Las luces continuaban apagadas, no se escuchaba un paso o una respiración. Ivette se pego de la pared se deslizo hacia el suelo y se mantuvo inmóvil, acaricio su tobillo y tarde recordó que antes de encerrarla le habían quitado absolutamente todas las armas. Maldijo por dentro e intento agudizar aun más el oído.
Solo pasaron unos segundos, pero ellos lo sintieron como si hubiera sido meses, incluso años. Alessio también se había apartado de su posición inicial y había sacado su arma, apuntaba hacia delante, estaba furioso, ¿cómo podían violar su seguridad y no ser avisado?
Las luces se encendieron, Ivette agachada, Alessio en un lado y James muy cerca de ellos con un arma entre sus manos apuntando a Alessio. Tardaron unos segundos en acostumbrarse a la luz, pero lo hicieron pronto.
—¿James? —Ivette lo miro boquiabierto, se puso de pie muy lentamente y no le quito la mirada de encima, estaba realmente muy impresionada por lo rápido que aprendía.
—Deja que nos vayamos —Él no apartaba la mirada de Alessio, sentía la adrenalina recorrer cada vena de su cuerpo. Se sentía tan poderoso e invencible, es como si de pronto el poder le fuera concedido.
—Nadie va a salir de aquí —Alessio no estaba dispuesto a perder la paciencia aunque eso significara que tenía que dejar que un niñato le apuntara con un arma en su propia casa. Quito la mirada del chico y miro a Ivette, por alguna extraña razón ella parecía estar asombrada. —¿Ivette?
Ella volvió en si, miro a Alessio y vio el enojo en su mirada, sonrió.
—No pasa nada James, dame la pistola —Se acerco a él y la tomo muy despacio de sus manos, vio la duda en sus ojos y tomo nota mental de explicarle mas o menos todo, luego. Un luego muy lejano esperaba.
—Supongo que tu eres el famoso James —Alessio enfundo la suya.
—James, este es Alessio Ricci, cabecilla, El Boss o como quieras llamarlo de la familia Ricci... —Empezó a hacer ella las presentaciones
—Y el esposo de Ivette —concluyo Alessio pasando por el lado de ellos y subiendo las escaleras.
James quedo en una especie de trance confuso, miraba a Ivette salir detrás de aquel hombro, pero mientras mas estaba allí, mas confuso se sentía todo.
James
Las manos me tiemblan, las meto en los bolsillos de mi abrigo para disimularlo, la cabeza me da algunas vueltas todavía y aun no entiendo como no me he desmayado. Todo parece dar un giro inesperado de buenas a primeras.
—Ex esposo Alessio, ex esposo —Ivette se va detrás de él y yo sé que tengo que irme detrás de ella.
El viaje a España me había parecido bien cuando me lo dijo, iba a ser la primera vez que saliera de Italia. Realmente mi vida estaba cambiando y todo gracias a Ivette, intentar sacarla de allí había sido el acto mas valiente que había hecho en toda mi vida.
Pero ahí descubría que el secuestro no parecía del todo un secuestro. No sabia mucho de ello, pero fue raro cuando le preguntaron donde quería ser encerrado, ¿era normal?, lo dudaba. Constantemente había visto lo que pasaba con las personas que aparecían y desaparecían de un día a otro en su vieja vida, ni siquiera se les preguntaba si querían comer. Se les dejaba morir de hambre y punto.
—¿Pediste el divorcio? —El señor se detiene y la mira —, ¿tengo que esperar que me llegue alguna notificación del juzgado?
—No, pero se supone, que...
—Se supone que estas muerta y yo soy viudo —Estoy casi segura que tengo la boca abierta.
¿Ivette estuvo casada?, ¿Con un Boss?, ¿Qué diablos esta pasando?, ¿por qué no me estoy enterando de nada?
—Sí —Esta cruzada de brazos mientras lo enfrenta, ninguno da un paso atrás, yo parezco un espectador, solo espero que no empiecen a volar las balas.
—Imagínate que hipotéticamente —El jefe Ricci ahora me mira —te casaras, y luego no sé, después de unos tres meses tu esposa fuera secuestrada y se "encontrará" su cadaver, la enterraras, tal vez incluso la lloraras, pasa un año y ella aparece —Mira a Ivette y vuelve a mirarme —¿Sigo casado o soy un viudo triste más?
Mi cabeza acaba de volar en millones y millones de pedazos.
—Si. No. No sé —Estoy dudando de mi cordura y de la de ellos.
—No metas a James en esto —Ivette le pega un puñetazo en uno de los hombros.
Los miro enfrentarse, se miran tan fijamente que se puede casi ver la tensión entre ellos. Me quedo allí mirando embobado la imagen, no por morbo, solo es curiosidad. En algún mundo alterno estoy casi seguro que ellos dos fueron los mejores amantes del mundo.
Al menos en este mundo lo intentaron o mejor aun, al menos se conocieron.
Nunca espere saber que Ivette se había casado, supongo que di por hecho que siempre había trabajado para los Cesare.
¿Pago Alessio una deuda con Ivette? no, no, él menciono un secuestro.
¿Quién pudo secuestrar a Ivette?,¿quién había perdido el juicio a tal grado?
Ella era letal, ambiciosa, cruel, una maquina de matar, era temida por todos y eso me incluía aunque nunca ha sido nada de eso conmigo. Así que mientras mas lo pienso mas dolor de cabeza tengo y menos sentido le encuentro a todo.
—¿Estan casados? —pregunto con la mirada perdida en un intento desesperado por entender.
—Sí...
—No...
Responde al unísono. Sigo igual o más confundido.
—Necesito comer, un naproxeno y... —Hago silencio, acabo de recordar que estamos secuestrados o algo así. No debería ponerme tan exigente.
—¿Y? —Me pregunta él.
—Y no sé ¿Qué me cuenten una historia para poder dormir?
Ivette sonríe y es hermoso.
—Ese es mi chico —Gira el cuerpo y se pone de lado entre los dos —, Alessio este es James, mi pupilo.
—¿Ahora tienes una academia? —La cara de Alessio es de duda, shock y algunas cosas más.
—Has mejorado tu sentido del humor en los últimos años —Ella l lanza una de esas miradas frías y él solo le sonrie.