Daniel
Jack no está en casa otra vez y creo que ya se ha vuelto una costumbre bochornosa, ¿es que me está evitando? No sé si tal vez ya lo harté con los legendarios, pero es que no sé de qué más hablar, quisiera ser como ellos por lo asombrosos que son, quiero decir, lo daría todo por ser uno de ellos y hacerme amigo de Mastermind, sería genial y ayudaría en algo a este mundo. Como Jack sigue en quién sabe donde, sus padres me dejan pasar para que tome una buena taza de jugo de naranja; como mi madre sigue trabajando prefiero quedarme con Jack algunas veces para no sentirme solo, sus padres ya se acostumbraron a mi constante presencia en esta casa, aunque últimamente algo ha cambiado, solo que no sé qué es, es como si fuera algo que solo ellos pueden ver y yo no.
— ¿Y cómo te fue en el examen, cariño? —la Señora Gomez es muy buena conmigo y muy dulce, a diferencia de mi madre a la que no le importo en lo absoluto, me culpa como si yo hubiera matado a papá en esa tienda de comestibles porque yo no quería espagueti.
— No me fue bien, un 45, estudié toda la noche, pero cuando llegué a la escuela lo olvidé todo —no bromeo, hice todo lo posible para sacar una nota aprobatoria y terminé investigando todo sobre la cultura escandinava, es como si no tuviera el control de mi cuerpo—. Tendré que ir a regularización para graduarme.
— A muchos les pasa, chico, en el peor momento olvidamos todo —el señor Gomez también es agradable, aunque prefiere evitar hablar de los legendarios—. Puedes inscribirte en cursos extras, vi que los dan gratis en el Edificio de Cultura.
— Gracias, señor Gomez, pero no es tanto por los nervios, simplemente pierdo la línea y termino en otra parte —hoy en la mañana mientras Jack y Lila estudiaban no dejaba de pensar en los legendarios a pesar de que me gritaba que tenía que concentrarme en ese examen.
— Bueno, tal vez tengas que ir con un terapeuta, te ayudan a encontrar paz mental.
Veo el reloj y ya casi son las nueve, es demasiado tarde para Jack, me está preocupando. Sigo comiendo… no, ya me comí las galletas de chocolate. ¿Es que vivo en dos realidades distintas? Ojalá viviera en una donde soy un legendario, tal vez todo sería más fácil.
— Dani, cariño, tal vez deberías subir a la habitación de Jack, él llegará pronto —la Señora Gomez ve su reloj elegante, una vez intenté buscar el modelo exacto y ninguno de los que se venden en Alhamia coincide con el que lleva ella, no sé si lo exportó de alguna parte o es un modelo antiguo.
Subo las escaleras viendo cada escalón para no resbalarme, mis pies son un poco más grandes que los escalones y eso puede hacer que un mal paso me haga rodar por las escaleras; no ha pasado, pero estoy preparado para esa posibilidad, nunca se está lo suficientemente preparado.
La habitación de Jack es espaciosa y rústica con un inmenso librero lleno de muchos libros y por ahí están algunas fotos nuestras, me pregunto si la casa ya venía con esta habitación así o Jack decidió que así sería su habitación, aunque no lo creo, él tiene un gusto más minimalista y no le gusta el senderismo, el año pasado rechazó ir a un viaje por el bosque incluso cuando teníamos la oportunidad de explorar el muro de la ciudad, él dijo que el bosque no era cosa suya, afortunadamente estaba Mastermind para protegerlo.
Le agradezco infinitamente a Jack por haber puesto al lado del marco de la ventana una pequeña cama en la que a veces duermo y que también es ideal para ver el cielo, o también a Mastermind asomándose por la ventana… ¡Es Mastermind! Está aquí, en la casa de Jack, ¿No es grandioso? Lo veo perfectamente con su traje negro con detalles verdes que recorren su cuerpo, la mitad de su rostro está cubierto con un casco que no deja ver más allá de sus labios carnosos y mejillas ligeramente sonrojadas, puede que sea por el frío, ¿Será que su traje no está hecho para los climas fríos? No lo creo, también trabaja en invierno.
— ¡Soy tu fan! —le expreso honestamente a Mastermind, pero no me ve, tan pronto como llega desaparece.
— Chico, ¿Pasa algo? —me pregunta el señor Gomez desde el piso de abajo, se quedaría sin palabras si le dijera que un legendario estuvo en el techo de su casa, esto compensa lo del examen.
— ¡Vi a Mastermind! ¿No es asombroso?
No recibo una respuesta, ya sabía que lo iba a sorprender, solo escucho algunas pisadas y Jack entra a la habitación con una sonrisa poco propia de él, es como si estuviera avergonzado, ha de ser porque llegó tarde sin decirme el porqué. Por alguna razón ya no usa la misma ropa que cuando fue con nosotros a Marsh-Low, está usando unos pantalones que usó ayer y una camisa naranja que reza “Los raritos lo saben hacer”, recuerdo que la compró en una de esas ventas de garaje a la que le dije que no fuera, mi vecino dice que una vez le dieron un objeto poseído y tuvo que venderlo una semana después.
— Perdón por llegar tarde, me quedé leyendo sin darme cuenta que ya era muy tarde.
— ¿Y qué libro estás leyendo? Me quedé en que estabas adentrándose en la fantasía urbana, era un libro de Shadowhunters si no me equivoco —han sido los libros que ha leído Jack con las portadas más bonitas, Lila difiere y dice que son un copypaste de la otra, pero no comprende que representan al libro y al lugar más importante de este.
— Um, estoy leyendo Roman Friday —ese libro lo acabó la semana pasada, no le agarró el gusto, según me dijo.