| Caden |
Apenas llego a mi manada cuando me doy cuenta que todo el lugar se encuentra hecho un caos, primeramente porque veo como varios guerreros beta siguen encargándose de los cuerpos de los assasin muertos y por consiguiente, de cómo muchas familiar se consuelan entre sí luego de la mala experiencia que han vivido; por el reporte que he recibido una vez que llegué me di cuenta que aunque se haya hecho todo lo posible para defendernos de esos asesinos, al final, termino siendo lo mismo, al darme cuenta de que perdimos unos cuantos hombres y mujeres lobo durante la lucha.
Lo único que necesito es regresar a casa para asegurarme de que todo se encuentra bien, ya que aún no he tenido ni una noticia de mi familia por lo que eso me ha vuelto impaciente, añadiendo que, tampoco me han comentado algo sobre Gemma y es otro asunto del que me debo de preocupar ya que ella puede ser la más vulnerable de todos cuando ni siquiera sabe defenderse de los assasin como se debería.
Estoy a unos metros de llegar a mi hogar cuando a lo lejos mis oídos perciben ciertos murmullos muy bajos de los que coinciden con mi padre y unos guerreros, eso sin decir que, mi olfato ya ha detectado el singular olor a sangre y desde luego eso es lo que me puso en alerta para salir corriendo para poder llegar en menos de tres minutos.
Doy unos pasos dentro dándome cuenta que lo que también era mi hogar parece ahora ser un lugar destruido, desde cosas rotas hasta objetos de cabeza o en otro lugar del que no deberían estar; mi cuerpo se paraliza a punto de que no soy lo suficiente capaz de poder mover un dedo en el instante en que también veo a Farah con el cuello roto. Aún la siguen investigando como si pudieran sacar pronto una conclusión de lo sucedido cuando es probable que ya tenga la respuesta; sin embargo, dejo de ver el cuerpo de la guardiana de Gemma en el momento en que siento como alguien pone una mano sobre mi hombro, ocasionando que me dé la vuelta de forma inmediata para encontrarme a mi padre quien no sólo por su rostro preocupado, sino por su aura me dice que algo no está nada bien.
— ¿Y Gemma? —Pregunto por ella. — ¿Dónde está? —Empiezo a caminar por la sala.
Está a punto de detenerme cuando terminó por ver hacia el suelo dándome cuenta que hay varias manchas de sangre, entre ellas, desde pequeñas hasta grandes que parecen ser como una laguna. Miro otra vez a mi alrededor para darme cuenta que la sangre tiene un camino que varía, desde la cocina hasta la dirección de mi oficina. Aprieto mi boca y busco la forma de no sacar conclusiones rápidas que puedan ocasionarme el peor miedo de mi vida.
—Caden... —Me llama mi padre. —Una parte de la sangre es de Gemma. —Sentí mis piernas flaquear con esa repentina respuesta.
Camine casi a trotes por todas las habitaciones de mi casa, desde mi oficina hasta la cocina pero solo encontraba más desorden, manchas de sangre y olores conocidos que supe que se trataban de Gemma y dos assasin; luego pasé al segundo piso en donde fui derrumbando cada puerta con la esperanza de que estuviera escondida en algún lugar de la habitación, en donde no ha salido por temor a que nuevamente vengan a atacarla. Sin embargo, eso no sucedió, busqué su olor o el latir de su corazón pero no obtuve ninguna señal de ella, por lo que mi intranquilidad aumenta y esta vez termino en la habitación que compartimos, siendo así que, le dé una mirada a todo el lugar la cual puedo decir que está y los demás cuartos del segundo piso son los únicos que no fueron destruidos.
— ¿Gemma? —Trago hondo. —Mierda… ¿Dónde estás?
Busco una nota o un objeto que me pueda dar la señal que en sí, ella huyo y está a salvo pero en vez de eso, sigo encontrándome con desilusiones al no tener ni una noticia de ella. Abro una de las gavetas de la mesita de noche a punto de que el impacto suele ser tan grande en el instante en que veo una prueba de embarazo la cual ha dado positivo.
Intento no pensar en las posibilidades en que esté embarazada, pero significativamente recobro la memoria al recordar como su cuerpo había empezado a cambiar, de cómo no había querido probar tan sólo un bocado de la comida de la boda, de lo pronto que deseaba que nos fuéramos, de la náuseas que presento por la mañana antes de que me marchará con los guerreros y desde luego, aún conservo la última conversación que tuve con ella donde pareció detenerme para querer decirme algo importante de lo que no permití que sucediera.
Mierda… Gemma está embarazada… Seré padre… Lo cual significa que ella y yo tendremos un cachorro.
Quisiera sentirme feliz ante la noticia, no obstante, me lleno más de preocupación al imaginar como la situación se pudo complicar para ella al haber estado sola y huyendo de los assasin, lo peor de ello, es que asesinaron a Farah, por lo que si nadie de la manada vino a protegerla, todas las cosas se pudieron complicar.
Bajo corriendo de las escaleras para ir a buscarla donde quiera que esté, pero apenas estoy a punto de cruzar por la puerta principal pero mi padre se pone en frente de mí, impidiendo que dé un paso más, lucho para que me dejé ir pero ambos no rehusamos nuestro propósito, provocando que al final, termino por pelear ocasionando que en un imprevisto, me agarre del cuello y me derribe al suelo.
— ¡Déjame ir! —Intento levantarme.
— ¡No puedes salir! Aún hay trampas de assasin allá afuera y por la condición que estas, es probable que caigas en una. —Me reprende.
— ¡No me importa! ¡Gemma no está acá! ¡Y la sangre es de ella! —Refunfuña.
Sabiendo como es mi padre, no me dejará ir de mi casa si no intento controlarme, por lo que aunque tenga que fingir que ya estoy más tranquilo, hago como si la situación ya no suele ser tan preocupante a punto de que, deja de mantener su mano en mi pecho para que pueda levantarme y de ser así, poder tener un plan sobre donde buscar a Gemma y también, que otros me ayuden en esto si no quiero que el tiempo siga transcurriendo y pueda que todo se encuentre perdido, ya que no tenemos idea de que parte puede provenir su sangre.