El Secreto del Héroe

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Daniel

Debo convertirme en un legendario, el mundo necesita a alguien que le dé esperanza después de que alguien se le ocurriera asesinar al protector de la ciudad; aunque Ice King y Mastermind son mis legendarios favoritos, no podría negar que el Vengador era el más importante de todos. La esperanza en Alhamia ha desaparecido por completo, lo veo en el funeral del Vengador, todos vestidos de negro intentando no llorar frente a las cámaras. Jack y Lila me acompañaron a ver el ataúd del Vengador, la fila fue de una hora, pero no importa, tengo que despedirme de él, fue quien nos protegió por años. Hoy me he puesto la mejor ropa negra que tengo y que no sea un espantoso traje negro (jamás en mi vida me pondré un soso y aburrido traje negro, tantos colores que hay y los demás hombres solo piensan en ese), también llevo algunos pins de los legendarios, estando el del Vengador arriba de todos.

Él está reposando en su ataud, habrá muerto sabiendo que es todo un héroe y no cualquiera podría ocupar su puesto, me dejo llorar en frente de tanta gente, todos estamos igual de tristes, incluso Jack se muestra desanimado ante la situación, al fin y al cabo, incluso alguien tan indiferente como él puede entender el sentir de una ciudad entera. Para el funeral no es lo mismo, Lila tiene que grabar un podcast con una amiga y Jack me dice que sus padres no lo dejaron ir temiendo que pueda haber una avalancha humana. Yo tengo tiempo de ir, pero debo de regresar a casa antes de las 1:30, hora en la que llegará mi madre del trabajo, le han dado la tarde libre y eso significa tiempo extra para hacerme sufrir, si me encierro en mi habitación antes de eso y ordeno la sala estaré a salvo.

En la plaza han montado un escenario y alrededor miles de gradas, tengo suerte de llegar temprano y estar entre los primeros lugares, solo después del espacio reservados para los legendarios, entre los que se encuentran Mastermind y Ice Kings, ambos charlando entre ellos muy apenados, los demás se limitan a sentarse y esperar, me gusta saber que dos de mis legendarios favoritos se llevan muy bien y son amigos, aparentemente. Ambos me ven y se voltean sin ser discretos, tal vez Ice King le haya contado de nuestro encuentro, o me hayan visto observando sin ninguna mala intención en su pelea en esa vieja fábrica, me parece una locura que me fui segundos antes de que el Vengador haya muerto, en el momento pensé que había sido otro sonido de pelea cotidiano, pero fue más que eso.

No le dije a nadie que vi la pelea, tanto Lila como Jack se hubieran vuelto locos, así que me lo guardé para mí mismo. Tan pronto como inicia el funeral todos guardan un silencio sepulcral, nadie se atreve a emitir un solo sonido que no sean suspiros y llantos; no soy la persona más religiosa del mundo, es más, no me considero parte de ninguna iglesia porque en todas condenan que sean ardientemente homosexual, pero me quedo en toda la misa que se ofrece y hago todo lo que se supone que haga en una misa con mucho respeto, es como un último acto de respeto por el Vengador. Antes de que se lleven el ataúd de plomo, los legendarios más cercanos suben al escenario a presentar sus últimos respetos, algunos solo tocan el ataúd y otros lloran a mares; Ice King y Mastermind son los únicos que se acercan juntos en lugar de ir solos, entre ambos hablan y la gente a mi alrededor aprovecha ese mismo instante para secretarse y chismear sobre dos legendarios que son solo buenos amigos.

Así como todos callaron y obedecieron cuando inició el funeral, se paran y se van hablando a todo volumen soltando todo tipo de opiniones desde las más amables y consideradas hasta las más detestables que me dan ganas de pedirles más respeto por un héroe que nos protegió hasta el final. Me quedo en mi lugar esperando que todos se vayan, los señores Gomez me dijeron que me esperara a que la mayoría se fuera para que estuviera más seguro, me alegra de ser casi como su segundo hijo, ellos me quieren mucho.

La mayoría se han ido, pero los legendarios siguen en sus lugares, pensé que se irían inmediatamente para hacer su trabajo, pero no, siguen charlando tranquilamente e ignorando que acaba de terminar un funeral. Me pregunto si se toman la muerte de sus colegas en serio o solo lo ven como otro soldado caído, si estuviera con ellos sería considerado y bueno con ellos, entre compañeros hay que apoyarse.

— ¡Es el chico del callejón! —Ice King me ha señalado… ¡ESTÁ HABLANDO DE MÍ! Sabía que estábamos conectados ellos y yo, han salvado a tanta gente y entre tantos se acuerda de mí, de un torpe que solo soltó incoherencias en un callejón mohoso—. ¿Ya completaste tu muro de fotografías?

— Cállate, eso no es gracioso —le reclama Mastermind con esa hermosa voz grave, es la voz que Jack desearía tener, no es que su voz sea mala, pero es un poco aguda para él.

— El chico… Daniel, es buena gente —y sabe mi nombre, no sé cómo, pero lo hizo. Se acerca a la valla que nos separa y me habla a escasos centímetros—. Espero que te encuentres bien, sé lo mucho que te importaba nuestro gran compañero, nosotros también, pero él estaba en otra categoría.

— Quiero sentarme con ustedes —¿por qué tengo que ser tan torpe? Ellos me hablan y suelto la estupidez más grande que se me ocurre.

— Sigues conmocionado, entiendo —yo asiento para arreglar mi tonto error, no debería ser tan díficil hablar con ellos—. Tómate tu tiempo, chico, una pérdida como esta es difícil, pero el tiempo nos ayudará a sanar.

— Genial… —al fin a mi cerebro se le ocurre decir algo nada vergonzoso.

— Nos vemos luego, chico.




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