El Secreto del Héroe

12

Daniel

Ver mi cara en letreros de búsqueda y captura se siente tan irreal, todos me buscan y ahora que Jack corrió asustado a delatarme no he tenido otra opción más que esconderme con Eden en una casa a las orillas de la ciudad, decidí irme por mi cuenta después de ser regañado por el señor Martin; mis acciones han arriesgado demasiado su plan de terminar con los innecesarios de los legendarios y que nosotros seamos su reemplazo sin corrupción y sin menos gastos para los ciudadanos al ser Arkom quien se encargue de eso.

Siento que los he decepcionado a todos, metí la pata por ser demasiado emocional y estoy pagando las consecuencias. Eden sigue siendo el mismo chico reflexivo y calmado que había conocido, solo que ahora sé más de él, como su gusto por el ajedrez y el tenis, incluso me ofreció jugar cuando recién nos habíamos conocido.

— Iré mañana por más comida, jamás pensé que utilizaríamos esta vieja choza —ni yo, pero no tengo opción—. Tengo dinero de sobra, no te preocupes.

— Pero estoy preocupado, arruiné todo.

— Tenemos oportunidad, Dan, ya verás, no estarías aquí si no te hubiera visto mucho potencial y ese gran carisma —me besa y siento, por un solo segundo, que todo estará bien—. Eres la mejor persona que he conocido.

— Yo también te amo —le devuelvo el beso y de un minuto a otro veo su mano avanzando por debajo de mis pantalones. No, no estoy listo para eso—. Mejor hay que esperarnos, ya sabes, tenemos que dormir.

— Si tu lo dices… —quita su mano y se va a dormir, tengo suerte de que todavía durmamos en camas separadas, siento que si compartiéramos una la cosa sería diferente—. Te veo por la mañana.

Cuando Eden se va al supermercado, me pongo a dar vueltas por la casa, como ya no tengo acceso a un teléfono estoy prácticamente incomunicado y sin saber nada del exterior, la única opción sería prender la televisión, pero casi todo lo que pasan, a excepción de los noticieros, son programas retransmitidos de hace décadas. No es que ya no se hagan películas y series, solo que ya no se hace a gran escala y el mundo tiene problemas más importantes que ver cómo Victor engañó a Julia con John. Debería escapar de la ciudad, podría hacerlo si lo hago a altas horas de la noche en una de las zonas menos vigiladas por el terreno en el que se construyó esa parte de la muralla.

Eso podría ser, dejar Alhamia para siempre y buscar refugio en una ciudad sin legendarios y sin gente con poderes; la cirugía plástica es una buena opción para no ser reconocido.

Me siento más solo que nunca y lo único interesante que puedo hacer es prender la chimenea una y otra vez solo con tocar la madera, es como si yo fuera un enorme fósforo. También he notado que soy más caliente en el sentido literal, puedo derretir una barra de mantequilla con solo ponerla en mis manos; es genial, aunque un poco raro.

Como dos horas después, eso creo, la puerta se abre y Edén entra con al menos cinco bolsas llenas de comida que no me parece antojable, no porque esté en mal estado, no tengo ganas de comer, después de que el señor Martin me regañara me quedé sin hambre y sin ganas de continuar con esto. Él deja las cosas en la puerta de la cocina y se sienta a mi lado con su hermoso rostro, es la única persona que tengo en mi vida, todos los demás se largaron y me dejaron a morir.

— Jamás te había visto tan pensativo —no sé como Eden logra encontrar el lado bueno en la situación, solo he provocado miles de desastres y me he condenado por idiota.

— ¿Crees que haberme dado poderes fue un error? —tal vez Jack no se equivocó al decirme que era tan idiota por hacer lo que sea por tener poderes, lástima que también lo condené a él a vivir en este mundo.

— Para mí fue la mejor elección, eres la única persona real que conozco y no está ahí detrás de mi padre, eres tan cálido con o sin poderes. Estar contigo es una experiencia mágica.

— Y tú eres el único que comprende mis acciones, los demás creen que soy un idiota sin remedio, pero me haces sentir como alguien normal.

— Eres más que eso, Dan, eres muy especial —pone su mano en mejilla, amo cuando se pone tan romántico—. No todos pueden ver el mundo como lo haces tú, a veces quisiera estar en tu mundo para que supiera cómo hacerte más feliz.

— Tu presencia me hace más feliz, Ed, solo te necesito a ti.

Nos besamos y vuelvo a sentir que todo tiene esperanza, que tal vez podamos escapar de esto. Nos seguimos besando y en cuestión de un parpadeo ambos estamos en su cama besándonos y arriesgándose más que cuando hacemos una misión, nuestras camisetas han volado al suelo y nuestros pantalones están a punto de salir. Lo único que nos detiene es una llamada del señor Martin.

— Perdón por arruinar el momento, si no le contesto se volverá loco —se va de la cama y me quedo ahí esperando viendo como mi primera vez se va a aplazar gracias a un regaño extra por mi culpa—. Te debo una.

Al irse al pasillo, la conversación ha de ser privada, no cierra bien la puerta y no puedo decirle porque está hablando con su padre. No puedo evitar levantarme de la cama y ponerme detrás de la puerta queriendo escuchar lo que el señor Martín tiene para opinar de mí.

— ¿Pasa algo, padre? —Eden está nervioso, lo veo temblando y su voz ya no demuestra la seguridad que él suele tener.

— Sí, pasa algo, niño, espero que estés reprendiendo a Red como es debido —¿reprenderme? Es como si fuera mamá—. El niño no ha aportado absolutamente nada, es más, nos ha causado más problemas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.