El Sello de Poder - Libro 5 de la Saga de Lug

CUARTA PARTE: Llewelyn - CAPÍTULO 41

Llewelyn se sacó la espada y la capa y se recostó vestido en la cama de su habitación en la escuela. Estaba exhausto. No habían pasado ni cinco minutos cuando alguien golpeó suavemente la puerta. Se sintió tentado de gritarle a quien fuera que lo dejara en paz, pero no se atrevió, pues podían ser noticias importantes. A regañadientes, se levantó de la cama y fue a abrir.

—¡Alaris!— exclamó al verlo.

—¿Puedo pasar?

—Sí, claro, claro, adelante— se corrió Llewelyn de la puerta para darle paso al director—. ¿Malas noticias?

—No, todo está bien— lo tranquilizó Alaris—. Justifiqué la ausencia de Lyanna diciéndole a Gov que la había visto muy estresada y que la había enviado con Maira a trabajar en el huerto por unos días. Y para ti, usé la misma historia, les dije a todos que estabas muy preocupado por tu hermana, que estabas pasando tiempo con ella y que reanudarías tus clases ni bien la vieras mejor.

—¿Nadie sospechó nada?

—No, la historia no era mentira. Los síntomas de ansiedad de Lyanna en los últimos días fueron visibles para todos.

—¿Pero por cuánto tiempo podemos sostener esa mentira?

—Unos quince días más, tal vez— se encogió de hombros Alaris—. Después de eso, tendré que hablar con Gov y explicarle la verdad antes de que la descubra por sí mismo y alerte a Lug.

—¿Crees que me delate con mi padre?

—No, últimamente lo he visto dudar del accionar de Lug con respecto a Lyanna. Como ahora la tuvo de alumna y la conoció mejor, está comenzando a pensar seriamente que no merece ser enterrada viva.

—¿Te ha dicho algo al respecto?

—Me lo ha insinuado, pero no se anima a decírmelo abiertamente porque piensa que estoy del lado de Lug en este asunto.

—Entonces, no habrá problemas con él.

—No lo creo, no. El que me preocupa es Humberto. Aunque pueda convencerlo de ocultarle la verdad a Lug, su carácter es muy voluble y se acomoda en distintas posiciones según su conveniencia. Puede jurarme mantener el secreto y luego traicionarme a la primera oportunidad en la que le sea más conveniente estar del lado de tu padre.

—Pienso lo mismo, pero será necesario conseguir su apoyo si queremos traer a Augusto de vuelta sin que mi padre se entere.

—Dame un tiempo más— le pidió Alaris—. Encontraré la forma de negociar con él.

—Bien.

—¿Cómo te fue con ella? ¿Lograste ponerla a salvo?

—Sí, estará bien mientras permanezca en el lugar donde la puse. Estaba muy entusiasmada con quedarse allí, así que espero que no haya problemas por ese lado.

—Excelente— asintió Alaris.

—Quería preguntarte sobre algo— dijo Llewelyn, revolviendo su bolso de viaje y sacando un cuaderno forrado con cuero negro.

—¿De qué se trata?

Llewelyn hojeó el cuaderno hasta que encontró la página que buscaba.

—¿Te habló mi padre de esto?— le alcanzó el cuaderno abierto a Alaris.

El director observó detenidamente el dibujo del medallón. El símbolo tallado en la gema verde se componía de un círculo grande con otro círculo pequeño marcando el centro. Desde el círculo pequeño, nacían tres divisiones simétricas con forma curvada que parecían las aspas de un ventilador. Dentro de cada aspa, había tres círculos rellenos que se alineaban de menor a mayor desde el centro hacia el borde del círculo grande.

—¿Es este libro lo que creo que es?— frunció el ceño Alaris, sorprendido.

—Sí, es el cuaderno donde Marga escribe sus profecías.

—¿Cómo lo obtuviste?

—Se lo robé a Cormac.

—¿Y Cormac lo sabe?

—Sí, me lo estaba mostrando cuando se lo arrebaté y desparecí.

—¿Te lo estaba mostrando? Cormac es el que avivó la paranoia de tu padre con respecto a las profecías. Él y Lug mantuvieron el asunto en secreto durante años. Lug nos habló de la profecía solo hace tres años, Llew. Así que si hay alguien que violó las órdenes de tu padre y te reveló esto, de seguro no es Cormac. Dime la verdad, Llew, ¿quién te habló de esto y te dio acceso al manuscrito?

—Te estoy diciendo la verdad, fue Cormac. No me preguntes cómo, pero mi madre lo convenció de revelarme todo.

—Dana…— murmuró Alaris, pensativo—. ¿Significa eso que ella también está dudando de que Lug esté haciendo lo correcto?

—No lo sé, más bien creo que quería saber si yo lograba arrancar otra interpretación a las profecías.

—¿Y lo lograste?

—Alaris, la profecía es muy vaga. La interpretación de mi padre podría ser correcta o no. Pero a mí no me importa. Ninguna profecía me va a hacer dudar de la inocencia de Lyanna.

El director asintió en silencio.




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