- Jared -
¡¡Por fin es lunes!! Después de un largo y aburrido fin de semana por fin podré volver al trabajo que amo y eso me tiene muy feliz.
"Ah ¿Era por eso?, yo creía que era porque vas a volver a ver a la flor salvaje"
Que onda con esa vocecita, cómo cree que voy a estar feliz de ver a Violeta, bueno no mucho...
Ok tú ganas si me entusiasma verla otra vez.
"Jeje, lo sabía"
No se que ha hecho conmigo esa niña, solo ha pasado una semana y ya no puedo dejar de pensar en ella, pero bueno, mientras ella no lo note todo estará bien.
Me levanto de la cama con la intención de salir a correr, pero está haciendo demasiado frío por lo que decido quedarme a hacer ejercicio en el pequeño gimnasio que tengo en una de las habitaciones. Al terminar mi rutina estoy lleno de sudor por lo que me doy una ducha caliente para relajar los músculos, al salir del baño me dirijo al armario para buscar que ponerme pero el sonido del timbre me detiene. Que raro no esperaba a nadie tan temprano ¿Quién será? Mientras pienso en las opciones de quien pueda ser abro la puerta sin detenerme en preguntar quien es pero me arrepiento de inmediato al verla.
- Violeta, ¿Qué haces aquí? ¿Como supiste donde vivo? - le pregunto preocupado, pero ella no responde solo la veo sonrojarse mientras me mira de pies a cabeza
Sigo su mirada y me doy cuenta de que estoy casi desnudo sólo me cubre una toalla atada a la cadera.
- Aah, yo... -
Violeta trata de decir algo pero antes de que lo haga le azotó la puerta en la cara y me doy la vuelta para ir a cambiarme. Sin embargo me percato de lo que hice y me vuelvo a arrepentir, regreso a la puerta y esta vez la abro son un poco, lo suficiente para asomar la cabeza y poder hablar.
- Dame un momento sí, ya te atiendo - ella asiente sin decir nada yo vuelvo a cerrar la puerta y corro al cuarto para ponerme decente.
- No puedo creer que me haya visto así, debe pensar que soy un pervertido - me regañó en voz baja
"Si eso crees ahora, imagínate lo que pensaría si supiera todo lo que le haces en tus sueños"
Se burla de mi subconsciente y yo mejor la callo, no quiero pensar en esas cosas mientras ella está en mi departamento. Me visto con un pantalón azul rey y una camisa negra ato mis zapatos quién sabe cómo y mientras bajó por las escaleras me peino lo mejor posible, al llegar a la puerta aviento el cepillo a uno de los sillones y trato de verme lo más tranquilo posible, pero al abrir la puerta ella ya no está ¿Tanto me tarde?
- ¡¡¡Buuuuuuuuuu!!! -
- ¡¡¡¡Aaaaaahhhhhhh!!!! -
Ese fue mi grito de terror al ver a Violeta salir de golpe detrás de una planta artificial que estaba en el pasillo dónde estaba escondida. Su grito inesperado me provocó un susto de muerte.
- ¡¡Violeta que pasa contigo, casi me da un infarto!! - le gritó mientras pongo una de mis manos a la altura de mi pecho
- Eso le pasa por cerrarme la puerta en la cara - me responde divertida
- Pero eso fue accidente - me defiendo nervioso
- Pues su infarto también hubiera sido un accidente - contesta entre risas
Dejo salir una ligera risa ante su respuesta, en verdad que esta chica no tiene remedio, y si sigue así yo tampoco lo tendré. Al dejar de reir nos quedamos mirandonos a los ojos por unos segundos o tal vez minutos, no sé, si por mí fuera la miraría todos los segundos de mi vida, pero como sé que eso no es posible prefiero romper el silencio y empezar a hablar.
- Lamento lo de hace un momento estuve haciendo ejercicio y termine llenó de sudor cuando llegaste acababa de salir de bañarme - le explicó nervioso, pero ahora que lo pienso no sé porque le dije eso - pero ¿en qué puedo ayudarte? -
Ella agacha la mirada y me dice dudosa, lo cual es bastante raro en ella, ya que siempre se ha mostrado segura con lo que dirá, sobre todo si está frente antes mi.
- Es que hay algo que quiero hablar con usted y no podía hacerlo en la escuela - dice evitando mi mirada
- De acuerdo, pasa puedes sentarte en uno de los sillones si gustas - ella entra sin decir nada y se sienta en el sillón de tres piezas
Yo cierro la puerta y me siento frente a ella, ahora que la puedo ver mejor noto que su cabello está peinado en una coleta alta, algo que la hace lucir muy bien, está usando un vestido gris que le llega a las rodillas con un abrigo negro ajustado a la cintura y una botas largas del mismo color. Mientras yo la descifraba sin pudor, ella parece escanear todo a su alrededor haciendo pequeños gestos con su rostro, haciéndome ver que en su mente está razonando el porqué de todo. A los pocos segundos parece haber terminado de memorizar cada rincón de la sala, por lo que vuelve a centrar su atención en mí. Al hacerlo se da cuenta de que la estoy mirando con mucho detenimiento. De inmediato desvió mi mirada para evitar que se sienta más incómoda de lo que ya estaba.
- Dime ¿cómo supiste dónde vivo? - preguntó para tratar de llenar el silencio
- Una de las compañeras me dijo - me dice mientras juega con sus manos
- ¿Bueno y qué era lo que querías decirme? - le pregunto con curiosidad
De inmediato la veo sonrojarse, lo que me hace pensar que no es nada bueno lo que me dirá.
- Es que, me quería disculpar con usted - dice con rapidez
- Disculparte, ¿Por qué? - le pregunto confundido
- Por todo, por la patada, por hablar en clase, por llegar tarde al salón, por lo de la silla y por... ¿Usar minifalda? - me responde tímida y yo sonrió al recordar todas las discusiones que tuvimos durante la última semana