El secreto prohibido, renace

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˚· Cotiso·˚

viajamos por tres días en un barco del dretasan de plebeyos que viajarían a nutotish para encontrarse con sus familiares, aunque nos vieran como otros plebeyos más del reino nadie pensaría que realmente soy un príncipe, mi esposa parecía disfrutar del viaje igual que mi hijo.

al haber entrado a territorio del imperio, esperamos a que dieran el permiso de que comenzáramos a bajar. entre familias reunidas que recibían a sus familiares bajamos para acercarnos a los soldados quienes se impactaron al verme.

-caballeros_ hicieron una reverencia hacia mi

-su alteza cotiso cadfan_ solamente me reí en bajo

-no es necesario hacer eso_ mire que muchos de los plebeyos con quienes viajábamos nos miraban, murmurando, los miramos nuevamente que se habían incorporado_ viajaremos al imperio

-permítanos llevarlos como es debido su alteza. permitamos traer un carruaje para ustedes

-no hace falta, podemos caminar

-su majestad el emperador no permitirá ello su alteza cotiso, permítanos al menos llevarlos en nuestros corceles

-muchas gracias_ subieron a sus corceles, ayude a mi esposa a subir a uno con nuestro bebe y yo en otro quienes comenzaron a avanzar hacia el imperio.

miraba reír a mi hijo por el movimiento del caballo o ver como tiraba de la capa del soldado. mi esposa no había venido a nutotish desde que le informo a la madre de aleksanteri sobre su embarazo quien nos dio su bendición, mis hermanos mayores la juzgan por ser una plebeya como a mi madre, aunque aún debo agradecer a aleksanteri de haber dejado salir a todas las concubinas del emperador enviándolas a distintas naciones, a que estar encerradas por su negligencia contra la emperatriz.

al haber llegado a las grandes puertas el imperio bajamos de los caballos viendo a los soldados abrir las rejas dejándonos entrar.

-su alteza cotiso_ mencionaron

-vamos amor_ asintió, caminamos juntos dentro del imperio viendo el gran palacio que me vio nacer y que ahora me recibe con mi hijo.

entramos a la sala principal donde nos sentamos a esperar a alguno de mis hermanos.

-creo que le gusto montar a caballo_ me reí

-un día el enseñare_ nos reímos

-cotiso_ nos levantamos mirando a la madre de aleksanteri acercarse

-su majestad, emperatriz madre_ hice una reverencia igual que mi esposa

-por favor cotiso, deja de lado la formalidad. al final eres también parte de este imperio

-gracias emperatriz madre

-que gusto volver a verte Christina

-el gusto es mío emperatriz madre_ hizo una reverencia

-y este lindo príncipe_ miro a mi bebe

-mi hijo Zaal

-tiene tus mismos ojos cotiso_ me reí en bajo_ no sabes cuanto deseo un día poder cargar al hijo de aleksanteri, un príncipe heredero

-su majestad...

-no será posible madre_ miramos a lawka acercarse acompañada por sus damas de compañía_ desde que milena se atrevió a concebir a lord zoil como su concubino toda posibilidad de un heredero de los emperadores se ha perdido

-su alteza_ mencione haciendo una reverencia igual que mi esposa

-cotiso

-hija, no hables así de tu hermano_ la miro_ un día el sol iluminara el corazón oscuro de tu hermano para encontrar a aquella mujer que realmente deba compartir el trono alado de aleksanteri

-madre, lamento hablar de esta forma ante tu posición. pero no existe legado antiguo del imperio que se haya casado por amor sincero o si fue el caso siempre debió haber habido alguna traición como mi padre hacia usted con sus demás concubinas_ solamente bajo la mirada viendo que las palabras frías de lawka eran verdad, al final yo soy hijo de una de esas concubinas del emperador. una de las mujeres por las que dejo en el olvido a la emperatriz.

-hm, emperatriz madre_ hable para poder reducir la tensión_ mi visita ha sido para saber cómo se encontraba, me entere que quisieron atacarla

-así es cotiso, pero estoy bien. una esclava me salvo

-eso es inesperado, pero ¿quién quiso atacarla?

-no lo sabemos aún_ respondió lawka_ aleksanteri ha hecho de todo modo para poder obtener una respuesta, pero aún no ha dicho nada

-me gustaría ver a aquella esclava, quisiera agradecerle

-aunque sería lo más conveniente es que te cambies hermano menor, ya que todos pensaran que realmente eres un plebeyo y no el octavo príncipe de nutotish_ miro a mi esposa de manera frívola quien solamente bajo la mirada

-lawka

-emperatriz madre_ me miro_ si desea su alteza, la princesa lawka puede llevarme a ver a la esclava y mi esposa puede quedarse con usted

-me parece excelente cotiso, no te importaría que cargara a tu bebe

-para nada su majestad_ le entrego a mi hijo

-andando cotiso_ camino primero para dejarme seguirla, pero ver a la madre de aleksanteri sonreír al tener entre sus brazos a mi hijo era reconfortarle. este imperio le hace falta ver más sonrisas e iluminarse de la felicidad. el ambiente frio de la amargura invade todo el imperio... es escalofriante

los tacones de lawka se podían escuchar por el pasillo, además de mis demás hermanos que pueden divertirse a su manera, diría que larka, merovech y aleksanteri son más infelices, estrictos y de tan poca paciencia que algunas veces a mí mismo me da miedo decir algo fuera de lo normal con el temor de que me encierren.

al haber llegado a una de las torres entramos a una habitación viendo a su alteza aelis recostada en aquella cama dando la espalda a la puerta, me sentía feliz que al menos se encontraba con vida, pero si sigue siendo una esclava ante la mirada de mis hermanos jamás podrá acercarse a aleksanteri. aún más si piensa que ella esta coludida con la emperatriz milena o lord zoil.

-el doctor real indico que se quedaría así otros dos días mas

- ¿Qué piensa el emperador sobre esto?




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