Aitasis se encontraba en el estudio de la casa de sus abuelos paternos en Hampshire, caminando de un lado a otro.
Agnes la observaba sentada en un sillón-Me estás mareando-le dijo ésta
Aitasis se detuvo y la miró-En menos de lo que canta un gallo va a venir Uriel a pedir mi mano Agnes ¿Sabes lo que significa eso?
Ésta fingió pensarlo un momento-¿Significa que serás condesa?
-No voy a ser condesa Agnes, voy a ser un lindo adorno de mi marido, sólo eso
Agnes hizo una mueca-El hermoso no es así y lo sabes, aunque no sé de qué te quejas, bien que puedes rechazarlo
Aitasis suspiró-Si...
Recordó como Georgia la noche anterior, se había reído a carcajadas por todo lo que le dijo Aitasis al Duque de Westhampton.
Ambas estaban sentadas en el invernadero. -No puedo creer que le hayas dicho eso a Wolf-comentó riéndose-¡Dios! ¡Esto es grande!
Aitasis sonrió-Estaré en su lista de invitados no deseados
-¡Tonterías! Incluso nosotros sus hermanos estamos en esa lista. Aitasis logro entenderte perfectamente, sino quieres casarte no te cases, pero quiero que sepas que me encantaría tenerte de cuñada
-La cuestión aquí-continuó Aitasis-Es que pienso contarle toda la verdad a mis padres
Agnes suspiró-¿Estás segura?
Aitasis suspiró-Otra opción sería que me ayudaras a escapar
-No cuentes con eso
-Ayer mi madre no me dirigió ni media palabra y fue un lindo gesto de su parte
-Bueno, tienes que aceptar que dejaste entredicho tú nombre al hablarle así al duque de Westhampton
Aitasis resopló-No estoy arrepentida en lo más mínimo. Se lo merecía por creerse buda
Agnes se echó a reír-¿Estás consciente que acá creemos en otro Dios?
-No me importa, soy budista-Agnes negó con la cabeza-retomando el tema, eso es exactamente lo que voy hacer. No más secretos
En ese momento se abrió la puerta y entró su madre.-Agnes déjanos solas-le ordenó ésta
-Sí señora-le dijo ésta mientras salía de la estancia. Su madre le tiró una mirada asesina-Ahora sí quiero que me expliques el comportamiento que tuviste ayer Aitasis, te desconocí totalmente
Ésta decidió que ya no era necesario fingir, así que le sonrió con malicia.
-¿Será porque no me conoces nada?
Elizabeth frunció el ceño-¿De qué hablas? Soy tú madre y no me está gustando ese tono que estás usando conmigo
-Pudiste haberme traído al mundo pero no me conoces mamá-Aitasis respiró hondo. El paso que iba a dar no era fácil y el nudo en la garganta ya estaba creciendo, pero antes de que se formara completamente, lo iba a destruir-Fui una shinobi de espionaje en el gobierno japonés
Ésta abrió los ojos como platos-¿Qué?
-Así como lo oyes ¿Acaso nunca te preguntaste por qué nunca me dejé que vieras mi cuerpo desnudo? -le preguntó Aitasis mientras se desabotonaba su vestido en la parte de adelante-¿Crees que fue por pudor? -Aitasis negó con la cabeza-¿Por vergüenza? -volvió a negar con la cabeza.
Tuvo que ignorar el temblor de sus manos cuando se bajó el vestido hasta su cintura. Aitasis se dio la vuelta y dejó que su madre mirara su espalda; había decidido no ponerse corsé a propósito.
Escuchó el grito ahogado de su madre-¡Dios mío! -Exclamó ésta-Esas cicatrices...
-Cada una tiene su historia ¿Te gustaría saberlas? -Aitasis se subió el vestido-Entonces mamá...
-Fue ese hombre ¿Verdad? ¡Ese hombre te hizo eso!
-Mi abuelo no me hizo nada de esto, él sólo me entrenó. Las cicatrices fueron hechas por enemigos del gobierno japonés
-Dios mío...-musitó Elizabeth-Oh Dios no puedes decirle al conde que tienes esas cicatrices si él se da cuenta antes ¡No querrá casarse contigo!
Aitasis quedó de piedra, no podía creer lo que estaba oyendo. Ésta se acercó lentamente y acortó la distancia con su madre.
-Eso... ¿Es lo único que te importa? -le preguntó con ojos muy abiertos-No lo puedo creer...-Aitasis sacudió los hombros de su madre-¡¿Es la única mierda que te importa?! -Explotó-¿Si quiera una vez me has querido?
-¡Por supuesto que te quiero! -le gritó mientras se le llenaban los ojos de lágrimas-Por eso no quiero que caigas en la desgracia social... ¿Quién eres? ¿Qué has hecho con mi dulce hija?
Aitasis negó con la cabeza mientras lágrimas bañaban sus mejillas.-Nunca te diste la oportunidad de conocerme mamá, nunca-ésta se limpió las lágrimas-No te preocupes, cumpliré con tu voluntad y me casaré pero por favor en la vida vuelvas a hablarme... tú dejaste de ser mi madre
En ese momento se escucharon los toques de la puerta-El conde de Westhampton está aquí-informó Agnes