- Violeta -
Hoy me levanté temprano y después de alistarme decido bajar a la cocina a preparar el desayuno. Mientras empiezo a preparar la masa para los waffles, puse música en mi celular para animar el ambiente y porque no, también cantar un poco, que aquí entre nos no lo hago tan mal.
- ¡¡Amo esta canción!! - chillo al reconocer la melodía y sin más la empiezo a cantar emocionada:
"Ya no quiero flores
Quiero noches de colores
Donde me condense
Y en tus manos me evapore
No me escribas cartas en inglés
Quiero de esos besos en francés
Llévame más alto que el Monte Everest
Ven, te voy a derretir en mi calor, yo soy sol tú eres hielo
Ven, ven y mójame los labios con alcohol
Y recorre mi cuerpo, sacia mi sed
Descubre el secreto en mi cuello
Muérdeme la piel, ven y piérdeme el respeto
Déjame la luna y las estrellas en el cielo
Si vas a bajarme algo róbame en el suelo
Ya no me dediques la canción, donde lloras por mi corazón
Ven y cántame el abecedario del amor..."
- ¿Y ese milagro que estés despierta tan temprano? - escucho a mi mamá detrás de mi interrumpiendo mi concierto imaginario
- Nada, solo quise levantarme temprano para aprovechar la mañana y qué mejor manera de hacerlo que preparando mis deliciosos waffles de moras y queso cremoso - respondo alegre no es que sea una experta en la cocina pero no lo hago tan mal
- ¡Qué rico! Entonces voy a preparar un chocolate para acompañarlos - sugiere mi mamá
Mientras preparamos todo vemos entrar a mis hermanos y Erick al verme se queda seco abriendo los ojos como platos, cuando estoy por preguntarle qué le pasa cae de rodillas al suelo y junta sus manos en una especie de ruego.
- ¡Hay diosito por favor perdóname por todos los pecados que he cometido! Perdón por haberme comido los chocolates de la maestra Flor cuando estaba en preescolar, perdoname por copiar en el examen de química de la prepa, perdón por todas las veces que me escape en las noches por la ventana de mi cuarto para irme de fiesta con mis amigos... -
- ¿Se puede saber qué pasa contigo? - le pregunto interrumpiendo su "rezó"
- Limpio mi alma antes de que dios me destruya - contesta mirando al cielo aún de rodillas
- ¿Pero de qué estás hablando? - vuelvo a inquirir
- Pues con eso de que te levantaste temprano y estas preparando el desayuno, algo que nunca haces, supuse que era el fin del mundo y como dicen por ahí que dios nos agarre confesados - me contesta con burla a lo que todos empiezan a carcajearse
- Mira, deja de decir estupideces si no quieres que te prepare tus waffles con veneno para ratas - amenazo enfadada
- Vamos Lila no te enojes - intercede Noah - nosotros no tenemos la culpa de que en vez de humano parezcas koala mezclado con perezoso - se burla haciendo que todos vuelvan a reír - ¡¡Aaauucccchh!! - grita al sentir que le pellizque el brazo
- Y la próxima vez que te burles va a ser otra cosa la que te pellizque y eso va para todos - les advierto a mis hermanos
- Ya chicos dejen de molestar a su hermana - interviene mi papá entrando a la cocina - que eso sí hay que estar atentos hoy por que para mi que algo malo va a pasar, ese milagro de que ya estés lista no es buen augurio -
- ¡¡Papá!! - le reclamo enfadada
Ya se me hacía raro que me defendiera. Las risas de todos regresan hasta que nos sentamos a la mesa y mamá decide hablar.
- ¿Cómo está eso de que en las noches te escapabas por la ventana para irte de fiesta? - le pregunta a Erick con mirada asesina
Yo me empiezo a reír con malicia mientras que a Erick se le suben los colores al rostro.
El karma nunca falla.
Después de la fallida explicación de mi hermano y un largo regaño de mis padres, me dispongo a ir a la escuela y debo decir que de muy buen humor. Al llegar todo se ve tranquilo y parece que hoy va a ser un día normal, o al menos eso creí...
- ¡¡Aayyy, fíjate por donde caminas!! - le grito a Tara
Que "sin querer" me empujo haciéndome caer al suelo por lo que termine esparciendo mis libros por todos lados.
- Pues fíjate en lo que haces - responde con desprecio sin siquiera mirarme para luego seguir su camino
- ¿Estás bien Lila? - pregunta Brisa
- Si no te preocupes - contesto levantándome del suelo para luego recoger mis libros
- ¿Pero qué le pasa a esa estúpida? - dice enojada
- Debe estar molesta por lo de su hermano, solo ignorala - le sugiero
Ella no me dice nada pero sé que está molesta y la verdad yo también pero no quiero más problemas ya tuve suficiente con lo que pasó con Marco.
Al llegar al salón me encuentro a Jared... Bueno al profesor que al verme me saluda moviendo la cabeza sonriendo de esa forma que siempre me derrite.
¡¡Ay Dios!! ¿Pero qué me está pasando?
La ley de la vida exige que como mi maestro debo odiarlo, pero en vez de eso cada día me gusta más. Pero es que tampoco me la pone fácil con esos ojos de lobo siberiano, cabello negro, barba de candado, piel bronceada y ese traje color vino oscuro que se ajusta a su ejercitado cuerpo. Parece un dios griego reencarnado en humano, solo le falta una toga atada al hombro.