Bufó con fuerza mientras se reía entre dientes. finalmente su día había llegado, lo había estado esperando todos esos años, se imagino miles de escenarios y en ninguno de ellos, ella le daba la oportunidad de vivir.
Ni siquiera soñó con una muerte tranquila, en lo unico con lo que realmente soñaba era con morir a manos de ella y así saldar su deuda con el mundo.
—¿Qué se supone que estás haciendo? —preguntó este, sin querer ni siquiera pensar en aquello siendo una opción real y no un farol, una trampa de lealtad o de sueños.
—¿Dandote a elegir lo poco que te queda de futuro? —Ivette no estaba muy segura de si debía dejarlo ir así como si nada.
Por otro lado James le tenía cariño y no pensaba quitarle todo de un día para otro y creer que no lo cambiarían. Afectarían su caracter, sus ilusiones, su vida al completo.
Esos momentos son los unicos que finalmente determinaban las barreras que se podían romper y todo en nombre del buen amor.
— ¿Te parece divertido? — Cerró los ojos —, no tienes nada mejor que hacer? Apenas me quedan fuerzas para seguir respirando y ahora vienes tú ofreciendo continuar con mi vida.
» TÚ. Quién juro matarme y hacerme sufrir, ¡TÚ!, que has luchado con dientes y uñas hasta el punto de que de solo pronunciar tu nombre las personas teman tu llegada. ¡TÚ!, Ivette Montalva de Ricci, quieres darme una oportunidad a mí. Al que te quito todo, te arrebaté la libertad y el deseo de sentir.
» ¡TÚ! Tu me quieres dar opciones cuando yo nunca te dí nada.
—Así es la vida Dominic. Recibimos más de quién menos esperamos. Y esas veces son las nos mantienen vivos; Sin embargo deberías agradecercelo a James, y lo bien que te has portado con él.
»Creí que iba a odiarte siempre, por algunos meses lo hice. Mientras más fuerte me hacía, más te odiaba y más odio por el mundo sentía. No tenía fuerzas para llorar, Sin importar el tiempo que pasará, me negaba a sentir el más minimo apego emocional hacia ti porque sin importar lo mucho que sufrieras, tú habías sido el causante de tu propio desastre.
»Intentaste huir, intestaste amar y ser amado, decidiste con todos tus fuerzas llevar una vida normal, apelaste a la buena bondad que creías que existia en el corazón de un padre resentido, caprichoso y sin sentido de lo correcto. Cuando termine de juzgarte me pregunte si yo hubiera hecho lo mismo —Ivette se cruzo de brazos mirando la nada —. Yo lo hubiera hecho.
»Habría sido egoista, también abría ariesgado su vida para ser feliz, aunque solo fueron unos segundos, unos días, unos meses —Lagrimas rodaron por sus mejillas —Así que no puedo seguir culpandote por una situación que se te fue de las manos, por unos emociones que yo habría deseado.
»Tampoco puedo seguir culpandote por su muerte cuando en vida, la poca que tuvo, fue realmente feliz mientras tu estuviste en ella. De niña no fue muy feliz y la adolescencia la tomo desprevenida, cada vez que sentía que lo iba a lograr, que finalmente sería feliz, Perdía.
»A veces perdía la fe, otras veces solo la esperanza.
Él lloraba, entendía tan bien aquella combinación de emociones. cada vez tenía más claro que sin importar donde nacieron, el dinero o la falta de el, te ibas a perder en el camino de la felicidad.
—Le pregunte si creía en los vidas siguientes —Dominic recordaba con añoranza aquella cita en la cafetería la último de ellos —, me dijo que no, y a decir verdad, yo tampoco quiero volver a vivir.
»La vida es una maldita montaña rusa, nunca se detiene, no te deja respirar, cuando crees que ya has encontrado la paz, el amor, la certeza de lo inexplicable entonces te lo arrebata. Terminas sin fuerzas, sin ganas y hasta sin fe.
—Maldita vida —susurro Ivette.
Ella creía y tenía la certeza de todo lo que le decía. Había pasado por ahí más de una vez, había visto a otros personas pasar por aquello, pero jamás había escuchado decir a nadie tener la respuesta.
Ambos Cerraron los ojos. Ivette recosto la cabeza y se acomodo en la silla.
Se permitirían esta juntos en silencio, en paz.
Mañana las cosas serían diferente. En una semana ya habrían acabado, entonces, tal vez, el futuro pintaría más cosas diferentes.
El futuro no estaba escrito para nadie.