El Secuestro de Ivette

Capítulo 47

De luchar el cuerpo se cansa, la mente se agota y el espiritu se pierde de a poco cada vez, hasta que ya no queda nada. Pero aun si no luchamos, igual lo perdemos todo, porque la vida pocas veces da sin pedir a cambio,  deja sin quitar o quita y devuelve.

No las cosas no son así James, tal vez por eso te escribo, porque no tengo el valor para decirte y darte estos consejos cutres de superviviencia de frente y mirando tus bellos ojos.

Mientras te escribo, dejo que por mis ojos caigan algunas lágrimas, son las primeras desde hace mucho tiempo,supongo que eso es porque mantuviste con vida algo de ese espiritu que se extinguía. Creo que voy a vivir mucho tiempo, ya sabes lo que dicen: "Hierva mala nunca muere", y yo soy muy mala. Ya lo has vistos.

No tengo nada más que agregar, las cosas siguen siendo una mierda, si quieres volver, te voy a recibir, pero si quieres vivir una vida normal también lo entendere y estaré orgullosa de ti.

Muy orgullosa de ti sin importar la decisión que tomes.

Con mucho amor.
Ivette Ricci.
 
 

Alessio maldecia en todos los idiomas que podía, ella seguía yendo y viniendo como se le antojaba, pero ahora era mejor. Todos sabían que era real, no había estado alucinando en todo ese tiempo, fue un choque de emociones. Quedarse encerrado por dos horas no era parte del plan y saber que Dominico habia estado detras de todo lo malo que le habia pasado a Ivette, le revolvio  las tripas.

A veces las estupideces más grandes se tenían a la vista.

Un suave sonido de teclas lo detuvo frente a su puerta, quedo petrificado unos segundos, apoyo la mano en la manilla y giro. Podría jurar que el exceso de adrenalina lo tenía alucinando o de verdad aquello era real, Ivette estaba sentada en su cama con el ordenador sobre las piernas y un rastro de lagrimas por su mejilla. No tenia ni idea de como habia entrado allí sin un rasguño o sin hacer sonar la alarma, pero ya lo había hecho antes.

Nada de eso le importaba.

Cerro la puerta detras de él, deshacer el nudo de la corbata o los botones de su camisa dejaron de ser prioridad.

—Mi huella sigue estando en el sistema de seguridad —Ivette envio un documentoo a la impresora de la oficiana de  Alessio en la planta baja para luego cerrar la pc mientras secaba los residuos de las lagrimas. —No me  diste opción para colarme.

—¿Cómo las otras veces querrás decir?

—Sí, si me lo pones tan fácil pierde lo interesante.

—¿Ya no lo has tenido demasiado dificil? —Alessio estaba negando con la cabeza, no sabía muy bien como tomar todo aquello.

¿Como se explicaba que su corazon estuviera a punto de explotar por muchas razones y para ninguna tenía explicaciones?

Ivette sonrío, expulsando una gran cantidad de aire por la nariz —: No sé, estoy intentando mandar una carta a James, estoy dandole opciones. Que escoja la vida que quiera llevar, sin embargo quisiera poder traerlo conmigo —Las lagrimas caían nuevamente —. No quiero ser egoista.

—Es...—Alessio recobro la movilidad —irónico, supongo . Has puesto a miles de personas a tus pies, todos ellos pudieron matarte, pero estas pensando en un chico al que salvaste. La vida es pura ironía, ¿no te parece?

Ivette se acurruco aun sentada en la cama, a Alessio le dolía ver y no poder hacer nada.

—Solo es una mierda, la vida es una puta mierda. —Se solvio la nariz —Lamento seguir volviendo aquí —Ese momento  debía ser el definitivo, redimir algunos errores valía la pena con la persona correcta —, he sido una hija de puta desgraciada, lo sé, pero es lo unico que tenía seguro, lo único realmente seguro en la tierra —Su voz se quebraba por segundos —. Y lo lamento, lo lamento muchísimos.

—¿Qué lamentas exactamente?, ¿irte o volver?

—¿Por qué tantas preguntas? —Se dejo caer de lado sobre la cama  —, ¿sabes?, me gustaría ser una chica normal de mi edad y salir, amar, emborracharme, llorar y repetir el ciclo una y otra vez hasta...

—¿Hasta encontrar un hombre que te de una vida segura e hijos con una casa con jardin grande y perros? —Alessio se acerco a la cama y se sento aun lado.

—No, no quiero  una vida segura, quiero una feliz.

-No creo que yo sea seguro Ivette.

En la sinceridad a veces estaba el pecado.

—Lo sé, por eso quiero pasar esta noche aquí.

—¿Y mañana?

—No sé leer el futuro.

Ivette giro nuevamente y se apoyo en Alessio.

—Soy muy egoista...

—Las reinas de las mafias suelen serlo. —La arropo entre sus brazos, la apoyo en su pecho, beso su frente.

La reina de la mafia, sono tan inusual. Se acurruco más contra él, necesitaba sentirse protegida.

La comprensión  siempre podía sanar un corazón roto y la falta de ella lo rompe.
 
 



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En el texto hay: secuestro, escapes, amor pasion

Editado: 16.04.2024

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