El Secreto del Profesor

¡¡Aléjate!!

- Violeta -

Vaya clase que tuvimos hoy, debo aceptar que me preocupa el extraño comportamiento del profesor normalmente está feliz y activo pero hoy parecía estar triste, perdido ¿Qué le habrá pasado?

 

"Si tanto quieres saber preguntaselo"

 

Como crees que le voy a preguntar, qué pena. 

 

"¿Pena? Eso lo hubieras pensado antes de hacer tus desfiguros en su casa"

 

Oye, en mi defensa yo no sabía que el café me drogaba ¿ok?

 

"Como sea, el caso es que después de haberte visto en ese estado ya nada debe sorprenderle no creo que pase nada si le preguntas qué tiene"

 

Está bien tú ganas voy a hablar con el, haber que sale solo espero y no te pese.

 

"Nos pese mi ciela acuérdate que yo solo vivo en tu cabeza"

 

Después de esa charla motivacional que tuve con mi subconsciente, ahora me encuentro en la acera de la escuela esperando a que el maestro salga. En eso siento que unos brazos me sujetan por la espalda tensandome de inmediato.

- Hola muñequita - escucho que una voz conocida me dice al oído y en seguida me giro para verlo de frente

- Marco, ¿Qué crees que estás haciendo? Suéltame - le ordeno molesta 

- Vamos muñeca no te enojes yo solo quiero hacerte feliz - me dice acercándome más a su cuerpo

Ya sé a qué se refiere con eso de hacerme feliz.

- No me llames muñeca, odio que me llamen así, ya suéltame que contigo no pienso tener ningún momento feliz - contesto asqueada

Lo tomo de los brazos intentando soltarme pero es más fuerte que yo y me es imposible.

- Eso dices porque no sabes lo que tengo en mente - responde acercándose a mi oído

Empieza a susurrarme cosas que prefiero no repetir, yo me quedo estática al escucharlo, cuando lo veo estampar sus labios contra los míos. Al principio no sé cómo reaccionar, hasta que la rabia me hace golpearlo en la entrepierna con la rodilla haciendo que se aleje por el dolor.

- ¡¡Eres un maldito degenerado, como te atreves a faltarme al respeto de esa manera, te quiero lejos de mi entendiste!! - le grito furiosa para luego empezar a caminar lo más rápido que puedo 

- ¡Qué asco! - rezongo en voz baja mientras limpio mi boca con mis manos

 

"Eso te pasa por quedarte afuera de la escuela sin ninguna razón"

 

¡Tú cállate! Fuiste tú la que me dijo que me quedara así que es tu culpa.

 

"Para que me haces caso"

 

Ruedo los ojos por la estúpida discusión que estoy teniendo conmigo misma. ¿Debería preocuparme que mi mente tenga voz propia? Supongo que es normal en una chica de mi edad... ¿Si lo es, verdad?

En fin solo espero que le haya quedado claro a Marco que lo quiero lejos de mi, es que en verdad no me interesa y no porque no sea apuesto, en realidad sí lo es, su piel es blanca, tiene el cabello rubio y los ojos verdes tipo gato. Tal vez les suene familiar esta descripción pues es la misma que les di de la resbalosa de Tara y no es casualidad lo que pasa es que son hermanos. Si, leyeron bien Marco es el hermano mayor de Tara que a pesar de su diferencia de dos años son casi idénticos y no solo físicamente también en su personalidad, pues como pudieron notar este animal es igual de cínico, engreído y miserable que la víbora de su hermana. ¿Qué bonita familia verdad?

Ya en casa trato de concentrarme en hacer la tarea pero no dejo de pensar en el profesor, bueno no precisamente en él, bueno si en él pero no de esa manera, quiero decir que no en mal sentido, osea que... me preocupa su comportamiento de hoy ok.

Y como no pude hablar con él por culpa del nefasto de Marco ahora la curiosidad me está matando y si algo tengo es que no sé quedarme con la duda y no creo poder resistir hasta mañana para poder preguntarle. Entonces recuerdo que entre los datos que Brisa me dio de él cuando fui a su casa estaba su número de teléfono, empiezo a buscar la hoja donde me lo escribió, por suerte la tenía guardada en uno de los cajones del buró que por fin tuve el valor de ordenar.

Guardo el número en los contactos y cuando estoy por marcar me arrepiento y arrojó el celular a la cama, pero al poco rato lo vuelvo a tomar para luego hacerlo a un lado otra vez. Lo tomo una tercera vez, esta ocasión con la idea de mandarle un mensaje.

 

Buenas tardes ¿como esta?

 

- Pero y si no sabe quién soy - hablo en voz baja borrando el mensaje

 

Hola soy Violeta, ¿se siente mejor?

 

- Pero si me pregunta cómo conseguí su número - me vuelvo a cuestionar

 

Le pedí a una compañera que me pasara 

su número por que estaba preocupada por usted

 

- Pero que va a pensar si le digo eso - me regaño

 

Solo quería saber que le había pasado hoy en la escuela

 

- Pero y si me dice que qué me importa, ¡Aahhh! - resoplo frustrada tirandome a la cama

 - ¡¡Ya sé!! - grito con emoción decidida a escribir el mensaje perfecto 

 

- Jared -




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