Digamos la verdad
18 de Diciembre de 2019.
Bianca.
Hace dos días había presentado mi primer examen de admisión y hoy había recibido los resultados. Eran de la universidad de la ciudad y estaba nerviosa porque no sabía que resultado quería.
Por un lado quería que saliera que fui aceptada para poder quedarme y no perder mucho tiempo en entrar a la universidad, pero por el otro, no quería que me aceptaran y quería intentar probar hacerlo en otro lado.
No le había dicho a nadie que tenia el e-mail aún, quería enfrentar esto yo sola para saber que hacer porque independientemente de cual sea el resultado no define las decisiones que tenga que tomar.
Encendí el ordenador y entré a mi correo electrónico. En primer lugar estaba el correo de la universidad a la que apliqué, lo abrí sin perder mucho tiempo y descargue el documento que mostraba los resultados.
Comencé a leerlo y todo era palabrería sobre las áreas en las que me había destacado, al parecer había tenido porcentajes altos, pero de alguna manera, eran menores que las de los alumnos que fueron aceptados.
Aprobé el examen, sin embargo no fue suficiente para poder ocupar un lugar en la universidad.
Me imagine que si no quedaba iba a llorar y quedar destrozada pero la verdad es que me sentí aliviada.
Miré mi habitación, muy probablemente dejaría de serlo o al menos por un tiempo, y claro que me daba nostalgia, pero también se sintió como algo que debía de hacer.
Alguien entró en mi habitación sin llamar y ya sabía que era Ana por la manera ruidosa en que siempre anunciaba su llegada. Pasó de largo a donde estaba y tomó mi computadora, yo ya había cerrado todas las ventanas pero creo que ya sabía a que venía.
—Eres una traidora.
—¿Ahora qué hice?
—Abrir los resultados de tu examen sin decirme, mira que es aún más bajo que el que te gustara mi enemigo.
—¿Cómo sabes que ya tengo los resultados?
Para que le iba a mentir si me iba a resultar peor.
—Siempre salen después de los dos días de presentarlo y cuando desapareciste sigilosamente de la comida no fue difícil conectar los puntos. Esperaba que me llamaras y me desesperé.
—Lo siento.
—Ahora dime, ¿donde esta el maldito documento?
Le quité la computadora y volví a abrir los resultados. Ana se brincó toda la palabrería para llegar al final y ver el resultado final.
—¿Estás bien?—dijo tras leer mi rechazo.
—Sí, no es el fin del mundo.
—Sabes lo que esto significa, ¿verdad?—estaba siendo bastante cautelosa para ver mi reacción, aunque una sonrisa quería salir de ella.
—Sí, la verdad es que me emociona.
Ana dejó la computadora de lado y me abrazó. Casi nunca tiene gestos así conmigo pero ahora sé lo importante que es para ella que la acompañe a su nueva etapa de vida.
Se ve como una chica fuerte e independiente, pero cualquiera tendría miedo de estar sola en una nueva ciudad y la verdad es que hasta yo estoy aliviada de no irme sola.
—¿Aunque tengas que dejar a tu tonto novio?
Y ahí estaba la parte que no me gustaba.
Iván no es mi novio pero es obvio que es algo más. Me va a pesar el no poder verlo pero el fue comprensivo al respecto, va a doler pero estas son cosas que siento que tengo que hacer.
—Aún no sabemos si será algo temporal el que me vaya.
—Lo entiendo, pero deberías de decirle lo antes posible.
—¿Estás preocupándote por él?
—El tipo será un idiota—dijo rodando los ojos—, pero al menos nunca lo ha sido contigo.
—Lo sé, y no te preocupes, le diré en cuanto lo vea.
(...)
Esperaba que el tener que ver a Iván me tomara un poco de más tiempo pero desgraciadamente teníamos entrenamiento juntos y era el último del año. Entraremos en etapa vacacional así que probablemente no vuelva a la alberca en un largo tiempo.
Apenas iba entrando por la puerta principal cuando lo vi entrando a las gradas, aún era temprano y por eso me sorprendió verlo, de hecho iba muy distraído así que decidí ir tras él.
Solo cuando tomó asiento en la última barra notó mi presencia y me sonrió. Sigue siendo muy raro que me dedique sonrisas y con todos los demás tenga cara de asco pero no me quejo.
Me acerqué hasta donde estaba y me senté a lado de él.
—¿Por qué llegaste tan temprano?—pregunté
—Me aburrí en casa así que salí antes.
Quería preguntarle que había pasado con los resultados de su examen, pero eso haría que yo dijera mi resultado y la verdad me daba miedo su reacción, pero de verdad quiero saber si él si lo logró.
—¿Ya viste tu resultado de la admisión?
—Sí, logré entrar. Pero esa escuela es mi segunda opción, espero entrar en la primera.
No se veía tan emocionado, pero al menos parecía satisfecho de tener opciones.
—No me sorprende, eres la persona más inteligente que conozco.
—No lo voy a negar—sonrió arrogante—¿Qué hay de ti?
—Eh... pues logré aprobar, pero no quedé.
Había tratado de darme a notar como si estuviera afligida, pero creo que fallé.
—Pero no te ves tan afectada por eso. ¿Tienes más opciones?
—Yo... metí más solicitudes en otras universidades, solo que los exámenes serán en enero.
Iván solo me estaba mirando y eso me ponía más nerviosa así que comencé a jugar con mis manos.
—No lo harás aquí, ¿verdad?
Negué con la cabeza, odio que sea un sabelotodo. Pero sobre todo odio que haya podido llegar a conocerme tan bien en unos pocos meses.
Esperaba que se enojara o que no dejara que le explicara cual era mi plan pero en vez de eso me abrazó. Lo cual es un poco raro porque Iván no es de tener esos gestos cariñosos, aunque últimamente ha tenido un progreso, la verdad me encanta.