Prólogo

12 meses que equivalen a 365 días con 24 horas dentro de 60 minutos y partiendo de 3600 segundos es lo que incluye mi vida diaria.

Dentro de Portland no suceden cosas singulares.

Llegar a casa, sentarme en el sofá y tomar una taza de té era lo más común de mi día, no pasaba de esa rutina y tampoco hacía otra cosa nueva que modificara esas típicas actividades de mi parte pero la inesperada llegada de mi vecino fue lo que cambio todo y cuando digo TODO es TODO. Antes pensaba que podía ser de aquellos vecinos solitarios que se escondían detrás de la puerta de su apartamento y que se dejaba ver unas cuantas veces a los años; el interés que tenía al principio era poco hasta que un día se dejo ver.

Ojos celeste, cabello azabache y tez blanca fue lo primero que observe el primer día.

Unos tatuajes en ciertas partes del cuerpo fue lo que sucedió en el segundo.

Un misterio que se escondía detrás de aquella puerta en donde residía y rara vez salía era lo que introdujo mi curiosidad en el tercero.

Pensaba que todo lo ordinario se encontraría en aquella ciudad antes de conocer en persona a Caden Dankworth