El Secreto del Alfa

Capítulo 4: Solo dime Dankworth

Me ajuste el vestido mientras me veía en el espejo de Elaine, no me sentía muy segura del vestido color uva que mostraba mis curvas, en la parte de los costados se encontraba abierto como de los hombros también; es más, parece un atuendo demasiado seductor, tanto que hasta me llegaba muy arriba de mis rodillas que hacía lo posible para bajarlo pero es imposible.

— ¡Me encanta! ¡Te vez hermosa!—Chilló Elaine.

—Ellie... ¿cómo tu hermana puede usar ropa tan corta?—intenté bajar el vestido por décima vez.

—No me preguntes pero lo que sé, es que te queda muy hermoso—suspiré.

Me senté en la cama de ella mientras que cerca de mis pies me dejaba unos tacones negros de punta fina altos; no es que siempre tuviera que recibir la ayuda de mi amiga con respecto a la ropa que podemos usar en fiestas pero por un lado, Elaine esta tan aburrida que solo use jeans y camisetas que siempre ella terminaba prestándome algún que otro vestido que su hermana le había dejado en su casa antes de casarse e irse a vivir a otro país.

Elaine ha sido muy buena conmigo desde que fuimos a la escuela, ella ha estado en las buenas y en las malas conmigo que es difícil separarme de ella ya que la quiero como mi hermana. Aunque ahora con su trabajo de recepcionista en un hotel, ya no le queda mucho tiempo para salir juntas o aunque sea de hablar en cualquier momento que lleguemos a necesitarnos.

—Justin está en la puerta... ¿Estás lista?—asentí.

— ¿Tienes algún labial rosa?—había dejado mi maquillaje en el apartamento que hasta ahora recordé que debía de usarlo.

—Toma este. —Me dio un labial pequeño.

Cuando gire la tapadera del labial para que esté subiera, pronto me di cuenta que en vez de ser un color claro, fue un rojo carmesí que ella me pasó haciendo que se lo devolviera hasta que me diera uno que no fuera tan provocador, pero como siempre, Elaine intentó convencerme, hasta que tomó mis mejillas y me hizo una expresión en su rostro de la cual quiso que copiara para ponerme el labial rojo en mis labios. Así que casi protestando, hice lo que ella me pidió hasta ver en el espejo como mis labios terminaban con un color que parecía que no iba en serio a una fiesta sino que a un prostíbulo.

—Vamos, Justin nos espera.

Elaine tomó su cartera negra para ser la primera en salir de su casa para luego seguir yo sus pasos y esperar a que cerrará su casa con llave, el claxon del auto de Justin se escuchó detrás de nosotras y mientras Elaine lo maldecía diciéndole que no había tan solo un segundo en que él no nos llegará a apurar.

Molly, quien se encontraba sentada en el asiento del copiloto, se rió de las palabras de Elaine donde pronto se escuchó un bla bla de la boca de Justin que provocó que Molly le diera un golpe en el estómago para que dejará de burlarse de su amiga. Entre al auto y solo cerré la puerta, cuando Justin arrancó con mucha velocidad que provocó que Elaine y yo, nos golpeáramos con el asiento.

— ¿No puedes ir más despacio?—Elaine golpeó a Justin con su cartera.

—Siempre te quejas de cómo manejo. La última vez dijiste que manejaba como un abuelo y ahora me dices que vaya despacio—renegó Justin.

—Justin, ve más despacio o el auto puede terminar chocando con otro—le reclamó Molly.

— ¡Mujeres! Nunca se conforman con nada. —Todas dijimos un "Hey" a la vez cuando Justin comentó esa tontería.

Unos kilómetros fue lo que viajamos hasta que llegamos a nuestro destino, un club nocturno llamado "Happiness" en donde nos pidieron una documentación para saber si somos mayores de edad para luego dejarnos pasar y ver como aquel lugar estaba repleto de chicos y chicas de varias edades quienes fumaban y tomaban haciendo que el ambiente se volviera un solo caos y más para aquellos que bailaban sin consciencia alguna al estar muy drogados o alcoholizados.

Caminamos hasta una butaca redonda en donde con solo sentarnos, pedimos unas cervezas bien frías para comenzar a disfrutar de la noche, aunque yo no sea mucho de fiestas, me impresionaba que Justin encontrara lugares como esté para distraerse un rato y más, no podía creer que la mirada de muchos parecían estar concentrados en nosotros, no solo por ser nuevos sino que también por la manera que he llegado vestida con Elaine, ya que por lo menos Molly, se encuentra vestida de una manera más decente y a su vez, refiriéndose que está acompañada y no está en estado de soltería como Elaine y yo.

—Hagamos un brindis, por tener una noche relajada y no pensar en lo dura que son nuestras vidas—Justin alzó la botella de cerveza— ¡Salud!




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