El Secreto del Héroe

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Jack

Nadie me preparó para este momento, no hay un manual para contarle a tus amigos que eres un superhéroe, deberían considerarlo si siguen reclutando a jóvenes para ser legendarios. Después de recuperarme y superar que ya no soy un legendario, me obligo a mí mismo a contarles a Lila y Kel toda la verdad; ya no pertenezco a los legendarios, no tengo que seguir sus normas (sólo los acuerdos de confidencialidad).

Ambos han conseguido el tiempo suficiente para estar aquí en mi habitación, listos para que sepan porqué pasó lo que acaba de pasar. Está de más decir que los dos están confundidos, el tema de mi secuestro fue muy polémico y muy confuso para la mayoría.

— Como saben, hace dos semanas Daniel me secuestró para que fuera parte de los Infames —que pésima forma de iniciar, justo con lo peor que se me ocurrió y no con los hechos más importantes de la historia—. Para que me rescataran tuve que decirte —señalo a Lila—... parte de la verdad, que yo… que yo era un legendario.

— ¿Tienes poderes? ¿Cómo es que jamás lo notamos? —pregunta Kel completamente sorprendido, aparentemente Lila no le contó mucho.

— Manifesté mis poderes a los 12 años, cuando me sentía triste o enojado las cosas cambiaban de lugar o flotaban si me enojaba demasiado; mis padres decidieron que era mejor mantenerme en casa en lo que me controlaba.

— Lo recuerdo, fuiste a un campamento especial, casi nunca nos hablabas de lo que pasó ahí —Lila se mostraba más curiosa al respecto, me preguntaba cada que me veía, y yo le decía que no era gran cosa y que fue aburrido.

— Estuve aprendiendo a mantener mis poderes en control para volver a la escuela, después de eso lo mantuve en secreto hasta que cumplí catorce, empecé a ayudar a la gente, creo que ustedes lo recuerdan.

— Recuerdo eso muy bien, salvaste a mi primo usando un pedazo de tela en tu cara y con tu símbolo cosido en tu camiseta —menciona Kel, aunque yo no recuerdo bien esos primeros días, fueron tan irreales que mi cerebro decidió borrarlos.

— El asesinato del padre de Daniel me motivó a hacerlo, quería que Daniel tuviera fe en el mundo y que todos se pudieran sentir seguros —ya no puedo ver esa mañana, cuando me enteré del asesinato, de la misma manera, la muerte de Daniel y su resurrección como Red ha alterado mi perspectiva—. Quería que todos supieran que los iba a proteger —era tan inocente en esa época, creía que todo era fácil y veía el mundo como solo un puberto lo podía ver, buenos y malos, nada más—. Poco tiempo después la liga de legendarios se interesó en mí y me reclutaron, vieron en mí una esperanza y no pensaron mucho en tener a un chico de 15 años entre ellos. No solo me incluyeron en sus actividades y me dieron ciertos privilegios como pases a la Legend-Con, también mejoraron mi traje de spandex —me dirijo a mi armario y les revelo lo único que el complejo no pudo quitarme, lo que fui antes de ser un legendario—. No me queda muy bien, he crecido mucho en dos años —quisiera ponerme el traje que usaba antes, cuando era divertido para mí.

— Es cómo tocar la proclamación de Alhamia —Lila se ve impresionada al tocar el traje, tuve una reacción familiar—. ¿Y qué pasó después?

— Tenía que asistir a entrenamientos, a las Legend-Con, eventos del gobierno y más misiones que antes —fue difícil acostumbrarme, tal vez nunca lo hice porque jamás sentí que fuera visto como alguien competente, solo era un niño para los demás—. Empecé a apartarme de ustedes y tener que mantener a Daniel despistado para que no me descubriera.

— ¿Entonces no ibas a la biblioteca todos los días? —pregunta Kel, a veces a ellos dos los llevaba a la biblioteca a esperarme por horas por una misión de último minuto.

— Algunas veces sí, otras veces me escapaba y volvía después de cumplir con mis misiones; tuve suerte de que me tuvieran piedad y me pusieran misiones más relajadas, supongo que tenían miedo de ser responsables de un adolescente y algo saliera mal. Pude mantenerlo en secreto por un tiempo, pero el día del examen de Economía cometí un error y casi entro con mi traje puesto a mi habitación sin saber que Daniel estaba ahí.

— Oye, sí, me contó que sintió una conexión especial —Lila de inmediato se sonroja, tal vez ya entendió lo que provocó en Daniel—. ¿Se enamoró de ti?

— De Mastermind y tenía que solucionarlo, así que conseguí que Ice King y él se encontraran para que Daniel perdiera el interés en mí, ¿Qué es una pequeño encuentro en comparación a una charla con otro legendario?

— No entiendo, ¿usaste a otro legendario para que Daniel corriera a sus brazos? ¿No es un poco grosero? —sé que fue un plan estúpido, Kel, usé a mi amigo para engañar a mi mejor amigo.

— Lo sé, pero no me quedaban muchas opciones, esa misma mañana ya quería infiltrarse en el complejo de legendarios para ser uno de ellos; pude persuadirlo para que se limitara a hacer una página web —era el momento perfecto, no tenía que preocuparme de mantenerlo lejos y así todo volvía a la normalidad—. Luego llegaron los infames y echaron todo el plan por la borda.

— ¿Viste al Vengador morir? —Kel y Lila hacen exactamente la misma pregunta, yo solo asiento para no tener que contar detalles, ese día fue demasiado para mí.

— No era un gran amigo, pero nos teníamos cierto cariño de compañeros —jamás me tomó enserio, ni una sola vez, pero siempre me trató bien—. Ese día pude ver a Dani vigilándonos, no sé porque, cuando le preguntó no quiso decir mucho. En el funeral él conoció a Eden y ustedes ya saben lo que pasó —ojalá hubiera podido llegar como civil y ayudar a Dani a llegar a tiempo a su casa, nos hubiéramos ahorrado mucho sufrimiento—, no sé cómo lo convenció de hacer la idiotez del zoológico, pero presentí algo malo y lo salvé en el último momento.




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