- Jared -
- Mamá ¿acaso quieres añadir mi nombre en el menú del restaurante? - cuestiono con gracia y desesperación al mismo nivel - si sigues preparándome tantos postres terminaré con un coma diabético -
- Pero si a ti te encantan - refuta desde la cocina - solo quiero consentirte, falta menos de una semana para que vuelvas a dar clases y ya no tendrás tiempo para la familia -
- ¿Si sabes que seguiré viviendo aquí, hasta que encuentre otro departamento, verdad? - cuestiono tratando de hacerla razonar
- Pero mientras eso pasa estarás atareado con las clases, conociendo a los alumnos, tratando a los demás maestros, adaptándote al cambio, buscando departamento y cuando lo encuentres te volverás a ir y solo vendrás a visitarnos cuando tu hermana te traiga a punta de pistola - explica mientras camina hacia el comedor
¿Ya les había dicho que mi hermana sacó lo exagerada de mi madre?... ¿No? Pues se los digo ahora, ¡Mi madre es la exagerada mayor! Pero así la quiero, aunque tal vez la querría más si no me tratara como a un niño de 10 años, a quien planea engordar con todo tipo de pasteles y dulces.
¡Oh pero qué desconsiderado soy! Seguramente se están preguntando qué carajos está pasando en mi vida. Bueno, pues les voy a resumir los pormenores de lo que ha pasado en estas últimas 3 semanas y media. Empecemos con lo que ya es bastante obvio, actualmente estoy viviendo en casa de mis padres, sé que eso suena bastante patético considerando mi edad y el hecho de que poseo un trabajo estable. Pero era necesario, ya no podía seguir viviendo en ese departamento que me traía tantos recuerdos de mi relación con Violeta.
Era desgarrador encerrarme en ese elevador en el que una vez la besé con pasión, comer en la cocina que llegamos a compartir, sentarme en ese sillón en el que la ví bailar con tanta sensualidad y dormir en la misma cama donde le hice el amor. Porque sí, eso fue lo que hicimos esa noche, tal vez no llegamos a consumarlo, pero cada beso, cada caricia y cada palabra estaban llenas de amor, no se trataba de un simple acto carnal para satisfacernos, fue una forma de entregar nuestros corazones, usando nuestros cuerpos como mediador y para mí eso fue más que suficiente.
Toda esa situación me estaba volviendo loco, así que decidí mudarme, planeaba hacerlo después de encontrar otro departamento, pero ya no soportaba estar ahí por más tiempo del necesario. Así que hace poco más de una semana, empaque mis cosas, mandé a que llevaran las que no necesitaría aquí a una bodega y me vine con mis padres, los cuales se mostraron muy entusiasmados con mi repentino regreso. Todos, menos Cristhal y no porque no le agradara verme en casa, más bien era porque sabía la razón por la que lo hacía y sentía algo de pesar, incluso creo que se sintió culpable cuando le conté lo sucedido.
También cambié mi número de teléfono, no quería arriesgarme a qué en un momento de debilidad terminará llamando a Violeta he intentara volver con ella. Algo que no sirvió de mucho, pues me sé su número de memoria y terminé agendandolo de nuevo, aún así no me he atrevido a buscarla. Y es que, aunque muera por querer tenerla junto a mi, sé que lo mejor para ella es que me haga a un lado para que pueda vivir su vida sin todo ese sufrimiento que mis inseguridades le provocan.
Fuera de eso todo lo demás en mi vida está normal. Duermo poco más de 3 o 4 horas a lo mucho, me la paso todo el día en pijama, devoró cada postre que mi madre cocina, casi nunca salgo y cuando lo hago siempre termino borracho. ¿En qué momento esas actividades se volvieron normales en mi vida? No lo sé, solo estoy consciente de que no tengo deseo de hacer nada, a duras penas respiro y eso porque es involuntario, sino yo creo que tampoco podría hacer eso.
- Hijo... Jared... ¡Por dios Jared reacciona! - los zarandeos de mi madre me saca de mis deprimentes pensamientos
- Mm... ¿Qué decías? - cuestiono confundido
- ¿Todo está bien hijo? Has estado muy raro desde que volviste a casa, pareces perdido, distante, triste - interroga con preocupación
- Estoy bien mamá, no te preocupes - respondo distraído - solo estoy un poco cansado -
- Pero cansado de que, si no haces nada - dice exasperada
- Gracias por llamarme flojo holgazán - digo con sarcasmo
- No es eso, es solo que... -
Antes de que mamá pueda continuar con su inspección emocional, escuchamos la puerta de la entrada abrirse con rapidez, para luego ser cerrada de forma brusca. Al cabo de unos segundos, vemos entrar a la cocina a una Cristhal triste y hasta cierto punto molesta.
- ¿Y eso que llegues a casa tan temprano? - cuestiona mi mamá - ¿Está todo bien? -
- Si mamá, no pasa nada, es solo que tengo que salir y vine a cambiarme - explica con una sonrisa más falsa que el jinete sin cabeza - Jared, ven conmigo un momento -
La mirada que me dirige al decir esas palabras no es para nada amigable, además que eso es más una orden que otra cosa y todos sabemos que si me llama por mi nombre, es por qué la cosa se va a poner fea. Así que prefiero no hacerle al vivo y me disculpo con mi madre para poder acompañarla. Subimos las escaleras en completo silencio y cuando entramos a su habitación, el ambiente se siente tenso.
- ¿Que sucede Criss, porque traes esa cara? - inquiero con cautela
- Necesito que veas esto - me dice tendiendome su celular
En la pantalla logro ver un estado bajo el nombre de Violeta, de inmediato siento mi cuerpo tensarse y sin ser capaz de leer nada, le devuelvo su teléfono.
- Lo siento, pero aún no estoy listo para saber de ella - hablo con seriedad
- Esto no se trata de ti Jared - comenta sin tomar el celular - ella lo está pasando mal -
Y esas palabras fueron suficientes para preocuparme y hacer que lea su estado con manos temblorosas. El estado consistía en unas palabras que tenían de fondo una imagen de lluvia cayendo contra una flor blanca, posada en el pasto, desde ahí pude ver qué se trataba de un mensaje lleno de tristeza. Este decía: