oídos se agudizan y la cabeza comienza a dolerme, no comprendo que es lo que me sucede en aquel instante pero soy incapaz de poder recomponerme rápido y en vez de eso, termino por sostenerme de un árbol mientras espero que el dolor pase.
Gruño mientras me apoyo en el árbol, varias gotas de sudor se deslizan por los extremos de mi rostro y mi frente, intento poder recuperarme pero la sincronía que antes he llevado la he perdido con solo escuchar aquel horrible ruido que ahora se ha convertido en más que un aullido desgarrador.
Abro los ojos para intentar caminar y así ir aligerando el paso nuevamente; buscaría alguna cueva o refugiarme entre algún lugar que me mantenga a salvo pero no veo ni una señal de algo que pueda servirme; escucho unos pasos y no tardo en volver a correr a pesar que la cabeza está a punto de explotarme.
Los pasos se vuelven ligeros y cercanos, tanto que casi los puedo sentir al pisar mis talones. En ese momento me doy la vuelta y veo una sombra oscura con unos ojos rojos correr hasta mí, intento moverme de un lado hacia el otro para que no pueda atraparme pero no me es indiferente saber que pronto me alcanzara al tener más velocidad y agilidad por su sobrenaturalidad en comparación al ser ordinaria.
Dejo de verlo y como exactamente había dicho hace un momento, tuve que detenerme un segundo porque estuve a punto de chocar con un árbol, un segundo que basto para alcanzarme y un segundo para tirarse encima de mí y dejar ir un gran gruñido que erizo mi piel.
Mi cuerpo se petrifico al ver sus enormes dientes y esos ojos que marcan su transformación; su respiración cae en mi rostro y por una vez en la vida deseé tener en mis manos, mis armas para estas ocasiones.
***
3 Horas antes del ataque...
Le doy una mirada a Caden mientras que él sigue observando unas fotografías que le han enviado a su correo, al parecer muchas de ellas son acerca de la expedición que una parte de su manada hizo en las alcantarillas de Portland, en donde encontraron diferentes artefactos que han llamado la atención de los hombres lobo, entre ellos: unas cadenas gruesas, unas linternas, unas jaulas, ropa rasgada y unos tubos en donde se evidenciaba una mordida letal, sin añadir a la lista los rasguños en las paredes y gotas de sangre.
No es algo de lo que ellos deban preocuparse pero si para ponerse a alerta luego de saber que pueden tener unas pistas del alfa que últimamente ha estado mordiendo a todos aquellos humanos en Portland, aunque por un lado, ellos creen que todas esas personas no solo son provenientes de Oregón, sino que también de lo que podría ser otras ciudades.
A pesar de obtener esas evidencias, aun no existe un objetivo por el que el alfa comenzó a morder a esas personas pero tampoco existe una razón por la que hace unos meses dejó de hacerlo; lo más conveniente que ellos han creído, como también, pensado que ha sido porque debe de estar reclutando o formando una manada, pero siendo sincera, aún no le han dado una respuesta a ello, pero es la alternativa más segura que tienen.
—Si sigues mirándome no puedo concentrarme -ambos reímos.
Gire mi rostro para ver hacia la ventana, aún sigo sin creerme que él me haya pedido matrimonio, a pesar que no hemos acordado aún una fecha, sé por una parte lo que significara todo eso cuando llegue su momento, no solo hace mención en dejar mi hogar, mi vida como persona ordinaria o hasta pretender en buscar un nuevo trabajo para sobrevivir pero de cierta forma, ya no será así del todo; sigo pensando en cómo será la vida de un hombre lobo, porque aunque me abstenga a no querer creer en lo que dice Caden, a veces tiene una cierta lógica.