El Secreto del Profesor

Ojos ciegos

- Violeta -

 

Los besos húmedos que siento en el cuello me dejan sin aliento, poco a poco los besos empiezan a subir por mi mejilla hasta llegar a mis labios, abro la boca para profundizar el beso y por alguna razón decido abrir un poco los ojos y veo...

 - ¡¡Aaaaahhhhh!!! Blue que asco - genial el primer contacto sexual de mi vida lo tuve con mi perra alaska de un año.

 

 "Ja, ja, ja... Pues yo que tú lo hubiera disfrutado porque así como vas no tendrás otro en mucho tiempo, o al menos no fuera de tus sueños pervertidos"

 

Esas vocecita molesta es mi subconsciente burlándose de mí, y tal vez sea cierto pero lo último que haré será aceptarlo. Con toda la pereza del mundo mundial me levanto y voy hacia el baño para lavarme la cara, al volver me siento en la cama y enciendo mi celular para ver la hora.

- ¡¿7:20 am? No puede ser, llegaré tarde a la escuela! - "como siempre" vuelve a decir mi subconsciente

Sin ganas de hacerle caso regreso al baño, está vez para ducharme, me baño a velocidad de la luz y al salir me dirijo al armario para ver qué encuentro para ponerme y no porque no tenga ropa, en realidad tengo mucha, pero está toda desordenada y amontonada en montañas. A pero eso sí, cada una está organizada, una montaña es de ropa sucia, la otra de ropa limpia y una más de dudosa procedencia. Diría mi abuela, junta pero no revuelta.

 - Un día voy a acomodar todo esto - digo en voz baja

 

"Si claro, si te pagarán por cada vez que has dicho lo mismo ya serías millonaria"

¿Alguien sabe cómo se apaga esa vocecita de la cabeza que solo sirve para joderte?

 

En fin, milagrosamente logro arreglarme con rapidez solo me falta encontrar mi tenis izquierdo, así que con solo un zapato empiezo a buscar el otro con desesperación por todo mi cuarto. Buscó en el armario, la cómoda, el baño, entre las sábanas y hasta dentro de la caja del excusado. Por suerte no lo encontré ahí. Por fin, después de casi 20 minutos lo encuentro dentro de una bolsa de mano que estaba bajo la cama no sé qué hacía ahí pero no importa. Me veo por última vez en el espejo y aunque no tengo la belleza de una Miss Universo no estoy nada mal. 

Estoy vestida con un pantalón de mezclilla azul celeste y un top rosa pálido de manga larga que le favorece muy bien a mi cuerpo de manzana (osea mucho de arriba y poco de abajo) mi piel no es ni blanca ni morena más bien es tipo leche con chocolate, lo que hace resaltar mis ojos tornasol que hoy se ven más azules que verdes y como toque final mi cabello lacio que me llega un poco más abajo de la cintura es de un tono castaño rojizo pero con las puntas de color violeta. El único detalle que no es muy de mi agrado es mi estatura de 1.60 pero tengo la esperanza de crecer un poco más en los próximos par de años.

Al llegar al comedor veo desayunar a mi familia formada por mi papá Roberto, mi mamá Lucía y mis 3 hermanos mayores. Si si, como leyeron soy la menor de 4 y la única mujer. Realmente no sé cómo le hicieron mis padres para coordinarse en cada embarazo pues en todos hay una diferencia de 3 años. Noah, el mayor, tiene 25, Erick tiene 22, Miguel 19 y yo con 16 pero no crean que ellos son indiferentes conmigo solo por ser mayores o porque yo sea mujer, en realidad me quieren y miman mucho,  además que son bastante celosos.

- Buenos días - los saludo dándoles un beso a todos

- Buenos días Lila - saludan todos

(un dato interesante es que mi familia siempre me llama Lila solo porque según ellos es un diminutivo de Violeta)

- ¿No vas a desayunar? - pregunta mi mamá al ver que tomo una manzana y una barra de cereal

- No puedo debo irme... -

- ¿Y piensas salir así? - me interrumpe Erick

- Claro ¿Por qué no? - pregunto con obviedad

- Porque no dejas nada a la imaginación - responde Miguel con desaprobación

- Vamos no es para tanto - refutó fastidiada

- Claro que lo es, tienes 16 años, no puedes salir así a la calle - esta vez es Noah el que habla

- Tus hermanos tienen razón, será mejor que vayas a cambiarte - condena mi papá

¿Ya les había dicho que los hombres de esta casa son excesivamente celosos?

 - Lo siento pero ya voy tarde, además tengo una chaqueta en la mochila - contesto para luego salir de casa antes de que digan otra cosa

Lo de la chaqueta es una vil mentira pero era necesario. Reviso mi celular y veo que solo tengo 20 minutos para llegar por lo que empiezo a correr como loca por la acera. Paso junto al Hyde Park que al menos de este lado del lago tiene una rosaleda de muchos colores y la fuente dedicada a la princesa Diana que lo hace ver mucho más romántico. Después de correr por casi 15 minutos logro ver la escuela a un par de cuadras por lo que me siento más tranquila. Al ver el semáforo en rojo cruzo la calle pero antes de llegar a la otra acera el claxon de un auto junto con el chillido de las llantas me hacen frenar en seco veo un auto blanco perla venir hacia mi y en un acto reflejo doy un brinco a un costado, pero pierdo el equilibrio y caigo al suelo golpeándome la frente, el dolor me obliga a cerrar los ojos. Creo que hasta puedo ver la luz al final del túnel.

 

¿Abuelita, eres tú?...

 

Ok tal vez estoy exagerando.

- Señorita ¿estás bien? - escucho que me pregunta una voz masculina, muy sexy por cierto, pero yo no doy para responder

¿Será que ya estoy muerta y un ángel me ha recibido?

- Señorita, por favor responde ¿estás bien? - vuelvo a escuchar la voz y al ver que no contesto me levanta por la espalda recostando mi cabeza en su hombro permitiéndome inhalar su colonia que me hace suspirar

No sabía que en cielo hiciera tanto calor, siento que me quemó.. ¡Hay dios! ¿Tan mal me porte en vida que me mandaron al infierno?




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