El Segundo Idiota.

Capítulo 28.

12 de Noviembre de 2019.

Ya casi era hora de irme a entrenar, pero estaba muy interesado leyendo los requisitos para presentar el examen de admisión a la universidad.

Creí que no tendría motivación para hacerlo, pero hoy misteriosamente me dieron ganas de ver que opciones podría tomar para hacer algo de provecho con mi vida y debo decir que estoy encontrando varias.

Mandé un correo a una universidad pidiendo más informes y luego apagué la computadora para irme y no llegar tarde.

—Me voy—le dije a Abi que estaba en la sala mirando caricaturas.

—¿Por qué todos me abandonan?

Estaba un poco sensible estos días porque su hermana se iría de intercambio a Francia en algunas semanas, eso y últimamente nadie pasa tanto tiempo en la casa como ella.

—Regresaré en la noche.

—Eso dicen todos.

—Podemos ver una película.

Ella volteó a verme con los ojos entrecerrados.

—¿Está tu novia alias mi nueva mejor amiga incluida en esto?

—No tengo novia.

—Qué raro, porque ayer no la vi salir de la casa.

No pude evitar que una pequeña sonrisa se me saliera y Abigail soltó una sonrisa burlona al verme.

—Fue una pijamada.

Una pijamada bastante divertida para mí.

Estar con Bia fue diferente al resto de las otras chicas y aunque estuve aterrado de que las cosas fueran a ser incómodas para ella después, fue todo lo contrario.

Después de que nos acostaramos cansados, platicamos un poco y luego nos quedamos dormidos juntos. Por la mañana ella me dijo que volvería a su casa para ver si su mamá estaba bien pero nada se sintió como si tratara de evitarme, de hecho le tomó bastante tiempo irse porque bueno, digamos que volvimos a acostarnos antes de que se fuera.

Fue la mejor noche y mañana de mi vida, solo que no lo diré en voz alta.

—Claro, yo también suelo tener muchas pijamadas con mi novio.

—Déjame en paz.

—Pero si vendrás a ver una película conmigo, ¿cierto?

—Sí, Abi.

Es molesta, fastidiosa y sensible, pero no me gusta dejarla sola estando tan vulnerable. Eso es otra cosa que no diré en voz alta.

(...)

La verdad es que estaba esperando mucho por ver a Bianca. Va a sonar muy tonto y me odio por ello pero a pesar de que la vi en la mañana ya quería verla. No sé que pasa entre nosotros dos, pero algo pasa y con eso me conformo.

Solo que tuve que caer decepcionado cuando al llegar al entrenamiento no la encontré y cinco minutos después recibí un mensaje de ella.

Bia: Tuve problemas con mamá y su desintoxicación. Pero llegaré antes del entrenamiento de los niños.

Inmediatamente la llamé para preguntar si todo iba bien y ella me aseguró que sí, al menos ahí supe que no me estans evitando y me alegraba mucho por eso.

Me resigné a entrar al entrenamiento y al terminar antes de que pudiera hacer otra cosa más que cambiarme, Gilberto me mandó a limpiar el almacén  como todos los días.

Limpiar el almacén siempre es una tortura, desde que besé a Bia enfrente de Gilberto casualmente encuentro más desastre después de cada clase. Qué raro.

Estaba acomodando todo en los anaqueles hasta que escuché la puerta abrirse, era Tania.

Hace mucho que no la veía y creía que dejaría de insistirme pero ya veo que no.

—Hola—dijo cerrando la puerta atrás de ella.

—Hola.

—Iván, quiero que salgas conmigo.

Decidí voltear para hablar con ella y se acercó. No esperaba que fuera tan directa con el asunto pero así era mejor porque podía dejar las cosas aún más en claro.

—No puedo hacerlo Tania. No me gustas.

—Pero nunca me has dado la oportunidad.

—Porque no quiero hacerlo.

—¿Por qué?—frunció el ceño.

—No me gustas, Tania—iba a hablar pero la detuve—. Tampoco digas que puedes gustarme porque no, ya me gusta alguien y aunque ella no lo sepa quiero hacer las cosas bien.

—Es esa chica rubia, ¿verdad?

—Sí, y hablando de ella espero que dejes de tratarla mal.

Tania siempre hace a un lado a Bia cuando esta conmigo y no me gusta eso. Por eso prefiero huir de Tania cuando tengo oportunidad, antes podía medio hablar con ella, ahora ni eso.

—Pero es que quiero que estés conmigo.

—No hay manera.

Me di la vuelta para que entendiera que la conversación había terminado y volví a acomodar las cosas en el almacén.

—Iván—no contesté—, mírame.

De mala gana lo hice y no supe como reaccionar. Tania se había quitado la playera y se había acercado, pero lo más importante es que justo en ese momento habían abierto la puerta y Bia estaba ahí.

No supe como reaccionar pero mi mirada solo estaba en Bianca, lo juro, no bajó en ningún momento.

—Eh, venía a buscarte—dijo nerviosa—pero vi que estás ocupado así qué...

No dijo nada más y cerró la puerta.

No me importó Tania ni que hiciera, seguí a Bianca quien había salido hasta el estacionamiento.

—Bia, espera—dije y sorprendentemente ella paró.

—¿Qué pasa?—dijo seria.

—Lo que pasó ahí no...

—No me tienes que dar explicaciones, Iván, yo debería de aceptar que solo por dormir juntos no significa que vayamos a estar realmente juntos y no deberías justificarte por lo que haces cuando eres un chico soltero.

Sé que es fácil asumir que yo no querría tener nada con nadie, sobre todo porque muchas veces yo mismo lo he dicho. Pero no sería tan cabrón como para meterme con otra chica un día después de estar con Bia. Para mí el tener sexo con alguien podía significar casi nada, pero con Bianca es diferente, siempre lo ha sido.

A pesar de que intentara sonar seria yo la conocía y sabía que estaba decepcionada de mí y era lo que menos quería lograr. No quiero que tenga esa imagen de mí.

—No tengo pero quiero.



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Editado: 28.01.2023

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