El Secreto del Héroe

8

Daniel

Al llegar a la casa de Eden me siento tan vivo, jamás pensé que ser una nueva clase de legendario sería tan emocionante y liberador. Mostrarle a Mastermind lo que pienso de él fue lo más satisfactorio, ya no me inclinaré ante él jamás en mi vida, no lo merece. Después de tres semanas de duro entrenamiento e inyectarme esa cosa que me da el precioso regalo de la piromanía, Mastermind jamás lo hubiera hecho para seguir sintiéndose especial.

— ¿Y qué tal? Te dije que se sentía genial.

— Y lo fue, hubieras visto la cara de Mastermind, ese idiota parecía haber visto un fantasma —por suerte no tuve que hacerle daño a Jack, ya no es tanto mi amigo como antes, pero matarlo no ayudaría en nada; solo disfruté pelear con Mastermind, era lo que necesitaba, soltar a la bestia.

— Creo que ya deberías visitar a Jack y Lila, cada vez veo más carteles de búsqueda con tu cara.

— Todavía no estoy listo…

— Ya terminaste tu entrenamiento, no solo eso, fuiste el mejor y te adaptaste rápido, incluso ya me superaste —lo hice teniendo como meta derrotar a Mastermind, de deshacerme de él y no tenerlo cerca de mí, sé que tengo todo el potencial para ser uno de los de su clase, pero jamás me aceptarían por él—. Estás más que listo.

— No sé cómo regresar con ellos después de dos semanas, no sé como explicarles que estoy completamente bien, mi cabello es diferente y mágicamente tengo un cuerpo más musculoso —la fórmula me ayudó a mejorar mi condición física, aunque ya es problema mío mantenerme así. Lila no lo notará tanto, solo le importará que yo esté ahí, el que sé que hará preguntas interminables será Jack, que ambos estemos acabando lentamente con nuestra amistad lo hace aun peor, no sé cómo arreglar las cosas con él, porque una parte de mí se niega a hacerlo, desde hace un tiempo siempre está distraído en otro lado o llamando a personas misteriosas; a veces le he preguntado por eso y lo único que hace es cambiar de tema y hacer que no pasó nada.

— Diles la verdad, te hiciste fuerte para que nadie te lastime, no estarías mintiendo —esa fue una verdad casi completa, después de ese día me prometí no ser una completa mentira, nadie puede estar feliz las 24 horas y lo sé muy bien. Ya no esconderé lo mal que me siento, es hora de que el mundo lidie con eso. También me volví esto para mostrarle a ese idiota de Mastermind que soy más capaz que él, si pudiera sería el mejor legendario, pero me han dejado claro que su grupo tonto es muy selectivo.

— No creo que Jack se lo trague, se pondrá a interrogarme como loco y soltarme un sermón sobre el respeto ajeno y esas cosas —temo que él me haya descubierto, la forma en la que me miró se sintió muy personal, pero Eden tiene razón, algún día tendré que enfrentarme a él.

— ¿No te parece un poco raro que sea así de duro contigo? —algunas veces, pero lo hace porque me quiere proteger y me quiere mucho, o eso creo; al menos ya no tiene que protegerme, ella ya se fue y ahora tengo poderes y habilidades físicas para hacer lo necesario.

— Antes era el único que le preocupaban mis problemas, entiendo que quiera verme a salvo —sí, debería verlo, debería intentar reparar todo, a él sí lo quiero en mi vida, ¿Quién sabe? Podría convencerlo para unirse al grupo, él tampoco confía en esos arrogantes—. ¿Sabes algo? Creo que sí debería visitarlo, no haré ninguna locura, lo prometo.

— ¿Y ese cambio?

— Dejé que mi plan nos arruinara, ahora que cambié de opinión acerca de esos legendarios Jack al fin se librará de ese tema, ya los odia, o al menos eso creo, no le gusta hablar del tema —sería estupendo que se uniera a nosotros y fuera Blue con un traje azul similar al que Eden y yo usamos.

— No quiero meterte ideas a la cabeza, lo juro, pero ese chico, Jack, no tengo un buen presentimiento sobre él, es muy misterioso —¿lo dirá por las miles de horas que pasa en la biblioteca? También he tenido mis dudas al respecto, pero no creo que oculte algo tan grande, sería incapaz de hacerlo, mentir es algo que no se le da muy bien.

— Es un poco raro, pero es solo eso, creeme, hemos sido amigos desde siempre, no sería capaz de guardarme un secreto tan grande —nos conocimos en el jardín de niños, cuando rompí mi crayón azul y él me prestó el suyo, tengo el recuerdo muy fresco—. Iré lo más pronto posible, parece que va a llover.

A pesar de las objeciones de Eden me pongo una chaqueta negra y me voy al tren para llegar a la casa de Jack, no está tan lejos, pero ya ha empezado a lloviznar y no tengo ganas de montar una escena, no esta vez. Tengo la suerte de llegar justo a tiempo y me pongo en un asiento al lado de la ventana, entre más aumenta la lluvia más se empañan las ventanas; me dejo divertirme y ser por un momento yo mismo y no Red, dibujo una sonrisa en el cristal intentando ver la ciudad a través de dicha sonrisa, algo muy difícil.

Haber tomado la decisión de Red ha sido difícil, tener poderes no lo ha sido en absoluto, es genial y apuesto a que mi papá estaría orgulloso de mí, aunque siempre lo ha estado por más que ya no esté aquí; en cuanto a Red ha sido algo que no tuve otro remedio más que aceptar, no esperaba que firmar para tener poderes me obligara a unirme a los infames, pero sabiendo su objetivo no es tan malo, todos los que formamos parte del grupo hemos sido víctimas de los legendarios, solo queremos que no abusen de sus poderes y se sientan las máximas autoridades, la escuela ha sido solo una parte del plan e intentamos que nadie haya resultado herido, solo era una forma de presionar a los legendarios.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.