El Sello de Poder - Libro 5 de la Saga de Lug

SEXTA PARTE: Lug - CAPÍTULO 90

—Te matarán tres veces— continuó Liam—. Pero por supuesto, para poder hacer eso, tienen que detenerse antes de llegar al final las primeras dos veces. La primera muerte es por agua, que también sirve como ritual de purificación. Te harán desnudar por completo y te meterán en una pila bautismal de piedra del tamaño de una pequeña piscina. Te sostendrán bajo el agua hasta casi ahogarte y luego te sacarán. Todo esto acompañado siempre por invocaciones incesantes a Meldek, ofreciendo tu desesperación a él. Si luchas bajo el agua, Meldek tomará esa fuerza para sí. Si te entregas, tomará también tu rendición y se deleitará en tu derrota.

—Ya sabes que mi opción es pelear hasta el final— dijo Lug—. Pero creí que dijiste que estaría paralizado…

—No, la inyección viene después.

—¿Después de qué?

—Después de la segunda muerte. La segunda muerte es por desangramiento. Te cortarán las muñecas y dejarán que te desangres. Antes de que pierdas la conciencia, detendrán la hemorragia y vendarán las heridas. Para entonces, ya estarás muy débil, pero para asegurarse de que no les des problemas en la última parte, te inyectarán una substancia paralizante.

—¿Sabes exactamente qué substancia es?

—No, algún tipo de veneno, creo.

—¿Qué pasará luego?

—Luego vendrá mi parte— tragó saliva Liam—. Te acostarán boca abajo sobre un altar de piedra para realizar la Eliminación de la Marca. Con la daga…— Liam tuvo que respirar hondo varias veces para poder continuar—. Con la daga, te cortaré la piel en la zona de la Marca y luego te despellejaré el área para recuperar el símbolo completo de tu espalda. El trozo de piel será adorado por los nueve y luego será guardado para ser quemado una vez que se instituya al nuevo Marcado. Después de eso, vendrá la tercera y definitiva muerte y el Rito de Ingestión. Te pondrán boca arriba, con la herida de la Marca rozando la piedra del altar, y entonces abriré tu pecho con la daga, sacaré tu corazón y me forzarán a devorarlo.

Liam rompió en sollozos desesperados. Lug sintió náuseas y un nudo en la garganta. Le temblaban las piernas, pero hizo un esfuerzo por reponerse y mantenerse lo más sereno posible ante las imágenes que evocó el relato de Liam en su cabeza.

—Liam…— dijo Lug con voz ronca después de un largo silencio.

—Lo sé, lo sé— respondió el otro con la mirada en el piso, las lágrimas aun corriendo por sus mejillas—. No puedo hacerlo… no puedo hacerlo…— murmuró para sí, meneando la cabeza. La dimensión del horror lo había golpeado como un rayo al narrarlo en voz alta, al decirle a su víctima lo que iba a hacerle. Era como si al verbalizarlo se hubiese vuelto real.

Estuvieron los dos por un largo rato en silencio: Liam sentado en el suelo, con la cabeza gacha, y Lug tratando de mantenerse en pie después de horas extenuantes de tensión nerviosa y física.

—Termina tu relato, por favor— le pidió Lug con un hilo de voz.

—¿Para qué? Ya estarás muerto cuando pase lo demás— le respondió Liam.

—Por favor— repitió Lug.

Liam dejó escapar un largo suspiro y continuó:

—Se supone que al comerme tu corazón, tomaré tu fuerza y tus características más nobles, tu valor, tu entereza… las cuales usaré para servir bien a Meldek. Aunque no entiendo para qué le servirán esas cualidades a una entidad tan abominable. Entonces, sacarán tu cuerpo del altar y lo pondrán sobre una pira, quemándolo por completo, hasta que no quede vestigio alguno del Marcado renegado. Luego será mi turno en el altar. Me acostaré boca abajo sobre tu sangre derramada y el Maestre me marcará la espalda con el Sello.

—¿Cómo?

—¿Cómo?— repitió Liam sin comprender la pregunta.

—Sí, ¿cómo? La Marca es una quemadura. ¿Calentarán el Sello con fuego?

Liam se lo quedó mirando por un instante.

—No lo había pensado…— murmuró.

—Liam, es importante.

—No lo sé— negó con la cabeza el otro.

—¿Puedes averiguarlo?

—Supongo…— se encogió de hombros Liam—. ¿Por qué es tan importante?

—¿Qué sigue? ¿Cómo va a materializarse Meldek?— preguntó Lug, ignorando la pregunta de Liam.

—Haré una invocación especial, de rodillas, frente al Sello.

—¿De qué se trata la invocación? ¿Es un permiso para que use tu cuerpo?

—No, es un llamado para que su energía se densifique y baje a nuestro mundo, tomando forma.

—¿Qué forma?

—La que quiera, supongo.

—Necesita mucha energía para eso, mucha más que la de mi sacrificio— murmuró Lug, más para sí que para Liam—. ¿Habrá otras víctimas esa noche?




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