Lograron escapar por un pasillo secreto que Tony había notado en la pared del jardín. La noche los envolvió, y la hacienda quedó atrás, oscura y silenciosa.
—¿Hemos salido? —susurró Dima, con voz quebrada.
—Sí… pero algo me dice que no lo hemos dejado atrás —respondió Tony, mientras miraba hacia la silueta de la mansión—. El legado de Kanoche seguirá persiguiéndonos.
El grupo caminó de regreso a la montaña, sabiendo que lo que habían visto y sentido no sería olvidado nunca. La historia del Doctor Kanoche y su cripta permanecería en sus mentes como un recordatorio de que algunos secretos están destinados a no ser descubiertos.
Y así, la niebla del Ávila ocultaba de nuevo la Hacienda Buena Vista, esperando al próximo curioso que osara adentrarse en sus sombras.
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Editado: 31.08.2025