El Secreto del Profesor

Aclarando el pasado

- Jared -

 

Llego a mi departamento totalmente exhausto, lo único que quiero es tirarme a la cama a dormir y eso es justo lo que hago. O al menos lo intento porque apenas toco la cama escucho sonar mi alarma avisando que ya son las 5:00 de la mañana y tengo que "despertarme" para ir a trabajar. Lo que mi teléfono supuestamente inteligente no sabe es que me la pasé toda la noche despierto con... Mi novia.

No sé como terminé pidiendole que fuera mi novia, se supone que eso no debió haber pasado, o al menos no era lo que había planeado. Pero es que con Violeta nada sale como lo planeo. Y si se preguntan a qué me refiero, debo decirles que en el momento en el que Violeta me preguntó que tipo de relación teníamos, lo primero que se me vino a la mente fue tomar distancia con ella y dejarle ver que no podía haber nada entre nosotros.

Pero simplemente me fue imposible, por muchas razones...

1) Cuando de Violeta se trata, mi sistema hace corto circuito y ningún miembro de mi cuerpo hace lo que mi cerebro le pide NINGUNO... ya sabrán a lo que me refiero.

2) El verla tan triste y llorando por lo que le estaba diciendo, me partió el corazón, ella es capaz de dominarme con todas sus personalidades, pero su lado triste me desarma por completo.

3)  Por mucho que trate de negarlo, la verdad es que si deseaba que fuera mi novia, que puedo decir, la amo así que que no tuve otra opción más que abrirle mi corazón. Y para ser sincero no me arrepiento.

Es increíble todo lo que Violeta ha cambiado en mí, cuando decidí estudiar para maestro de preparatoria jamás se me cruzó por la mente que terminaría enamorándome de una de mis alumnas de 16 años. Y ahora resulta que no solo es así, sino que ella me corresponde y ya somos novios.

- ¡Haaaggg! - suelto un grito desesperado

Me frustra pensar lo mal que podría terminar esto, no quiero lastimar a Violeta, tampoco quiero arruinar mi carrera, pero lo más importante es que no quiero perderla.

Decido dejar a un lado todos esos pensamientos y me preparo para iniciar mi rutina, ya que no puedo dormirme y arriesgarme a llegar tarde a la escuela.

 

**********

 

Ya hace un par de semanas que Violeta y yo nos hicimos novios y debo decir que todo está marchando muy bien. A pesar de ser tan distintos y que tengamos todo en nuestra contra nos acoplamos muy bien y hemos buscado la manera de estar juntos sin correr riesgos. Por ejemplo desde hace unos días hicimos el arreglo de correr juntos todas las tardes de mi lado del parque para evitar que personas que la conozcan nos vean y vayan con el chisme a su familia. Tuve que modificar un poco mi horario para poder conseguirlo pero ha valido la pena. He podido conocerla aún más al igual que ella a mi lo que nos une y enamora cada día un poco más.

En estos momentos estoy parqueando en el estacionamiento de la escuela listo para iniciar mi día de la mejor manera. Sin embargo la vida no planea dejarmela sencilla ya que un auto de color negro se estaciona justo a lado del mío. El problema es que la dueña de este es Anabel quien en este momento sale con uno de sus típicos vestidos que no dejan nada a la  imaginación. En esta ocasión es mucho peor ya que es de un tono durazno que si lo ves de reojo podría parecer que no lleva nada puesto a excepción del cinturón de cristales y los tacones negros.

- Hola Yaréd, ¿qué tal amaneciste hoy? - me saluda con un desagradable tono coqueto

- Te he dicho cientos de veces que no me gusta que me llames así - le reclamo ignorando su pregunta

- ¿Pero por qué? Si antes te encantaba - dice con falsa inocencia

- Tú lo dijiste, antes, ahora me resulta más que repugnante, así que por favor deja de llamarme así - le ordeno

Mientras empiezo a caminar tratando de dejarla atrás, pero al parecer no planea darse por vencida.

- Esta bien Jared lo que tú ordenes - la escucho decir mientras me alcanza tomándome del brazo - acepto que soy una chica mala, si quieres puedes castigarme - esto último me lo dice al oído

No necesito ser adivino para saber a lo que se refiere y de solo pensarlo se me revuelve el estómago. Y el tener que recordar lo que paso cuando éramos estudiantes me hace hervir la sangre.

- ¡Ya basta Anabel! - le grito soltandome de su agarre - deja de insinuar cosas de las que después te vas a arrepentir, no pienso enredarme contigo si por mi fuera ni siquiera te dirigiría la palabra, lastimosamente somos compañeros de trabajo y no puedo ignorante como me gustaría, pero eso no significa que puedas estarme jodiendo la vida como si lo que me hiciste no tuviera importancia -

- Lo siento - veo que está por llorar pero no va a lograr manipularme - no te pongas así yo... -

- No quiero oírte - la interrumpo - no me interesa nada que tenga que ver contigo, así que aléjate de mí si no quieres tener problemas -

Dicho eso retomo mi caminata para adentrarme a la escuela y así estar lo más lejos posible de Anabel. Parece que al fin entró en razón porque no la veo venir detrás de mí, pero con ella nada es seguro por lo que tendré que estar al pendiente. 

Después de que la campana sonó todos los alumnos empiezan a entrar, lo que me alegra mucho porque eso significa que estoy por ver a Violeta y en estos momentos es lo que más necesitó para darle un poco de luz a mi día. Y no me equivoco porque al solo verla entrar todo mi cuerpo reacciona produciendo un cosquilleo que me llena de euforia por lo que empiezo a sonreír como estúpido enamorado.

Debo decir que se ve deslumbrante con ese vestido color marfil con mangas tres cuartos, un escote recto y que apenas le llega a las rodillas. También usa un broche en forma de rosa, que al ser dorado resalta su cabello rojizo y combina con el cinturón de su vestido y las bailarinas que calzan sus pies que son del mismo color. Parece un verdadero ángel, sólo le faltan las alas. Y me llena de orgullo saber que es mi novia.




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