El Secreto del Profesor

La noria de las estrellas

- Violeta -

 

- Por favor Lila no seas amargada, eres joven vive la vida que nada te pesa - habla Brisa por el teléfono - solo será una noche, iremos al cine comeremos dulces, palomitas y nachos hasta hartarnos, patinaremos en la pista de hielo, nos vamos a vagar por ahí y luego nos iremos a mi casa a desvelarnos -

- Está bien tú ganas, les diré a mis padres que esta noche me quedare contigo - accedo rendida 

- Siiii, te juro amiga que no te vas a arrepentir - chilla emocionada para luego despedirse 

Me tiro a la cama arrojando el celular a un lado, desde ayer en la noche Brisa ha estado insistiendo en que salgamos pero la verdad es que no he estado de humor como para andar en la calle. Odio aceptarlo pero desde que Jared y yo peleamos he estado algo deprimida y como no estarlo si desde ese día ni siquiera se ha dignado a hablarme, lo único que tratamos son cosas de la escuela. 

Me he visto tentada a hablarle pero mi orgullo no me lo permite al fin y al cabo no fui yo la que se equivoco, bueno no del todo, tal vez si fui algo imprudente con lo de Tara y también le grité, pero él lo hizo primero y en mi opinión al menos debió darnos el beneficio de la duda. Pero como veo las cosas parece que él no piensa perdonar mi imprudencia.

 

En este momento me estoy arreglando para encontrarme con Brisa, por alguna razón no quiso venir a mi casa ni que yo fuera a la suya, en vez de eso me mando una ubicación en la que según ella nos veríamos. Después de bañarme decido ponerme unos jeans color vino y una blusa sin escote con manga larga y abierta de los hombros. Calzo mis pies con unos tenis de plataforma y peino mi cabello con un par de peinetas simulando una media cola. Después de maquillarme un poco y aplicarme perfume salgo de la casa rumbo a la dirección que Brisa me envió.

 

Al cabo de unos 15 minutos ya estoy por llegar al lugar, pero me sorprende no ver a Brisa y cuando veo que ya se ha tardado varios minutos decido enviarle un mensaje pero la muy canija ni siquiera los lee. Empiezo a buscar su contacto para llamarle pero cuando estoy por hacerlo siento una fuerte respiración sobre mi cabeza lo cual me asusta porque según yo, estaba sola. Lentamente trato de girarme para ver quien está a mis espaldas, pero no logro cumplir con mi objetivo porque de inmediato alguien cubre mi boca a la vez que me levanta del piso sujetándome por la cintura.

En automático una corriente extrañamente familiar recorre todo mi cuerpo haciendo que mi cerebro se desconecte por completo y que mi corazón lata con desenfreno. Es por ello que no necesito verlo de frente para saber de quién se trata ya que mi cuerpo solo reacciona así ante el tacto de una persona. Aún así no pienso pasar por alto el sustazo que se atrevió a darme, en cuestión de segundos entierro mi codo en su abdomen para luego golpearlo en la espinilla como la primera vez. Parece ser que el dolor si logró doblegarlo un poco, aun así no se atreve a soltarme.

 

"Tampoco es como si quisieras que te soltara."

 

¡Claro que sí! Estamos enojadas con él ¿recuerdas?

 

"Por muy enojada que estés, ya extrañabas que te estuviera manoseando"

 

¡Eso no es cierto! Yo no quiero que me manosee, bueno solo un poquito.

 

Pero lo último que haré será decírselo. Mientras tengo mi batalla mental Jared me mete al auto sin nada de delicadeza.

 

¿Dónde quedó su caballerosidad?

 

"¿Y qué esperabas? Después de los trancazos que le diste"

 

Bueno tal vez exageré un poquito, pero en mi opinión debía defenderme de mi secuestrador.

- ¡Hijo de tu... ! - estoy por recordarle a mi suegra cuando recuerdo que es mi profesor y no me queda de otra más que callarme - ¿pero que rayos Jared? - 

- Hola mi amor ¿qué tal tu fin de semana? - me dice como si nada mientras me observa por el espejo retrovisor

Por un momento me quedo callada tratando de entender lo que está pasando. Se suponía que me iba a ver con Brisa, no con él. ¿Cómo supo donde estaba? ¿A dónde me lleva? ¿Que va a hacerme? ¡¿Quien soy yo?!... A no esperen, esa no iba.

- ¿Qué crees que estás haciendo? - externo mis dudas

- Si no me equivoco, te estoy secuestrando - respondo relajado 

- ¡No me digas! - digo sarcástica a la vez que me reprendo por lo ilógica que fue mi pregunta - ¿Y se puede saber porque? -

- Por que necesitaba hablar contigo - me responde con obviedad 

- ¿Y no pudiste mandarme un mensaje o citarme en un lugar? Como lo hacen las personas normales - hablo desesperada por su actitud

- ¿Habrías aceptado si lo hubiera hecho así? - pregunta

- Si - miento

Obviamente no hubiera aceptado, al menos no a la primera. Sobre todo después de haberme ignorado por tantos días.

- Bueno, como sea lo hecho hecho está así que te aguantas - habla restándole importancia

Ambos nos quedamos callados, él por estar concentrado en quien sabe que y yo por la impotencia que siento. No voy a negar que me resulta excitante haber sido secuestrada por mi profesor, pero eso no elimina lo molesta que estoy con él por como me trato la última vez. Además que me inquieta el no saber qué planea.

- ¿A dónde me llevas? - pregunto después de un rato 

- Ya lo veras - no dice nada más 

Y yo decido hacer lo mismo al final se que no lograre sacarle nada, así que opto por ignorarlo a él y a mis pensamientos y me concentro en lo que sea que pueda ver por la ventana.




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