El secreto prohibido, renace

·̇·̣̇̇·̣̣̇·̣̇̇·̇ • •୨୧┈┈ capítulo 27 ┈┈୨୧• • ·̇·̣̇̇·̣̣̇·̣̇̇·̇

˚· Aelis·˚

no sé por cuanto tiempo estuve inconsciente, solamente podía sentir entre mis manos las suaves cobijas de seda. me estaba tranquilizando saber que todo estaba volviendo a la normalidad. que ahora estaba muerta, pero. sí estoy muerta ¿Por qué puedo sentir las cobijas en mi mano? y ¿una mano en m  frente? al sentir un poco del frio del agua al bajar por mis ojos hizo que despertara repentinamente viendo a rózala.

- cómo se encuentra princesa

- rózala, repítelo_ dudo mirándome nerviosa

- solo preguntaba que como se encontraba princesa_ lleve mis manos a mi rostro negando_ ¿sucede algo princesa?

- no puede ser posible esto, no puede ser posible que haya regresado al pasado...

- disculpé su alteza_ me senté aun cubriendo mi rostro

- porque me ha pasado esto rózala

- no tiene por qué sentirse culpable princesa, todos pueden tener accidentes en el corcel

-no me refiero a eso rózala_ baje mis manos

-entonces princesa a que se refiere

-rózala, puedo preguntarte algo

-claro que si princesa

-tú crees... posible la reencarnación. volver a vivir lo que ya creías haber vivido..._ comenzó a reírse en bajo divertida y realmente no podría prohibirle hacerlo. yo también creía que fuera posible y ahora mismo estoy aquí siendo nuevamente una princesa, la princesa de dretasan

-princesa. no creo que sea posible ello

-yo también pensaba lo mismo rózala_ murmure_ rózala, necesito que me escuches. tengo que... liberar esto que en tan poco tiempo no puedo soportar mas

-dígame princesa, por eso soy su dama de compañía

-te pediré que tomes esto con la mas gran tranquilidad

- hm, princesa, me está asustando_ la mire

-rózala, esta vida... ya la viví_ negó mirándome confundida

- ¿qué dice princesa?

-que... yo ya viví esta vida, y esa caída en el corcel fue realmente mi muerte por haber sido apuñalada por..._ me detuve al verla no parecer entender lo que realmente estaba diciendo, pero tenía que buscar la forma de que ella me creyera

- princesa ¿se encuentra bien? porque dice que...

-estas embarazada rózala

- disculpe

- en este momento rózala estas embarazada. tienes un mes de embarazo y.… tendrás un niño, un dulce niño que tendrá tu mirada y el cabello sedoso de tu esposo que lo llamaras Amalio como...

-como mi padre_ asentí, me miro sin realmente creerme_ usted...

-si realmente no hubiera reencarnado no sabría ello

-princesa... _desviamos la mirada a la puerta al escuchar golpes de esta. mi general, bueno. el general que me servirá en un futuro como reina entro haciendo una pequeña reverencia

-su alteza, princesa aelis. su majestad, la reina albia desea verla en la biblioteca

-la reina_ susurre sintiendo un gran sentimiento en mi alma, una gran felicidad que me impulsaba por ir a ver que realmente mi madre esta con vida_ iré ahora mismo

-me ordeno guiarla su alteza

-sí, si claro_ rózala me ayudo a levantarme que ahora me era totalmente raro poder levantarme sin tener que atender de inmediato necesidades del reino. ahora estaba más tranquila, libre de las obligaciones.

camine junto a rózala hacia la biblioteca, sentía mi corazón salirse de mi pecho, la última vez que había cruzado dialogo alguno con mi madre fue antes de mi boda. y realmente no terminamos bien, la discusión que tuvimos por mi matrimonio forzado con renchen nos distancio y.… después fue su muerte.

no pude perdonarme ese día desde entonces, ahora. podre volver a verla.

estando frente a las grandes puertas de la biblioteca, el lugar donde antes podía sentarme y leer por horas solamente a compañía de mis damas. parecía que estaba entrando a las puertas de los calabozos, sintiendo mis manos temblorosas, mi corazón acelerado y mi garganta seca.

- ¿princesa? _mire al general_ ¿se encuentra bien?

-si... estoy bien, entrare_ golpeo la puerta, una de las damas de compañía de mi madre las abrió viéndome

-su alteza_ hizo una pequeña reverencia_ adelante_ me dejo pasar primero para salir y dejarnos solas.

mis tacones bajos podían escucharse en el gran salón mientras me acercaba a ella quien se encontraba en el sillón pequeño, el mismo sillón donde de la misma forma me sentaba a leer. es gracioso, de algunos de tus padres, con quien tuviste alguna discusión quien diría que puedes comportarte idénticamente a él.

-mamá_ escuche como la hoja se detuvo antes de dar seguimiento a su lectura, las pastas gruesas del libro que tenía entre su mano se cerraron para dejarlo en la mesa a su lado. se levantó dejándome ver su hermosa, sedosa y brillante cabellera castaña clara, diría casi anaranjada cual hoja de otoño al caer de la gruesa rama del árbol.

las delicadas sedas del vestido color vino que vestía siempre tan reluciente como las joyas oscuras o rojizas que lo adornaban. Sus tacones se escucharon en el gran salón. Las piedras de Ruby que decoraban su cuello, sus orejas y su cabeza de la tiara que poseía. Su mirada verde cual esmeralda brillante se tratase se fijó en mi con una dulzura tan tierna y reconfortante que lo único que pudo causar en mi fue que mis ojos se cristalizaran de volver a verla, volver a ver a mi madre cuando hace unos días atrás cuando aún era reina lloraba por su ausencia.

-aelis_ se acercó quedando frente a mi esperando una respuesta de mi parte, pero no podía dejar de verla con un gran sentimiento de tristeza y necesidad de sentir que está a mi lado de nuevo, que está conmigo nuevamente_ hija ¿te encuentras bien?

- mamá…_ inconscientemente caí al suelo aferrándome a su vestido, las lágrimas no demoraron en presenciarse en mis mejillas, mi respiración cortada y el dolor que sentía mi pecho_ perdóname… por favor… perdóname mamá por todo lo que te he hecho… perdóname…_ sentí como se hinco haciéndome alzar la mirada, su delicada y delgada mano se acercó acariciando mi mejilla limpiando mis lagrimas caídas regalándome una tierna sonrisa




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