El Secreto del Mausoleo

Mi poder

Por suerte Josh logró soltarse cuando la estalagmita a la que estaba amarrado se rompió, tomó a una desmayada Ester en brazos y corrió, vio que el techo cercano empezaba a derrumbarse encima de ellos, así que con sus últimas fuerzas la lanzó para que cayera lejos de las piedras, que sepultaron al joven de las orejas puntiagudas.

Unas horas después la mujer fue despertada por su guardia, luego del amanecer, al no encontrarla en el palacio salieron a buscarla, así encontraron a los hombres de Lord Xerab, y dieron con el lugar, al preguntar por Josh, le dijeron que no encontraron a nadie más allí dentro, ella entendió que prefirió salvarla, y ser él quien muriera.

— Fui una tonta, me deje llevar por los celos y no te creí — se acercó llorando al derrumbe.

Por un segundo creyó sentir la voz apagada del joven, al principio pensó que había sido su imaginación, pero uno de los soldados puso su oído en la roca, y también sintió la llamada, rápidamente empezaron a sacar los escombros, cuando estaban casi a su lado, se dieron cuenta que había un gran peñasco sobre el joven príncipe, que solo tenía libre la cabeza, si seguían desenterrándolo la roca se derrumbaría y lo mataría.

— Lo siento... mi hermana me lo dijo, no todo es lo que parece... debo sacarte... salvarte.

— Cualquier movimiento y eso — apuntó con sus ojos al peñasco — me aplastará... no hay forma de ayudarme. Al menos sabes que todo fue una trampa de Xerab, y que no te engañe consciente con esa mujer — le sonrió — me alegro que estés a salvo.

— Debemos irnos su majestad, los derrumbes siguen y pronto esto quedará cubierto de nuevo — le apremió el comandante.

— Ve, siempre te amaré.

Ester se soltó. Debía pensar en algo.

— NO, NUNCA MAS HUIRÉ, DEBO SALVARLO — gritó desesperada.

— No deje que el sacrificio de su amigo sea en vano, vayámonos — insistió el uniformado.

La terrestre buscó una solución en su mente, de repente la voz de Xerab volvió a ella: "si tú quisieras podrías destruir esta montaña, tienes poderes inmensos, pero no sabes utilizarlos", lo hizo levitar y explotar, sonrió, ya sabía que debía hacer.

— Por favor, necesito dos voluntarios que deben estar preparados para sacar a Josh, apenas yo pueda levantar las piedras.

— Es imposible mi Reina, no podrá mantenerlas en el aire tanto tiempo, he visto sus entrenamientos, además el desgaste de su energía vital será demasiada... mortal.

— Solo necesito dos personas que me ayuden, nada más — rogó al grupo de hombres.

Un par de guardias que se hicieron amigos del príncipe mientras estuvo en el palacio, se ofrecieron a apoyarla, todos los demás se fueron corriendo entre las rocas que caían del techo, ella se puso frente al lugar, recordó cómo se sentía cuando Xerab la estaba besando y tratando de abusar de ella, su angustia y miedo le ayudaron a activar sus poderes, sus ojos parecieron soles, las piedras empezaron a tener el mismo brillo, comenzaron a levitar y se abrió un espacio hasta donde estaba Josh, los guardias lo tomaron y a ella, y salieron lo más rápido que pudieron, eso fue lo último que vio la terrícola antes de caer inconsciente.

Ester sintió que al tratar de abrir los párpados, éstos le pesaban como si fueran de cemento.

— ¿Dónde... estoy? ¿Josh... está bien?... Me siento... tan... cansada...

— Aquí estoy — respondió el aludido — nos asustaste, llevas diez días durmiendo, temimos que no despertarás nunca.

— No podía dejarte... morir... te amo... tuve que averiguar... de la manera difícil... que todo fue... un engaño de los hermanos para... separarnos... y lo lograron... lo siento.

— No debes disculparte — le acarició el cabello.

— Ahora quiero dormir... tengo mucho sueño.

— Lo que digas es una orden, mi "Reina".

Se besaron tiernamente, luego el hombre se retiró para dejarla descansar, salió feliz a pedir que avisaran al pueblo que Hevi estaba bien. En su lecho de convaleciente, la primera orden de la soberana fue expulsar a la hermana de Xerab del reino, nunca más se la volvió a ver.

Cuando la joven se recuperó, fue a ver a los líderes de los rebeldes en compañía del príncipe, quienes luego de varias conversaciones y al ver su poder mental, depusieron sus armas, al final la aceptaron como a la soberana de la leyenda. Esta vez fue Josh quien pidió la mano de la Reina en la coronación, quien lo aceptó inmediatamente, con una sonrisa en los labios.

El día del enlace el pueblo estaba feliz al ver lo radiante que se veía su soberana. Los guardias que ayudaron a salvar a Josh de la cueva, ahora eran sus consejeros y los mejores amigos de los Monarcas.

Mientras los esposos descansaban luego de hacer el amor, en su noche de bodas, conversaban sobre lo ellos.

— Has cambiado mucho desde que llegaste al campamento.

— Lo sé, siempre quise ser fuerte, ser yo quien ayudará a quienes amó, pero no pude, por eso me dolió tanto no haber podido proteger a mis amigos... — su mirada se tornó oscura — o a mi hermana... fui una cobarde... debí protegerla.

— En ese tiempo no hubieras podido hacer nada.

— Mis padres sufrieron un accidente y cayeron del camino al interior de donde vivíamos, solo yo iba con ellos en el auto, quede sin heridas graves, los vi bañados en sangre, trate de subir a la carretera a pedir ayuda, pero caí varias veces. Mamá que estaba consciente, me dijo que no lo intentará de nuevo, que pronto llegarían a sacarnos de allí, me quede a su lado, cuando nos encontraron ellos estaban muertos...

Él le besó la frente para confortarla.

— Josh ¿No tuviste miedo cuando entraste al portal atrás de mí?

— No, ya no podría vivir sin ti. Quería demostrarte que mi amor hacia ti es verdadero.

— Agradezco que existan estos portales mágicos, porque así pudimos conocernos, te amo — se besaron de nuevo.

Con los años demostraron ser unos gobernantes amables y justos, tuvieron varios hijos que siguieron las huellas de sus padres, llevando al reino a un período de paz y prosperidad que duró muchos siglos.



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En el texto hay: esperanza, aventura, muerte

Editado: 02.06.2020

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