Daniel
Quisiera alegrarme por Jack, al fin se va a liberar de sus cadenas, de las mentiras de los legendarios; pero él no está bien, no deja de gritar y sacudirse intensamente, su cuerpo está rechazando la fórmula. No puedo resistir mucho tiempo viéndolo sufrir, me hace arrepentirme de haberlo orillado a formar parte de nosotros, tengo miedo de que muera. Eden me aseguró que el proceso sería fácil y conmigo lo fue. Salgo de la habitación de pruebas a tomar aire fresco y pretender por un minuto que allá dentro hay un caos proveniente de una única persona. He pensado que debería salir de aquí y escapar de Alhamia, pero no quiero irme de aquí sin que Mastermind sepa que soy igual de capaz que él, que se equivoca.
— Estás muy pensativo hoy —Eden me ha seguido, ya no sigue tan enojado como hace dos días que metí la pata y terminé revelándole mi secreto a Jack.
— Solo necesitaba salir de ahí, no me apetece verlo sufrir así.
— Bueno, le revelaste nuestro secreto, no podíamos dejarlo ir así.
— Sé que fue muy estúpido por exponerme, pero ¿no hay alguien que le hubiera borrado la memoria? —hubiera sido una solución más eficaz y menos dolorosa para ambos, incluso serviría para que se olvidara de los legendarios.
— No lo hay y Jack tiene ese algo que nos ayudaría.
— ¿Ese algo?
— Es un muy buen elemento, creeme que si se adapta a la fórmula como es esperado será un hueso duro de roer, lo sé —no creo que Jack tenga eso que Eden dice, tiene una excelente forma física (ahora que lo pienso, es raro teniendo en cuenta que pasa la mitad del día leyendo sin parar), pero lo único que hace es hablar sobre lo que le gustaría cambiar en el mundo y sobre lo mucho que desea escribir.
— ¿Crees que acepte trabajar con nosotros? —hace semanas no lo hubiera dudado, pero ahora que cambió de opinión no creo que acceda fácilmente a nuestra causa.
— Tendrá que, ya no hay vuelta atrás —Eden se ha comportado un poco raro desde que tengo poderes, antes era más cariñoso y feliz.
Jack deja de gritar y entro asustado pensando que ha muerto, no me dejo llorar para que sigan pensando que soy fuerte y crean que no puedo con Mastermind; pero no ha muerto, de él se desprende corrientes eléctricas y de algún modo ha hecho que los pocos objetos que hay, todos de metal, floten por toda la habitación, incluso al entrar me siento mucho más ligero, como si también me quisiera hacer flotar.
— Ha funcionado correctamente —dice el señor Martin, él se ve muy alegre, tendrá a tres chicos poderosos en el equipo, sería loco que nos asignara a un grupo nuevo, seríamos como ese grupo de espías de una caricatura antigua—. Red, cuídalo en lo que llega el modista para hacer su traje.
Me dejan solo y al cerrarse la puerta me llega una ola de arrepentimiento y un tsunami de miedo, Jack está a nada de desmayarse, está muy débil y parece estar delirando con la cabeza yendo de un lado al otro. Ojalá ese modista llegue temprano porque no quiero ver el sufrimiento de Jack por mucho tiempo, además, tengo planeado atraer a Mastermind a las 7pm, ayer no funcionó y quedé como un grandísmimo tonto. Después de media hora y a veintidós minutos de mi pequeño plan Jack vuelve en sí y me mira a la cara, no sé que es peor, que he sido estúpido por haberle causado esto o su rostro lleno de decepción.
— Descuida… —no quiero que él inicie con una frase que me mate, prefiero decir una estupidez como lo hago siempre, el que solía ser antes de ese día—. Estarás bien, lo prometo.
— Lástima que perdí a mi amigo —pero soy su amigo, intenté hacer lo mejor por él—. Jamás volveré a estar bien y todo por tu culpa.
— Quería liberarte, Jack, yo…
— ¡No digas mi nombre, no mereces decirlo!
— Quería hacer lo mejor para ti y lo sigo intentando.
— Solo haces lo mejor para ti, eres tan egoísta que preferiste sacrificarme con tal de seguir manteniendo esto.
— ¡Yo no quería que te involucraras en nuestros planes!
— Si es así, lo hubieras ocultado —debí hacerlo, pero una parte de mí me decía que me iba a delatar—. Creo en Dani, no en ti.
— Sigo siendo Dani, he cambiado un poco, pero sigo siendo tu amigo.
— ¡No eres Dani, él está muerto y tú lo mataste! Dani solo quería tener poderes y salvar al mundo, no hacerlo pedazos —es lo que tenía que hacer para no volver a ser tan débil y creer en esos legendarios.
— Soy Dani, juro que cuando acabe esto todo volverá a la normalidad.
— Eres Red, es lo único que veo en ti, y creeme que cuando todo vuelva a la normalidad me alejaré de ti para siempre. Ojalá te encierren en prisión de por vida.
— ¡Tienes que escucharme, no estás…!
Lila me está llamando, tengo que contestarle o va a sospechar.
— ¿Lila? —así es como solía responderle por llamada, hace tiempo que no lo hago.
— Que bueno que contestaste —suena alarmada, debe ser por el secuestro de Jack, a quien le cubro la boca en un movimiento para que no grite, aunque él no lo intenta—. Jack no está.
— ¡¿Cómo que no está?!
— Alguien lo secuestró, esta mañana sus padres fueron a verlo y no estaba, había marcas en la ventana —eso fue un descuido de Eden, no mío—. Dime que está contigo, me está preocupando muchísimo.