Uriel miró a Aitasis Wallase, esta se encontraba sentada en el suelo junto a otra mujer.
—¿Qué pasó aquí? —preguntó el guardia al ver a una mujer tirada en el suelo.
La pelinegra señaló a Aitasis—¡Fue ella! Ella lo hizo
Aitasis se llevó una mano al pecho y la mujer que estaba a su lado fue la que habló.
—Eres una cobarde—le dijo—¿Cómo te atreves a acusarla injustamente? Guardia fui yo
—¡Eso no es verdad! —exclamó la pelinegra
Aitasis se puso de pie—no discutas Agnes, es obvio que quiere incriminarme porque me negué a darle mis joyas
—¡Eso no es verdad! —exclamó la pelinegra
—¡Silencio! —exclamó el guardia—Srta. Wallase, haga el favor de salir
Aitasis le entregó una pulsera de oro a su defensora—Haré todo lo posible para que salgas de aquí, empeña esto y consigue algo de dinero para que vengas a Wallase Terrace, te daré trabajo
—Gracias Ai... Srta. Wallase—le agradeció la mujer y Aitasis asintió.
Cuando salió de la celda miró fijamente a Uriel.
—milord ¿Puede hacer algo para sacar a Agnes? —le preguntó
—veré que puedo hacer—Uriel le ofreció el brazo—¿se encuentra bien? Lamento que una dama como usted haya tenido que pasar por todo eso
Ésta lo aceptó—milord ¿por qué me encerraron?
—usted y yo tenemos que hablar Srta. Wallase, pero antes la sacaré de aquí.
Aitasis asintió y no dijo más nada. Algunos criminales al ver carne fresca empezaron a armar un alboroto y gritarle cantidades de obscenidades. Uriel pensó que para una dama, esta experiencia ha tenido que ser aterradora y no sería una sorpresa si esa chica quedara trastornada.
Uriel la miró. Aitasis Wallase era linda pero no hermosa, a pesar de ser rubia y tenerlos ojos verdes, sus rasgos no eran tan delicados. Eso le sacó un suspiro. La mujer de aquella noche era idéntica a ella pero a la vez tan diferente. Eso lo estaba volviendo loco. Afuera lo esperaban Gervase y Alex, estos le hicieron una reverencia a Aitasis.
—Srta. Wallase—comenzó a decir Uriel— Él es Gervase, uno de los agentes más antiguos de Bow Street y él es Alex agente también. Pertenecen al agrupo elite de agentes que trabajan bajo el mando de su padre
Aitasis asintió—muchas gracias por sus esfuerzos—le dijo ésta
—Gervase y Alex diríjanse a Bow Street y díganle a Wallase que llevaré a su hija directamente a Wallase Terrace—le dijo Uriel—estoy seguro que no querrá que la lleve a Bow Street
—¿Estás seguro? —le preguntó Gervase—no creo que esté bien que viajen solos en el carruaje. Sería el escándalo del año
—Gervase—comenzó a decir Uriel—La Srta. Wallase la arrestaron los hombres de Yard a la luz del día en la puerta de su casa en todo Maint Street ¿Crees que viajar conmigo será la noticia del día?
—no milord—respondió este.
—ya que estamos claros, ahora hagan lo que les digo—Uriel miró a Aitasis—¿Me permite? —Aitasis asintió y Uriel la ayudó a subir al coche—nos vemos en Bow Street
—Si milord—respondieron ambos
Uriel subió el coche y este se puso en marcha. Aitasis se encontraba sentada junto en frente de él, su rodilla acariciaba la de ella con cada movimiento.
—Srta. Wallase no sé si usted tiene idea del lío en que se encuentra—le informó Uriel— su apariencia física es igual a la cazadora de marqueses. Tuve un encuentro fortuito con ella, mi cuñada y mi hermano también y ambos fueron víctimas de ésta. Quiero que esto se acabe lo más pronto posible, por eso estoy aquí hablando con usted.
>>Sé que usted es la responsable de todo esto por eso quiero que confíe en mí y me diga por qué está haciendo esto. Le prometo que hablaré con su padre y estoy dispuesto a pasar por encima de mi código moral e inventarme una historia rocambolesca para que su nombre no quede manchado y no tenga que pagar por sus crímenes. —ésta iba a hablar pero él no se lo permitió—Srta. Wallase quiero que sepa que esta es la última oportunidad que le voy a dar, si decide no cooperar conmigo me encargaré personalmente que se pudra en Newgate no va haber arma, ni su padre y ni siquiera Dios van a poder impedir que la meta en ese hueco.
Ésta alzó las cejas—Entonces—continuó Uriel—la escucho Srta. Wallase y antes que nada quiero decirle que sabré si...
Uriel se vio interrumpido por unos disparos—Maldición—susurró. El coche se detuvo de repente y el cochero se acercó a él.
—milord los de Yard están disparando en esa dirección—le informó
—estacione en esa calle—le ordenó Uriel y este asintió. A continuación miró a Aitasis—quédese aquí ¿de acuerdo? Veré que pasa. Cierre con seguro
Uriel salió del coche y sacó su arma, vio hombres de Yard por todos lados. Se dijo que ellos controlarían la situación por lo pronto llevaría a Aitasis Wallase sana y salva a su casa.