El Secreto del Alfa

Capítulo 10: El nuevo inquilino

Dos semanas son las que han pasado desde que he intentado de ignorar a mi vecino y aunque la primera fue bastante difícil por el hecho que él buscaba la manera de poder encontrarse conmigo, siempre se me ocurría alguna manera de no llegar a verlo, sé que por un lado ya es muy inmaduro de mi parte intentar evadir el conflicto, pero la verdad de todas es que si llego a ver al sujeto que tengo al lado soy capaz de darle un buen golpe que quizás hasta me lastime mis nudillos.

Ni siquiera puedo llamarlo por su nombre porque es como si lo estuviera invocando y es lo que tampoco quiero hacer, porque con esa mala suerte que tengo, es probable que me lo vuelva a encontrar cuando intente irme a trabajar.

No hubiéramos llegado a este extremo si esa salida no hubiera llegado a ser una mentira, me dolía demasiado pero el hecho de que llegue a contar una parte de mi vida personal y es que no niego que la mayor parte yo soy la culpable por confiar en una persona que no conozco mucho pero por un momento pensé que él hablaba con sinceridad y que en serio le importaba escucharme a pesar que no le agradaba pero todo fue una trampa que con facilidad llegue a caer como un ratón entra a su trampa por un pedazo de queso; mi desventaja es que a partir de esta experiencia es que algún momento terminare de cerrarme con cualquier persona que vaya conociendo y aunque no quisiera ser así, esa será mi primera defensa antes de abrir mi boca y mis emociones.

Bebo el último sorbo de mi té para bajar de la ventana y prepararme para ir a trabajar, los siguientes días han dejado de ser duros y atareados porque este mes no se ha llegado a llenar mucho el local, siempre tenemos el mismo sueldo y con algunas cuantas propinas pero por lo que he observado las personas ya no empiezan a llegar a menudo, quizás ha sido el momento en que el gerente hable con el jefe para cambiar o mejorar algo del bar/café y así obtener más clientela.

Realmente los sucesos con aquellas bestias que sin lugar a dudas sigo mirando, ya no suele ser frecuente pero aún siguen apareciendo aunque yo soy la que intento ignorar las imágenes para no mentalizarlas muy a fondo; después de que llegue a leerme todos los libros que tome de la biblioteca, pronto los fui a devolver, ya que por la fecha del recibo en el cual me daban la autoridad de llevarlos y cuidarlos, solo me quedaban tres días para regresarlos a la biblioteca, así que pronto saque la mayor información posible para devolverlos y así no encargarme de costos adicionales si no los llegaba a dejar exactamente en su día.

Por lo menos hasta el día de hoy, ya tengo un poco más de información acerca de los lobos y aunque me siento una sabelotodo acerca del tema, estoy segura que aún existe información que desconozco y no están exactamente en los libros. Pero por otro lado, no intentaré un método experimental para que termine por ser mordida por un licántropo y me transforme en una lobo, aunque eso sería muy tonto porque no sucedería jamás por el hecho de que los hombres lobo no existen.

Termino por lavar la taza y de darme un baño para ponerme unos jeans, una blusa morada y unos converse ya algo gastados para irme a trabajar, en mi pequeña cartera, llego a entrar mis documentos, mis llaves y mi billetera; cuando tengo la idea de llevar lo esencial, salgo de mi casa y pronto le llego a poner llave para irme; camino por el pasillo hasta el sonido de dos voces muy conocidas para mí hacen que pronto presione muy duro el botón del elevador para que pueda llevarme y permitirme no ver el rostro de dos individuos.

Cuando el elevador llega y abre sus puertas, puedo escuchar como sus pasos se acercan cada vez más así que de una buena vez, entro al lugar y pronto presiono el botón 1 que será el cual me lleve a la entrada principal del edificio, así que apenas las puertas se fueron cerrando cuando observe la espalda de Caden y Adrién; uno de ellos siguió su camino hasta que el chico que sale con mi amiga, se dio la vuelta y alcanzo a verme y eso sin decir que tuve que desviar la mirada para que no llegara a darse cuenta que lo estaba mirando.

Agradecí que el elevador cerrara sus puertas y pronto se moviera para dejarme en el primer piso, pero para mí desgracia, las puertas apenas se abrieron cuando en frente de mí tenía a Adrién con los brazos cruzados y regalándome una mirada seria; maldije dentro de mí y sin prestarle mucha atención a su inusual presencia extraña y rápida en el primer piso, pase a su lado hasta que me tomo de la muñeca e hizo que me detuviera haciendo que tirara fuerte de mi brazo y fuera la siguiente en fulminarlo con la mirada.

Podía ser el amigo con derecho, amante, novio o cualquier cosa de mi mejor amiga pero eso no quiera decir que sea la que deba de escuchar lo que tiene preparado para defender a su mejor amigo con el que pasa la mitad del tiempo a su lado; odiaba que ambos fueran los insistentes así como también Justin lo fuera al día siguiente cuando quiso que le comentara acerca de aquella cita que termino por ser la peor de todas que tuve a lo largo de mi vida.

—Seguirás enojada con Caden. —Desvié la mirada un segundo para tomar aire y controlarme. —Bien, tu rostro dice mucho. —Bufe desesperada por el tema.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.