El secreto prohibido, renace

·̇·̣̇̇·̣̣̇·̣̇̇·̇ • •୨୧┈┈ capítulo 47 ┈┈୨୧• • ·̇·̣̇̇·̣̣̇·̣̇̇·̇

˚· Aelis·˚

me puse aquel vestido de seda azul celeste con pequeños toques brillantes que lo hacían ver lindo, me puse aquellos zapatos con una pequeña flor azul en al frente, até mis cabellos con una cinta del mismo color para poder salir de la habitación al salón a donde se encontraría la emperatriz madre. pero mientras caminaba ahora las esclavas me miraban con cierta envidia. realmente diría que no pienso hacerlas menos, pero nadie me escuchara. solamente que a la distancia pude ver a sira con una cesta, me acerqué a ella.

-sira

- ¿ael? ¿qué haces así vestida?

-ahora soy la dama de compañía de la emperatriz madre

-me alegro mucho por ti ael

-pero, no quiero que nuestra amistad se vea comprometida por esto_ tome la cesta para dejarla en el suelo y tomar sus manos_ aunque ahora sea una doncella no quiero perderte

-yo tampoco quisiera perderte ael, has sido mi mejor amiga desde que fui condenada_ sonreí, pero me removí al ver a aleksanteri junto a los dos príncipes

-su majestad, sus altezas_ mencionamos haciendo una pequeña reverencia

-lady ael_ lo mire

-su majestad

-ahora mi madre te nombro su dama de compañía por un injusto juicio de dretasan contra ti, pero no olvides una cosa. tú en nutotish jamás dejaras de ser una esclava_ sus palabras eran demasiado cargadas de pesar que me lastimaron, solamente baje la mirada escuchando sus pasos alejarse de donde nos encontrábamos, aprete mi vestido y apretaba mis labios

-ael. te encuentras bien_ le sonreí dolorosamente

-si sira, perdona, pero tengo que ir con la emperatriz madre

-claro ael_ me aleje de sira para poder ir con la emperatriz madre, pero ver la frialdad de aleksanteri hacia mí, sus duras palabras con las que se dirige conmigo. me lastima

yo fui mala con él cuando tenía intenciones de declarar a nuestro hijo como hijo de renchen, ya había escuchado sobre la frialdad de aleksanteri aunque cuando era reina no era así, era distante, pero jamás lo vi de esta forma. ahora, podría entenderlo porque no me conoce. esta es una nueva vida donde jamás nos hemos conocido, pero me está lastimando demasiado; sus palabras, sus acciones. su sola mirada hacia mi pareciera ser aquella espada con la que renchen me apuñala... o mucho peor que ello.

-lady ael_ lo mire acercarse junto a otros soldados_ continúen

-si general_ se alejaron de donde nos encontrábamos

-puedo ver la diferencia de ser una doncella y una esclava

-agradezco su punto de vista general

-aunque debes de aun estar confundida de los caminos ael_ lo mire_ si deseas. podría darte un pequeño recorrido por el imperio para que lo conozca

-seria magnifico general, aunque al ser la dama de compañía de la emperatriz madre ella solamente debe decidir

-como usted diga lady ael, permiso

-general_ hice una reverencia para verlo alejarse, aunque no puedo negar el hecho de que lord paloto fue quien aun siendo una esclava me presto atención y se preocupó por mi... en cambio aleksanteri, fue quien me azoto aun por un motivo que desconozco.

seguí mi camino hasta aquella habitación donde se encontraría la emperatriz madre, golpee las puertas antes de entrar y verla tocar el piano con delicadeza, me acerque a donde se encontraba. aunque un brillo rojizo iluminaba las lámparas que la acompañaban. las persianas estaban cerradas. mire el canario de plumaje dorado que aleksanteri y yo usábamos como el único medio para poder comunicarnos.

aquellos lindos tiempos que amaba y que ahora son solamente vacíos recuerdos de un amor que ahora veo imposible que vuelva a renacer.

un brillo hermoso rojizo podía verse por el alrededor de la habitación mientras la emperatriz seguía tocando aquellas teclas del piano. al terminar desaparecieron como pequeños copos y su canario recostándose en sus piernas.

-toca hermoso el piano su majestad

-a mi esposo le encantaba demasiado escucharme tocar el piano, decía que podía concentrarse o poder tomar un momento de su tiempo libre para escucharme

-debió haberlo amado mucho_ sonrió tristemente

-lo ame como no tienes idea ael. pero mi esposo realmente no me amaba, solamente me apreciaba por ser su esposa

- ¿porque lo dice su majestad? _me miro acariciando cuidadosamente la cabeza de aquel canario

-cuando servías a la princesa aelis se mantenían un lazo de confianza

-así es su majestad, yo fui más que una dama de compañía para la princesa. me confiaba todo sus secretos y dolores

-en ese caso, puedo confiar en ti ael. cuando mis padres me habían indicado que me casaría con mi esposo, el emperador Revazi Cadfan yo me sentí realmente feliz. lo amaba demasiado, pero él amaba a otra mujer_ eso me impacto_ cuando nos casamos tuvo que dejarla por mí, me tomaba en cuenta y era cariñoso conmigo, pero jamás me tomaba como su mujer. pero nuestra relación trajo demasiados problemas con nuestro primer hijo. aleksanteri, lo maldijo

- ¿lo maldijo? no logro comprender su majestad

-cuando aleksanteri estaba en mi vientre, en una fiesta que mi esposo había realizado su antiguo amor había regresado para intentar volver a ofrecerle su amor, pero me respetaba como su esposa y se negó lo que causo que lanzara una maldición sobre mi vientre. sin dañarme, pero si contra aleksanteri cuando nació

-no lo entiendo su majestad_ me miro sonriendo dolorosamente_ permítame decirle que... todas las naciones creemos el hecho de que el imperio de nutotish posee un poder inimaginable

-una bestia_ termino a lo que solamente pude asentir_ mayor parte de las naciones creen que poseemos una bestia que protege a nutotish, o que estas tierras están malditas. pero realmente quien posee un poder mucho mayor de quien puede creer es mi hijo aleksanteri

-eso no puede ser posible_ mencione sin pensarlo, realmente aleksanteri no puede ser aquel ser poderoso que todas las naciones temen en enfrentarse. el jamás me había dicho algo al respecto




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.