Uriel encontró el caos extremo en Bow Street. Los agentes y demás empleados corrían de un lugar a otro, usualmente Bow Street era muy atareado en las horas de la tarde no así en la mañana. Uriel había decidido madrugar-cuando le hubiese gustado quedarse en cama todo el día-porque muy temprano en la mañana había recibido una nota de Alex, informándole que habían capturado con éxito los dos hombres cómplices de la cazadora de marqueses.
En estos momentos ellos se encontraban en Newgate siendo interrogados por Wallase. Uriel se encontró con Justin en unos de los pasillos de Newgate.
-¿Cómo va todo? -le preguntó Uriel a este
Justin suspiró-Es más difícil de lo que creíamos
-¿Por qué? ¿Se niegan a hablar?
-Aun peor, no los entendemos
Uriel lo miró con el ceño fruncido-¿Qué quieres decir?
-Son chinos
Uriel cerró los ojos y suspiró. Cuando Aitasis y él se habían enfrentado a esos rufianes, estos tenían mascaras de cuero.
-¿Wallase sigue allá dentro? -le preguntó
-Si milord, está con Gervase
-Bien, entraré-le dijo este y siguió el camino hasta el calabozo.
Un guardia le abrió la puerta y escuchó unas risas en uno de los calabozos y se dirigió allí.
Uriel entró a uno de ellos y Wallase se encontraba de pie junto a Gervase; los dos tipos estaban sentados esposados en ambas extremidades.
-Veo que tienen una calurosa reunión-Les dijo Uriel al entrar
Wallase no lo miró-Aparentemente no hablan inglés
-Uriel los miró-Eso veo
Ambos hombres tenían el cabello largo y atado a una cola; llevaban ropas negras y sus rasgos eran similares.<<Chinos...>> pensó Uriel mientras suspiraba.
Yo entrené en Japón, no en China.
Uriel frunció el ceño mientras miraba a ambos hombres.
Tendrás suerte si encuentras a alguien en este país que encuentre la diferencia.
Uriel miró a Wallase-¿Cómo sabes que son chinos?
Este le devolvió la mirada-porque lo son Uriel ¿Acaso no lo ves?
-Pueden ser japoneses
-Chino o japoneses en este momento me da lo mismo-le dijo Wallase-no sabemos ninguno de esos dos idiomas
-Nosotros no, pero Aita... digo, la Srta. Wallase si
-¿Y tú como sabes que mi hija habla japonés? -le preguntó Simon mientras entrecerraba sus ojos
-Ella misma me lo dijo-le respondió Uriel con desdén-¿Se te olvida que tuve que rescatarla de todo ese jolgorio ayer? Como estaba nerviosa, le pedí que me hablara para que se le pasara el susto. La Srta. Wallase podría servirnos de traductora
-¿Y pretendes que traiga a mí hija a Newgate? ¿Te has vuelto loco?
-Ya estuvo una vez en un calabozo Wallase, no le va a pasar nada. Después de todo estaremos aquí con ella
Simon le tiró una mirada asesina-no pienso permitirlo
-Entonces encárgate de toda esta mierda Wallase, porque ya llevamos más de un año sin hallar nada y ahora que tenemos por fin una maldita pista, tú no la quieres aprovechar.
-¿Te estás escuchando Uriel? Quieres que traiga a mí hija a Newgate ¿Acaso no es suficiente todos los traumas que ya le han pasado? ¿Acaso quieres causarle otro?
Uriel le tiró una mirada asesina. <<Que decepción. Si supieses lo brillante que es Aitasis>>
-Está bien, has lo que quieras. Después de todo tú eres el magistrado-y al decir esto se fue
Uriel Salió enojado de Newgate y tomó el primer coche de alquiler que pasó.
-¿A dónde milord? -le preguntó el cochero
-A Wallase House, por favor
***
Aitasis se encontraba sentada enfrente de su tocador mientras Agnes le hacía un peinado. Aitasis llevaba un vestido sencillo de paseo color rosa.
-Agnes sólo hazme una trenza y ya. No te compliques-le dijo ésta
-Déjame peinarte, mira que hace mucho no hago esto y me encanta hacerlo
Aitasis le sonrió a través del espejo-Esta bien. Agnes tienes treinta y cinco años, eres joven y hermosa ¿Qué quieres hacer con tú vida?
-Si tú me lo permites, me gustaría quedarme a tú lado
Aitasis la miró-Yo estaría encantada, con lo egoísta que soy
Agnes se echó a reír-Listo. Mira como quedaste, estás preciosa
A Aitasis nunca le ha importado su belleza exterior puesto que esa no le sirve para nada a la hora de combatir.
-Hoy daremos un paseo mortalmente aburrido por Hyde Park, puesto que ya estoy en el más absoluto escándalo por haber sido metida en un calabozo, sería genial dejarme ver en público y así poder alimentar a las lenguas de los malditos ingleses
-Tú eres inglesa
-Y tú también, que tragedia ¿Cierto? -Agnes se echó a reír-Hasta que el hermoso no me diga cuándo y cómo será la misión, tengo que fingir ser una dama es así de sencillo.
-Para mí tranquilidad
Aitasis se echó a reír-Y la de él créeme