Amarro las manos de Ivette a la cama y espero hasta que se le pasará la droga, tenía que durar solo media hora, ella no estaría muy contenta cuando se despertará, pero ¿qué otra opcion le había dejado?
Se la habían llevado, la había enterrado, ella había vuelto, pero no se había quedado, ¿qué significaba aquello?
El cebo de la boda fue lo ultimo que se le había ocurrido, más tarde le mandaría una disculpa a Elena y le regalaría esa pequeña isla que quería, ya le perdonaría. Alessio se sento al lado del cuerpo de Ivette, extendio la mano y la paso por su bello rostro. Tenía algunas marcas que antes no había visto, su pelo estaba más corto.
La miro muy atentamente y se pregunto en que momento había perdido el norte, cuando se había apegado emocionalmente a ella.
A veces soñaba con Ivette, de esa ultima vez que la vio en su despacho llorando, mientras escuchaba una y otra vez la voz de Edna por aquella grabadora, la volvía a ver y volvía a sentir el dolor de ella, la impotencia de no poder amortiguar tanto sufrimiento. Siempre terminaba despertando mas cansado y sudoroso. Todo el dolor y la amargura de aquellos días, los había drenado con ejercicio y exceso de trabajo.
Mejoro su imperio, hizo tratos gigantescos, se volvio mas cruel y aun así no pudo encontrarla, solo la veía si ella así lo quería.
La duda de si ella volvería o no la estaba matando, tenían que cerrar el capítulo, pero de la manera correcta. Ivette se lo habia dicho, dejar lo que pudo, pero no fue. Cuanta verdad había en ello, sin embargo aun no lo queria asimilar. Se juraron decirse la verdad, esperaba que ella recordará ese juramento.
—Alessio... —Ivette sentía que su cabeza daba miles de vueltas sobre la cabeza.
—¿Cómo te sientes? —Alessio acerco un termo a sus labios para que tomará agua y se le pasara un poquito el mal sabor de boca.
—Mejor que tu para, cuando logré agarrarte. —Podía esperar aquello de cualquier otra persona menos de él.
—No te he hecho nada malo...
—Me drogaste, ¿te parece algo bueno?
—No sabía que hacer —Respiro profundo —. Puedo hacer que miles de hombres tiemblen mientras les hablo, que hagan los que le mando al pie de la letra aun cuando va en contra de lo que creen, sin embargo no puedo conseguir que mi esposa se quede en mi cama.
—Difunta esposa Alessio, que no se te olvide que me enterraste.
—Sí, enterre un cadaver de sabra dios quién y oficialmente soy viedo, sin embargo te tengo en mi cama ¿no?
—Puros eufemismos —Ivette halo las manos y no se movieron ni un milimetro. Maldijo entre dientes —¿Qué quieres de mí?
Él la miro a los ojos y vio su enojo.
—Necesito la verdad para cerrar ciclos, necesito olvidarme de ti o que vuelvas conmigo. No puedes seguir apareciéndosete cada vez que quieras por aquí y yo necesito dejar de esperarte, Ivette.
»Esta no es la vida que soñe y preparé para mí. Yo quiero hijos, una esposa en la casa, una compañia fiel, necesito seguridad porque no soy de piedra.
»Realmnte necesito una explicacion y empezar a dejar el pasado atrás. Yo me lo merezco y tu tambien.
—¿Qué verdad necesitas? nunca te he mentido, no soy culpable de mi secuestro, no me puedo disculpar por algo que no hice.
—Tampoco te quedas...
—No puedo hacerlo —Lo susurro con dolor en el alma, él no tenia ni la mas minima idea de lo que era soñar con volver a los mismos brazos una y otra vez, sin importar las circunstancias siempre volvia a él en sus sueños.
—¿Qué paso cuando te secuestraron? —Alessio tenia la mas minima esperanza de que hubiera sido medianamente buena.
—Pasaron muchas cosas —Ivette recosto la cabeza en la almohada detras de su cabeza —, ¿puedes acostarte a mi lado?, solo para sentir tu respiración —Alessio lo hizo así, aunque se mantuvo alerta —. Me llevaron a Mexico, a un burdel, hasta que dejarás de buscarme, no dure mucho ahi. Aunque solo me escondían en ese lugar me trataron como un animal, apenas si me daban de comer o para bañarme. Tuve que matar a uno de los encargaados, abusaba de las demas chicas, me trajeron a Italia nuevamente y me hicieron llamarte. Son personas muy malas, fue una forma de cuidarte y de cuidarme. Sé que diras que podías protegerme, pero aunque yo hubiera logrado escapar no me iba a dar e tiempo para llegar hasta ti y si lograba llegar las cosas podían ponerse muy feas —Recordo el miedo, la tension, la desilucion arremonlinandose dentro de su pecho.
»Mate unos cuantos hombres más y como castigo me azotaron, tengo la espalda llena de cicatrices que a veces arden, pero no importa, yo sigo viva.
»Al principio lloraba mucho cuando nadie me veía. Lloraba por Edna, por mí, por ti. Sobretodo por ti —Hizo sielncio unos segundos, su corazón empezaba a latirle muy fuerte dentro del pecho —. Imagine que al principio te sentirías traicionado, dolido, tal vez un poco inutil, luego me enteré de que habían encontrado un cuerpo con caracteristicas muy parecidas a las mías y descanse un poquito más. Al menos unos de nosotros iba a estar en paz con el universo.
—No sé a lo que llamas paz, porque te aseguro que yo no la he sentido en ningun momento —Alessio apoyo la cabeza en el pecho izquierdo de ella —Ni siquiera he podido sacar tus cosas de los armarios, hago que las limpien, las revisen y las mantengan en buen estado, pero no puedo tocarlas, tampoco puedo tirarlas.
»Estas constantemente acosandome en los sueños, en los pensamientos. Es como si hubiera perdido la cabeza por ti y no puedo hacer nada para evitarlo.
—A veces tambien me siento así —Cuando no estaba arrebatandole la vida a nadie —. Luego de todo eso entrene mucho, mejore mis artes marciales, me hice expertas en las armas —Piensa, abre los ojos y mira a Alessio —Me volvi un monstruo.
—Pudiste haber escapado en ese momento.
—No, no, no —Nego con la cabeza —, no tenia a donde ir. No he vuelto a saber de mis padres y no estaba segura de que me recibieras. Por eso vine la primera vez —Recordo el impacto de aquella vez —y entonces me di cuenta de que si algun día escapaba tenía que hacerlo bien. Sin nadie que volviera a morder nuestros culos.