El Secreto del Héroe

5

Jack

Llego a mi casa después pasar un tiempo en el bar del complejo bebiendo únicamente sidra y jugo de manzana, lo único que no tiene alcohol, en cuanto acabó el evento regresamos al complejo para hacer algunos ritos funerarios y una despedida más personal; esta vez todos lloramos como nunca. Ya casi anochece y esta vez me he cambiado a unas cuadras en un motel prácticamente abandonado, no quiero volver a cometer el mismo error, es una suerte que no haya abierto la ventana o Dani hubiera conectado todos los puntos inmediatamente.

Al abrir la puerta veo que mis padres están en el sofá grande viendo una película, seguramente Dani ya ha de estar arriba. Ellos me escuchan al cerrar la puerta y les cuento lo que pasó y me abrazan cálidamente, aunque el Vengador y yo no éramos nada más que compañeros de trabajo y rara vez hablábamos, sigue siendo alguien en mi vida al que valoraba. Antes de subir y caer en mi cama, les hago notar que ya me he cambiado para que Daniel no me vea así, esta vez vengo preparado.

— Hijo, Daniel no ha venido.

— ¿Cómo que no ha venido? Me dijo que estaría aquí.

— Cariño, nadie ha llegado en todo el día, pensé que estaría contigo.

— Supongo que está siendo vigilado por su madre —odio a esa señora, es violenta con Daniel y desde la muerte de su esposo se ha empeñado en arruinarle la vida a Dani, ni siquiera cuando nos graduamos se dignó a ir y mis padres terminaron comprándole un ramo de flores para que no se sintiera mal.

— Jack, dejé lasagna para ti en el horno para que cenes, pensé que vendrías más temprano —y tendría que haberlo hecho, pero nuestra pequeña sesión de desahogo se prolongó.

— Perdón por llegar tarde, había mucho que desahogar.

— Lo sé, Jack, pero a la próxima tendrás que cocinar tú mismo.

Antes de cenar subo a mi habitación, queriendo deshacerme de mi ropa con un fuerte aroma a sudor y lágrimas, un olor poco apetecible a la hora de comer. Cuando veo que Daniel me ha llamado más de una vez siento que algo anda mal, algo debe de haber pasado con su madre. Nos llamamos muy seguido, pero lo raro aquí es que no me haya avisado por mensaje, el último mensaje lo envió hoy en la mañana, así que debe de haber sido por algo importante. Al llamarlo tengo la esperanza de que haya tenido otro brote de ideas para su página de legendarios, pero no me contesta, tiene el teléfono encendido. Intento llamarlo una y otra vez sin resultados, también le mando mensajes. Cuando alguien me llama me alegro pensando que es Daniel, pero solo es Russel queriendo saber si llegué a casa.

— ¿Y cómo está tu amigo? No es por entrometerme, es muy agradable.

— No lo sé, no he hablado con él y…

— ¿Pasó algo? Te escucho algo alterado.

— Me llamó mientras estábamos en el bar y ahora no logro contactar con él, no conecta ni mis llamadas ni mis mensajes —él jamás haría eso, ni siquiera en nuestras peores y más caóticas peleas. ¿Debería temer por él?

— Puede que esté ocupado.

— Russel, su madre es peor que el diablo y todos los demonios juntos, tal vez le hizo algo malo, ella salía temprano de su trabajo y si Daniel hizo algo para molestarla ella pudo haberle hecho cualquier cosa retorcida que pasara por su mente, ¡Lo odia! Lo culpa por el asesinato de su padre.

— Elektra Heaven está patrullando, le diré que pase por ahí para comprobar el estado de Daniel.

— Ya es muy tarde, no quiero molestarla. Mañana veré que hacer.

Vuelvo a la programación habitual, no hay nada que yo pueda hacer y sería un crimen dejar enfriar esa lasagna, la cual tiene un buen sabor, e intento dormir sin poder lograrlo, lo que más quiero ahora es que Daniel se encuentre bien, solo quiero que siga aquí, no podía soportar perderlo y todo por mi culpa. Solo me queda esperar.

Despierto queriendo correr a la casa de Daniel, pero sé que posiblemente me encontraré con esa señora psicópata, así que solo me queda ir a la escuela completamente solo. El camino al tren se siente tan solitario y vacío que tengo que escuchar música fingiendo que escucho a Dani hablando una y otra vez sobre los legendarios y sus planes para ser uno de ellos, hace que la incertidumbre no me mate. En la escuela solo veo a Lila esperándome, ella está casi tan preocupada como yo, lo veo en sus ojos.

— Dime que lo has visto, no me contesta —ambos avanzamos al interior del edificio buscando a Dani.

— Te iba a decir lo mismo, me llamó mientras estaba ocupado y cuando lo intenté llamar no contestó nada, también ignoró mis mensajes.

— ¿Crees que ella…?

— No, no lo digas —pensar en esa posibilidad de enterarme otra vez que alguien a quien yo conozco y quiero está muerto me aterra—. Tiene que estar por alguna parte.

— Ya lo he buscado por toda la escuela y no aparece —recorremos todos los pasillos intentando buscarlo, debe de usar la misma ropa que ayer si su madre lo volvió a correr de casa, lo que más me preocupa de esa posibilidades es en donde se habrá quedado a dormir—. Ya le dije a Kel que iremos a buscarlo al salir de la escuela en caso de que Daniel no haya llegado hoy.

Ella deja a un lado su podcast para que podamos enfocarnos en la búsqueda de Dani, mis padres ya hicieron un reporte a la policía, pero estoy seguro de que la Señora Cazcal les dijo a los policías que su hijo escapó de casa.




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