Vayamos juntos.
30 de Julio de 2019.
—Oye, no seas egoísta, compárteme de tu cobija—Nataly jaló la cobija a su lado dejándome un poco descubierto.
—Tengo frío, no molestes—le quité toda mi cobija y ella se quejó—. Además es mi cama.
—A veces me pregunto por que eres mi amigo.
—¿Somos amigos?
—Para tu buena suerte, sí.
Me había encontrado con Nataly cuando estaba en el centro dejando solicitudes para empleo, me había acompañado a más lugares y bueno, terminamos viniendo a mi casa a hacer lo que usualmente hacemos. Había intentado que se fuera pero es muy necia y se quedó hasta que fuera la hora para irnos a natación.
Ella se levantó después de un rato y comenzó a buscar su ropa mientras yo me entretenía mirando el celular.
—Vamos, se nos hará tarde para la clase.
—No tenemos ninguna ventaja si llegamos temprano—me levanté también.
—Yo no, pero tu puedes ver a Bianquita.
—¿Para qué quisiera verla?
—Pues te gusta. Así podrías pedirle que saliera contigo.
¿Por qué ahora todos creen que me gusta? ¿Solo por verme con la chica unas dos veces?
—No me gusta.
—Bueno, deberías apresurarte a invitarla a una cita porque creo tienes competencia—ignoró lo que le dije al parecer.
—¿De qué hablas ahora?
—He escuchado múltiples veces como el entrenador Gil le pide a Bianca que salgan, claro que ella siempre lo rechaza.
—A quién no le pide salir Gil.
El entrenador aprovecha cualquier oportunidad con cualquier alumna y he de decir que la mayoría cae.
—Es un buen punto, pero que yo sepa no le pide nada a nadie dos veces.
En eso tiene razón.
—Aún así tu has dicho que ella lo rechaza así que no tendría de que preocuparme... si es que me preocupara, cosa que no es así.
—Eh, sí. Pero esta última vez que lo escuché, ella como que lo pensó un poco.
¿Qué?
¿No se supone que debería de buscar la manera de acercarse a mí en vez de salir con otro?
—Su problema—traté de restarle importancia al tema.
Nos cambiamos en silencio y salimos juntos de la casa en camino al entrenamiento. Nataly intentaba hablarme de cualquier cosa pero como es mi costumbre no participaba mucho en el tema y dejaba que ella hablara.
Llegamos al entrenamiento y lo primero que vi fue a Bianca hablando con el entrenador, él le dijo algo y ella se rió.
—Te dije—Nataly usó un tono burlón
—Y yo te dije que no me gusta.
—Entonces deja de fruncir el ceño—tocó mi frente y luego caminó hacia los vestidores.
Bianca se despidió del entrenador y también fue a los vestidores.
Todo esto me quita una gran ventaja a mí porque ya no sé si realmente Ana esté llevando a cabo el plan de usar a su mejor amiga para afectarme.
Tendré que averiguarlo, y de paso también que quiere Gil con Bianca.
4 de Agosto de 2019.
Estaba en el cuarto de Abi husmeando en sus cosas mientras ella aún desempacaba, había dejado todo al último y ahora estaba escombrando todo ya que mañana iría a su primer día de universidad. Mientras también me contaba de sus materias que llevaría y de lo nerviosa que estaba porque no sabía si le terminaría gustando la carrera.
La verdad es que no puse mucha atención a los detalles, en mi cerebro solo resumí la información.
—¿Me estás escuchando?—me reclamó.
—Sí...
—¿Qué dije?
—Que esperabas tener profesores interesantes.
—Eso lo dije hace cinco minutos.
—Agradece entonces que te estuviera escuchando en ese momento.
—Qué bonito es el tiempo de primos que compartimos—me dio un golpe en la cabeza.
—Oye, pero no hace falta la violencia.
Me ignoró y siguió parloteando por un rato hasta que terminó de acomodar todo.
—¿Qué te parece mi nueva decoración?—dijo aunque en realidad todo se veía igual a hace unos años cuando ocupaba este mismo cuarto.
—Me gustaba más vacía.
—A mí me agradas más callado.
—Es en serio, la otra vez que estuve aquí con Bianca todo se veía mejor...
—Espera, ¿Metiste a una chica a mi habitación?
Creo que no pensé muy bien lo que dije.
—Sí pero...
—No, no quiero los detalles de lo que hiciste. Solo dime que no ensuciaste mi colchón.
—¡No hicimos nada! Solo la traje a tu baño porque los otros estaban ocupados.
—Qué caballeroso. Aunque tú ni siquiera eres amable con tu propia familia. A no ser que ella...
—Lo que sea que estés formulando en tu pequeña mente, no es así.
—Ni siquiera sabes que iba a decir.
—¿Qué ibas a decir?
—A no ser que ella te guste.
¡Que no me gusta!
—Ja, no.
—¿Entonces? Nunca he visto que te guste alguna chica y esto es lo más cercano. Mira, hasta te pusiste nervioso.
—No me puse nervioso.
—Te creo...
—No me gusta, solo fue un favor el llevarla al baño.
—Aja...
—La llevé ahí y eso fue todo.
—Claro...
—Ni si quiera sé porque te estoy dando explicaciones.
—Sí...
—¡Deja de hablar en ese tono!
—¿Qué tono?
—Ese tonto tono que Lia también usa para que confiese algo.
—Pues si no tienes algo que confesar entonces no me hagas caso.
Odio a estas gemelas.
Pero son las que saben más cosas sobre mí así que le conté todo acerca del asunto de Bianca. Sobre todo porque también necesitaba su ayuda a saber si Ana sí estaba llevando a cabo su plan.
—Pues la tal Bianca hasta ahora no ha demostrado querer hacerte algo—fue su opinión final.
—Por ahora no, ¿pero no crees que estaría en lo correcto si le sigo la corriente?
También le había dicho que estaba forzando solo un poco las cosas para que empezara a formar parte del plan de Ana y así yo pudiera ejecutar el mío.