Capítulo 16: Los Zetas

Año 9.589 N.E.

—¿Puedes dejar de jugar con esa cosa? Parece un cachorro gigante —le preguntó Matt a Alice, observándola interactuar con el prototipo en la proyección del MPV.

—¡Ven, Matt! No te puede hacer nada. Recuerda que nosotros solo podemos verlo a través del microscopio proyector, pero no podemos sentirlo físicamente, ni él a nosotros —respondió Alice con una sonrisa en el rostro. Era sorprendente, y un poco inquietante para Matt, ver cómo Alice se divertía con su creación, Cerberos, como lo había bautizado.

—¿Cómo puedes jugar con él con esa apariencia que tiene? Y lo que tampoco entiendo es por qué se comporta así contigo, tan... dócil —comentó Matt, una mueca de leve disgusto en su rostro.

—Bueno, yo misma me estuve haciendo esa pregunta estos días. Y creo que sé por qué —reflexionó Alice.

Tras unos instantes de silencio expectante por parte de Matt, él finalmente preguntó: —¿Y cuál es el porqué?

—Es que, de cierta manera, él tiene parte de mí en su composición celular, el componente que logré aislar. Eso debe hacerlo sentirse cómodo conmigo, incluso cariñoso, como una impronta.

—Y pensar que es el hermano mayor del ser potencialmente más destructivo para la humanidad, y se comporta como un canino bonachón contigo —comentó Matt, negando con la cabeza.

—¡Matt! ¡Acabas de darme una gran idea! Es más, voy a probar la hipótesis que tengo ahora mismo —exclamó Alice de repente, sus ojos brillando con excitación científica.

Matt se quedó sin palabras ante la expresión de Alice y, más aún, cuando ella salió de la sala de proyección corriendo, casi sin despedirse de su "mascota" virtual. Él la siguió apresuradamente para ver qué tramaba. Cuando llegó al laboratorio principal, Alice ya se estaba extrayendo una pequeña muestra de sangre e introduciendo datos a una de las máquinas sintetizadoras.

—Se puede... —Matt iba a preguntar, pero fue interrumpido.

—Voy a crear un Hades a partir de esta muestra. Y luego lo voy a colocar en el mismo entorno virtual donde está Cerberos. Él, como prototipo original y más desarrollado, siempre será más fuerte que una copia recién creada de Hades. Entonces, creo que por territorialidad, o por un instinto programado de defensa hacia su "origen", lo atacará y acabará con él —explicó Alice muy animada.

—Pero...

—Después, voy a colocar a ambos, Cerberos y un nuevo Hades, en una gota de mi propia sangre. Y con la máquina, haré un clon bio-sintético de mí en tamaño microscópico para ver qué pasa. Y luego de eso, si mi clon sobrevive, meteré otro Hades.

—Y eso...

—¡Para ver si nuestra mascota Cerberos puede ser, de hecho, nuestro antivirus programable! —terminó Alice, interrumpiendo a Matt una vez más, sus ojos brillantes.

—No sé ni para qué...

—¡Para aprender, Matt! ¿Para qué más? —volvió a interrumpirlo ella, sonriendo.

—Mejor cierro la boca —concluyó Matt, resignándose a observar.

Luego de una hora de preparaciones, Alice comenzó los experimentos. Introdujo al Hades recién creado en el entorno virtual donde estaba Cerberos. Pudo observar cómo, inmediatamente, el prototipo original olfateó la presencia del intruso y, enseguida, se lanzó a atacarlo con una ferocidad programada, acabando con él casi sin dejarlo reaccionar.

—¡Demonios, Alice, tienes razón! El prototipo lo atacó de una vez. Pero claro, él es más grande y veloz que una versión recién sintetizada.

—Sí —asintió Alice, haciendo una breve pausa mientras organizaba sus pensamientos—. Es que el otro no se había "alimentado" de energía celular aún. Probemos ahora metiendo a Cerberos en una gota de sangre donde ya esté un Hades con cierto tiempo de actividad.

Y así lo hicieron. En esta ocasión, Cerberos actuó de manera similar, pero el resultado fue diferente. El enfrentamiento fue mucho más intenso. El prototipo sufrió daños visibles durante la lucha, pequeñas fisuras en su estructura zeptorobiótica. Sin embargo, algo sorprendente ocurrió: Cerberos comenzó a consumir las células ya infectadas por Hades, absorbiendo la energía corrupta y utilizándola para reparar sus propios daños. Para cuando terminó, la gota de sangre estaba completamente limpia de células muertas y de rastros de Hades.

Matt observó todo con asombro, aunque su expresión también mostraba una profunda preocupación. —Eso fue impresionante... pero también aterrador, Alice. ¿Qué pasaría si algo así, Hades o incluso Cerberos si se descontrola, cae en manos equivocadas?

Alice no respondió de inmediato. Sabía que Matt tenía razón. Lo que estaba creando tenía el potencial de ser tanto una bendición como una terrible maldición. Pero también sabía que no podía detenerse ahora.

—Esto es solo el comienzo —murmuró Alice, más para sí misma que para Matt—. Todavía queda mucho por hacer.

—Fue impresionante, la verdad que sí —admitió Matt, aún maravillado.

—Bien. Es hora de la última prueba por hoy.

Alice introdujo una réplica clónica suya en miniatura en una nueva gota de sangre, seguida por Cerberos. El prototipo, al "ver" a la Alice microscópica, corrió hacia ella y se acurrucó virtualmente, buscando sus caricias. Este clon era un androide con tejido orgánico que Alice había logrado sintetizar y programar con funciones básicas. Luego, introdujo a otro Hades. Inmediatamente comenzó la pelea: el clon de Alice y Cerberos contra Hades. Alice y Matt observaron cómo ambos, el clon y el prototipo, parecían coordinarse instintivamente para derrotar al monstruo que quería consumir las células a su alrededor.

—¿Te fijaste en eso, Matt? ¡Podemos hacer una especie de equipo simbiótico! Que trabajen juntos para combatir los virus, como los anticuerpos que trabajan en equipo para acabar con las enfermedades.

—Me parece muy bien. Y bueno, ya tienes el comienzo de tu antivirus. De verdad que Cerberos hace su trabajo muy, muy bien.

Se podía notar el entusiasmo de ambos al ver que ya tenían un inicio tangible de la cura para el monstruo que habían creado. Pero este entusiasmo fue interrumpido por una voz no deseada, acompañada por una presencia imponente.