El Sello de Poder - Libro 5 de la Saga de Lug

TERCERA PARTE: Liam - CAPÍTULO 26

El inglés abrió un cajón del escritorio y sacó una daga con el mango ricamente decorado con oro y piedras preciosas.

Tomó luego un pequeño frasco de vidrio tallado de un estante lleno de recipientes y objetos de formas extrañas que estaba en la pared a su derecha, y extendió su mano en invitación a Liam:

—Let´s see the hand.

Con gran reticencia, Liam alargó su mano vendada y permitió que su tío la tomara entre las suyas. El inglés desenvolvió la venda y expuso la mano de su sobrino. Frunció el ceño al ver que no había herida, pues pensó que el muchacho le había mentido.

—You thought you could lie to me that easily?— le reprochó.

—I´m not lying— se defendió Liam, tratando de explicarle que Augusto había desarrollado el poder de sanar—. He has acquired certain power on the other side, he healed the wound in seconds.

—That´s very interesting, Liam, and I hope you are telling me the truth.

—I am— confirmó Liam.

—Well, then, you know we need to reopen it to get a sample of your blood, now, don´t you?

Sí, Liam sabía que lo que seguía ahora era sangrar otra vez para que la Hermandad pudiera llamar a su sangre con su sangre, en uno de esos rituales que tanto le disgustaban. Su tío Freddy destapó el contenedor de vidrio, tomó la mano izquierda del muchacho con la izquierda suya, acercándola a la boca del frasco, y con la derecha, acercó la daga para reabrir la herida que Augusto había sanado. En un movimiento rápido y sorpresivo, Liam tomó la muñeca de la mano que sostenía la daga:

—I´ll do it myself— propuso. Prefería hacer el corte él mismo.

—Self sacrifice, that´s always very commendable— accedió el inglés, entregándole la daga.

Liam no contestó al comentario. No le gustaban los sacrificios de sangre, ni propios ni ajenos. Tomó la daga, tratando de que no le temblara la mano, respiró profundo un par de veces e hizo el corte, mucho más superficial esta vez. Abrió y cerró el puño varias veces para bombear la sangre, y enseguida vio el líquido rojo corriendo en oscuras gotas por su mano. Su tío sostuvo el recipiente contra la herida y recogió unas gotas, más de las que Liam hubiera juzgado suficientes. Luego sacó un inmaculado pañuelo blanco del bolsillo de su traje y limpió la herida de su sobrino, volviendo a vendarle la mano como estaba.

Con el mismo pañuelo ensangrentado, envolvió con cuidado la hoja de la daga, sin limpiarla, y la devolvió a su cajón. Cerró el frasco de vidrio y lo introdujo en un bolsillo interno de su negro saco.

—Do you have anything else for me?— le preguntó su tío antes de dar por terminada la entrevista.

Liam se mordió el labio, considerando si revelar o no la existencia de la novia rubia de Augusto, la que ya no lo consideraba retrasado mental. Sabía que aquel no era un detalle sin importancia, y sabía también que si no lo informaba, la Hermandad no tardaría mucho en descubrirlo de todas formas, y se darían cuenta de que había retenido un dato importante que podía ser usado para forzar a Augusto a hacer su voluntad. Suspiró, tragó saliva y decidió proteger su cuello a costa del de la chica:

—There is something else— comenzó, y guardó silencio por un momento, como arrepentido de lo que iba a decir.

—Go on— lo animó su tío a continuar.

—He´s got a girlfriend, blonde, her name is Lyanna. He cares a lot for her. She would make a good potential hostage if you need to force him to do your bidding.

Su voz se quebró al terminar la descripción de Lyanna y su uso potencial como rehén para chantajear a Augusto. Pero estaba hecho, la chica estaba condenada.

—I never thought I would say this, Liam, but you make me proud— sonrió el inglés.

Liam contestó con un gruñido. Su tío estaba orgulloso de él, pero él se sentía como la peor escoria del planeta. El hombre notó enseguida el descontento de su sobrino:

—What is it?— inquirió.

—What is it?— repitió el sobrino , sarcástico—. I don´t like betraying my friend.

—Don´t get confused, Liam. He is not your friend, he is your assignment. If you get attached, it will only cause you unnecessary suffering.

Liam rió con amargura. Según la Hermandad, él no estaba traicionando a Augusto, pues no debía considerarlo su amigo, sino una simple asignación de trabajo. Los lazos afectivos solo le causarían un sufrimiento innecesario y debía evitarlos. Pero ya era muy tarde para eso.

—You should be happy to serve the Brotherhood.

¿Cómo podía su tío pretender que él estuviera feliz de servir a la Hermandad? Deseaba enviarlos a todos al diablo, y se lo dijo:

—Your sacred Brotherhood can go to hell!— gritó casi fuera de sí, dando media vuelta para irse del estudio.

—Don´t be blasphemous, boy— lo reprendió el otro—. You´d better get ready, tomorrow, you depart for Prague.




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