El secreto prohibido, renace

·̇·̣̇̇·̣̣̇·̣̇̇·̇ • •୨୧┈┈ capítulo 43 ┈┈୨୧• • ·̇·̣̇̇·̣̣̇·̣̇̇·̇

˚· Aelis·˚

seguía limpiando el suelo de aquel pasillo del imperio, me detuve por lo cansada que me sentía para secar con un trapo viejo mi frente. estos días que he estado en el imperio como esclava ha sido bastante difícil, demasiado agotante, pero tenía que seguir trabajando hasta que pueda tener la oportunidad de acercarme a aleksanteri.

tomé el balde para seguir limpiando, pero al pasar cercas de una de las bibliotecas entre las puertas pude ver a aleksanteri dormido. se veía tan apuesto que no podía evitar verlo. quería seguir limpiando ya que si alguien me encontrase viéndolo mi espalda de nuevo dolería por los azotes.

pero antes de alejarme lo escuche quejarse, no evite regresar a verlo y tomar el atrevimiento de entrar. deje mi balde en el suelo para acercarme con pasos pequeños hasta donde se encontraba sentado dormido. cruzado de brazos y con un libro recargado en sus piernas.

se veía tan apuesto, que quisiera recargarme en su pecho y poder disfrutar de este lindo momento, pero aquí no soy una princesa, sino una esclava. mire en una silla su capa que la tome para cubrirlo.

quite el libro de sus piernas con cuidado para cubrirlo, lo deje un momento en la silla para poder cubrirlo bien.

- Sames... perdóname..._ murmuro

¿Sames? no sabía sobre la existencia de ese nombre, habrá sido algún amigo o conocido de aleksanteri, me aleje para tomar el libro y dejarlo en la biblioteca. baje la mirada para dejar escapar un suspiro bajo.

-que haces aquí_ me gire asustada al verlo sentado mirándome, paso su mano por sus cabellos acomodándolos

-dis... disculpe su majestad..._ miro la capa

-tú lo hiciste_ me miro_ tú me pusiste la capa

-si su majestad_ se levantó para dejarla en la silla, solamente mantenía la mirada baja

-no vuelvas a entrar de esa forma. entendiste

-si su alteza

-regresa a tus labores_ camine a tomar el balde de nuevo_ aunque_ me gire viéndolo_ debo reconocer que te hayas dado tiempo en procurarme

-solamente lo sirvo su majestad. permiso_ salí de la biblioteca para seguir con mis deberes. aunque me sentí feliz de haber cruzado al menos unas palabras con aleksanteri. estoy consiguiendo poder llamar su atención.

terminaba de limpiar los pisos igual que los adornos de cada pasillo, que cuando ya estaba dispuesta a irme me encontré en el camino con lord zoil, de nuevo ese maldito estaba frente a mí, aunque tanto en el pasado como en el futuro sigue teniendo la misma prepotencia que le molesta demasiado. solamente baje la mirada al verlo pasar.

-tu debes ser una de las nuevas esclavas _no quería responderle me incomodaba demasiado, pero tenía que obedecerlos

-así es lord

-aunque para ser una esclava eres linda

-permiso lord_ intenté seguir mi camino, pero sentí como me sujeto del brazo

-porque tan tímida. deberías sentirse feliz de que un lord se dé el tiempo de hablar con una esclava

-por favor lord, tengo que seguir haciendo mis deberes_ me atrajo hacia el tomándome de la cintura

-aunque para ser una esclava eres bastante linda, pareciera que eres hija de alguna monarquía y un esclavo

-por favor lord zoil... déjeme

-no te gustaría ser mi concubina, podríamos tener un lindo bebe juntos

-suélteme_ intentaba a alejarme, pero era más fuerte que yo.

-que está pasando aquí_ me empujo haciéndome caer al suelo

-que asco, debería condenarte a muerte por intentar besarme esclava

- ¿que?... _mire a aleksanteri mirándome con desprecio total

-me largo_ se alejó de nosotros

-su majestad... yo...

-tráiganla_ ordeno a los soldados quienes me tomaron de los brazos con fuerza para obligarme a caminar siguiendo a aleksanteri, pero... esta realmente molesto

Obligándome a caminar casi arrastrándome, aleksanteri caminaba con pasos largos y molestos por el pasillo. Pero realmente no entiendo que fue lo que hice, acaso. Mi error fue haberme preocupado por cubrirlo con su capa y guardar aquel libro ¿Qué piensa hacerme?

Me llevaron hasta la zona de azotes, luchaba por detenerme con los pies, pero me era imposible, me lanzaron contra la base para atarme inmovilizándome en esta. Lo que mas me dolió incluso las lagrimas antes de poder recibir un solo golpe comenzaran a salir fue ver a aleksanteri tomar un látigo y comenzar a golpearme. Bajaba la mirada quejándome en bajo cerrando mis manos en puño por los golpes.

Sentía un fuerte dolor en mi espalda por los golpes, aunque luchaba por mostrarme fuerte y soportarlos, pero consiguieron hacerme caer sin fuerza. Las telas del vestido al rozar por mi espalda causaban que me ardiera. No entendía porque motivo lo hizo… que fue lo que hice para recibir esto.

-llévenla de regreso a sus labores_ ordeno para lanzar el látigo e irse de ahí. Me desataron dejándome caer al suelo sintiendo el calor del suelo.

- vamos_ me tomaron para llevarme de regreso del imperio.

Ya era tarde, los rayos del sol se marcaban entre los ventanales del imperio. Todos se encontraban en el comedor, mis pasos eran lentos y diría torpes. Mi espalda ardía como si estuviera quemándose en una hoguera. Tenia entre mis manos algunas cobijas de seda blanca que debería de cambiar, pero ya no soportaba más seguir manteniéndome de pie.

- ¿ael? _mire a sira_ ¿Qué te pasa? _me quejé al sentir su mano en mi espalda, pero al separarla pude ver como se manchó de sangre_ ael…

-sira…_ mis piernas me fallaron haciéndome caer al suelo de madera cuidada de aquel pasillo

- ¡ael! ¡ael! _escuchaba a sira gritarme antes de perder el conocimiento.

-no me gustaría tener problemas con el imperio

- está tratando de decirme que dejaría esto por la emperatriz

- me tortura el pensar en dejarlo ir majestad




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.