El Secreto del Profesor

¿Prometida?.. ¿Hermana?.. ¿Cuñada?..

- Violeta -

 

- ¡¡JARED!! - escucho a una mujer gritar

De inmediato siento a Jared quitarse de encima, con cierto pánico, yo me reincorporo, sentandome a su lado. Debo decir que estoy algo confundida y también preocupada. Por lo contrario, Jared tiene una cara de pánico.

- ¡¡¿QUÉ CREES QUE ESTÁS HACIENDO, DEGENERADO?!! - vuelve a gritar la castaña 

Ya estoy empezando a asustarme.

- Tranquilizate, por favor... pue... puedo explicarlo - suelta Jared con voz temblorosa

¿Soy yo, o eso sonó a un marido queriendo explicar su infidelidad? Más le vale que este no sea el caso, porque si no juro que lo castro. Y parece que no soy la única que piensa así, al juzgar por la mirada asesina que tiene la chica, estoy segura de que ella también está pensando dónde esconder el cadáver de Jared, después de haberlo torturado hasta matarlo.

- ¿Quién carajos es ella? - preguntamos las dos al mismo tiempo

- Nadie, digo... Bueno, yo, tú, ella - tartamudea señalandonos a ambas - ¡¿A quién le respondo primero?! -

- Déjalo, yo le respondo - dice mujer mirándome seriamente con sus ojos miel - soy su prometida -

 

¡¿QUUEEEEE?! 

Yo lo mato a él, la mato a ella y luego me mato yo.

 

 En cuestión de segundos me levanto del suelo para dirigirme a la puerta con la poca dignidad que me queda, ah, pero no sin antes soltarle una buena bofetada a Jared, que hasta a mi me dolió.

- ¡No, Violeta espera, no creas lo que dice! - grita desesperado, sujetándome de la cintura por la espalda 

Como ya tengo por costumbre, lo golpeé para que me soltara, aunque esta vez le di un pisotón que bien podría dejarlo cojo. ¿Para que me toca cuando estoy enojada, si ya sabe que le pego? Pero al parecer no es suficiente, porque el muy hijo de su... santa madre, no mas no me suelta.

- ¡Quitame las manos de encima, idiota! - le grito entre pataleos - como te atreves a negarlo, cuando ella misma lo ha dicho en tu cara -

- ¡Violeta, por favor, escúchame, no es mi prometida... Es mi hermana! - suelta desesperado

- ¿Aah?... ¿Tu hermana? Si claro, y yo soy la hija perdida de Lady Di - ironizó aún más molesta de lo que ya estaba

- Mi amor, por favor, te estoy diciendo la verdad, ella es Cristhal, mi melliza - me dice girando mi cuerpo para estar de frente

- Anda y luego melliza, ¿En serio crees que me voy a tragar ese cuento cuando ni siquiera se parecen? - osea, soy bruta pero no ciega. Quiero decir, no soy ni bruta, ni ciega

- Si, sé que puede parecer un poco contradictorio, por eso yo siempre he dicho que Cristhal es adoptada - dice rascándose la cabeza y con una sonrisa, como si intentara bromear

Sin pensarlo, le vuelvo a soltar una bofetada, solo a él se le ocurre andar bromeando en estas circunstancias, acaso me crea estúpida y lo peor es que la tipeja esta se está riendo. Aunque si lo pensamos bien, si yo encontrara a mi prometido besándose con otra mujer, no me estaría riendo, estaría sacando humo. Pero con esta gente se puede esperar cualquier cosa, yo mejor me voy antes de que se les ocurra hacer un trío. Sin embargo, Jared me impide salir, interponiéndose entre la puerta y yo.

- Anda Violeta, confía en mí - me ruega - Cristhal, dile la verdad -

- Yo ya dije lo que tenía que decir - la escucho hablar y aunque no puedo verla puedo sentir su sonrisa de satisfacción

Ya tuve suficiente yo me largo, mientras estos dos discuten tomo el picaporte con la idea de hacer a un lado a Jared al abrir la puerta. A estas alturas me vale aplastarlo entre la pared y la puerta, pero como era de esperarse no me lo iba a dejar tan fácil. En cuestión de segundos siento a Jared tomarme de la muñeca y con una maniobra apenas imperceptible me giro estampando mi espalda contra su pecho, dejándome de frente con la tal Cristhal, mientras me sujeta de los brazos.

- Mira Cristhal, escucha bien lo que te voy a decir - le habla con coraje y frustración - más te vale decir la verdad, porque de lo contrario yo le diré a papá que fuiste tú quien le robo su reloj de oro, para regalárselo al idiota de tu novio en su cumpleaños y con quien terminaste una semana después - 

- ¡¿Qué?! No, no te atreverías - le dice alterada con los ojos exageradamente abiertos

- Pruebame - de momento nos sumimos en un silencio sepulcral

Al cabo de unos segundos veo a la melliza-prometida dirigirse al estante que está en una de las esquinas de la sala, estando allí la veo tomar un porta retratos para luego dirigirse de nuevo a nosotros. Ella me entrega la fotografía sin decir nada.

Yo empiezo a observarla y veo a una familia de 4 miembros, sentados en la sala de una casa. De inmediato mis ojos se dirigen al pequeño de unos 10 años con cabello negro, piel apiñonada y ojos grises. No hay que ser adivina para saber qué se trata de Jared, pero lo que más llama mi atención es la niña  que está sentada a su lado. Si bien parecen de la misma edad, son totalmente diferentes, ella es de tez clara, cabello castaño y ojos miel. Es igual a... oh. 

¡Maldita sea! Ahora me siento realmente estúpida, ¿Como es posible que sean mellizos, si ni siquiera se parecen? Aunque tal vez se deba a que sus padres cuentan con los mismos rasgos que los diferencian, sólo que en este caso Jared se parece a su mamá y Cristhal a su papá.

- Vez, te dije que era mi hermana - me dice Jared al oído, provocando un escalofrío en todo mi cuerpo

- Esta bien, te creo - digo entregando la foto

- Gracias linda - vuelve a decir sujetándome con más fuerza

- No te decía a ti - aclaro - hablaba con tu hermana -

- ¡Ja! Hasta tu chica me prefiere a mi - se burla de él - agradece que no nací hombre, porque si no te la hubiera quitado -

- Deja de decir tonterías y mejor dime qué haces aquí - le exige malhumorado 

- Como eres mal agradecido, por si no lo recuerdas me mandaste un mensaje diciendo que estabas enfermo y como la buena hermana que siempre he sido, vine a ver como estabas - alardea con suficiencia




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.