El Secreto del Alfa

Capítulo 13: Omega vs Beta

Peinaba el cabello de Elaine mientras seguía dormida, han pasado ya doce horas desde que Caden la convirtió en lobo pero ella no ha despertado; Vernon dice que pudo haber entrado en estado de shock o que simplemente al haber estado tres días inconsciente con la mordida del omega ha hecho que sus fuerzas se debilitaran y ahora de nuevo las esté cargando con la nueva genética que lleva en sus venas.

Me rasco de nuevo los ojos al sentir cansada con todo lo vivido hace unas horas, Adrién me ha ofrecido la habitación de visitante para que pueda dormir tranquila pero le comente que esperaría que Elaine despertará ya que sería bueno que a la primera persona que mirara fuera a mí antes de sacar conclusiones al ver también a Caden, Vernon y Adrién en un mismo lugar.

Aún tengo ese sentimiento de intranquilidad al saber que ella puede despertar y simplemente se entere pronto que muchas cosas de su cuerpo han cambiado, he intentado asimilar toda la información que me dijo Caden cuando íbamos de camino de nuevo al apartamento de Adrién; el problema se trataba que había cosas que escuche de su boca pero otras nada más la ignore al seguir supervisando a Adrién quien llevaba en brazos a Elaine y eso sin decir que por un momento me creí el espectáculo que monto al ver como Adrién miraba a mi amiga con tanta ternura y amor como si en verdad sintiera algo por ella. Si Zöe nunca hubiera revelado la verdad, diría que Elaine se encuentra en buenas manos y que además de ello, Adrién se la merece pero todo es lo contrario; a veces pienso que solo puede ser la culpabilidad que ha hecho que él sienta que debe de estar al lado de ella para remediar lo que hizo.

En fin, solo llegamos al apartamento cuando Vernon le dio otra mirada a Elaine para asegurarse si ella se encontraba bien; lo que nunca tampoco me hubiera imaginado es que Vernon es doctor y que además de ellos tiene varios títulos de doctorados y especialidades así que sabe controlar la situación y más porque comprende los ideales de ser lobo.

—Creo que lo necesitas—me di un buen susto al ver a Adrién a mi lado.

No sabía si debía de acostumbrarme a no escuchar a ninguno de los tres lobos que tengo a mí alrededor caminar en silencio hasta llegar a mí y darme un buen susto que algún momento pueden provocarme la muerte. Apenas observo como él me alza una taza llena de café al notar que el sueño empieza a ganarme, así que no tardo en agarrarla de sus manos para darle unos sorbos y sentir como la amargura baja a mi garganta hasta empezar a hacer su efecto en donde comienzo a toser sin detenerme.

—Adrién, esta horrible—él dejo ir una risa jocosa.

—Lo siento, ordene uno americano puro y sin azúcar pero no me imagine que su sabor seria horrible—negué contagiándome de su risa.

—No importa, me servirá de algo. —Le sonreí. —Gracias. —Asintió.

Observe como salió de la habitación para dejarme de nuevo sola con Elaine; me pregunte si la herida de la mordida habrá sanado ya pero es mejor que no le quite la venda antes que se despertara; es mejor que todas las cosas se lleguen a saber cuándo ella abra los ojos, ya que también Caden necesita saber cómo es que fue mordida debido a que Adrién nada más la termino por encontrar a unas cuadras de la casa de ella en la acera de la calle sangrando e inconsciente.

Aún no he querido saber nada más sobre el misterio que traen los hombres lobo, ya que con solo pensarlo cada vez tengo más dudas de las cuales quieren que se resuelvan lo más pronto posible pero en realidad, descubrir la vida de esas criaturas que antes pensaba que eran irreales hace que tenga miedo de lo que descubra al final. Además, sin que nadie me lo diga, he ido descubriendo poco a poco cada uno de sus secretos.

Tome un poco más de café hasta que por encima de la taza, mis ojos vieron como Elaine empezaba a moverse, sus cejas se fueron enarcando y pronto abrió su boca como si tratara de respirar; sin esperar más, deje la taza en la mesita de noche, me acerque a ella para tomar su mano y empecé a llamarla pero no respondía sino que nada más dejaba ir varios gruñidos que hicieron que me preocupara.

Pensé que llamar a Vernon sería una buena idea pero cuando intente levantarme, Elaine me tomo de la muñeca y evito que me fuera, pero antes lo que yo creí que sería un llamado de atención para que me quedará, ella cada vez más apretaba más fuerte mi muñeca haciendo que me doliera y la circulación de mi sangre se entrecortara haciendo que sintiera un cosquilleo. Intente soltarme pero no podía porque su mano se puso dura como una roca y eso sin decir que mis huesos empezaron a crujir al sentir el apretón más grave y severo.

—Elaine suéltame—me hice hacia atrás pero no ella hizo que regresara a mi lugar.

Deje ir un gemido pero al final termino por ser un grito que pronto hizo que todos aparecieran hasta que Caden y Adrién pasaron a mi lado y sostuvieron a Elaine de los hombros intentando que ella cayera en la cama, Vernon se puso a mi lado y pronto con una fuerza mayor tomo la mano de mi amiga y la estiro hasta separarla de la mi muñeca. Apenas sucedió eso cuando de nuevo la sangre de mi mano empezó a circular, me tuve que hacer unos masajes pero fue inevitable no sentir el dolor y pronto ver las marcas de los dedos de Elaine alrededor de mi muñeca.




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