El sendero

Capitulo 1

 

Ya llevaba un buen tiempo bajando por estos escalones de piedras que bordean el cerro. Es un lugar muy concurrido, en especial durante las temporadas de vacaciones, donde la gente gusta de subir hasta la cima para deleitarse con la increíble vista que ofrece la cúspide donde, además, se puede observar una pintoresca ciudad de estructura colonial que se encuentra en el horizonte.

De igual manera es aprovechado este espacio por deportistas, runners y todo aquel que desee hacer ejercicio. Es sabido que subir y bajar escaleras es muy sano para el cuerpo, lo recomiendan muchos doctores y estas escalinatas son la suficientemente buenas para ello.

 Es justamente lo que llevaba haciendo desde las siete de la tarde. No me considero un deportista nato, pero cuando la jornada me lo permite suelo agarrar las zapatillas y salir a correr a este mismo lugar. Me gusta venir bien entrada la tarde porque es cuando menos personas hay, en mi opinión es más tranquilo. Suelo subir y bajar en una hora u hora y media, dependiendo cuanto me demore en la parte más alta donde hay un parque plagado de juegos para realizar distintos ejercicios físicos como barras, muslos, hombros etc. Aunque, por lo general, solo me dispongo a hacer lagartijas y abdominales en serie.

Abecés me gusta quedarme un poco más, disfrutar del paisaje, mirar la ciudad o recorrer las nuevas estructuras que se inauguran allí. Es una suerte de ritual que me relaja y renueva mi energía para volver a bajar puesto a que se trata de un sendero bastante largo. Aunque, el hecho de que fuera en bajada requiere menos esfuerzo a las piernas, muy distinto a lo que ocurre en la subida.

Esta vez me había demorado más de lo habitual. Ya eran las 8:45 y apenas iniciaba el descenso de vuelta hacia la base de la colina donde unos metros al costado, en el playón, estacione mi auto. De hecho, a esta hora ya debería estar de camino a casa.

Casi no había nadie, la bajada es bastante solitaria cuando termina el ocaso y el manto nocturno inunda el cielo con su negrura. Solo de vez en cuando veía a una persona sobrepasándome con el mismo objetivo que yo.

A estas horas dudaría que alguien se animara a subir por este sendero, el cual por cierto no esta muy iluminado; hay sectores que están totalmente a oscuras y serviría de advertencia para los que quisieran aventurarse en una caminata por la noche. También, de vez en cuando, podía observa en los paradores de este camino a algunas parejas besándose o simplemente abrazados. Un lugar bastante oportuno para charlar a solas con alguien.

Esta noche es diferente a las demás, el cielo se ha puesto denso y nublado mientras va adquiriendo un tono grisáceo anaranjado, producto de la contaminación lumínica de la urbanización. Las pocas estrellas que diviso parecen desaparecer en tanto que las nubes empiezan a agruparse en un cumulo que anuncia una tormenta.

 “no traje paraguas” pienso. Sin embargo, ese no es un problema puesto a que debería estar abajo en al menos 30 o 40 minutos. Espero ganarle la carrera a la lluvia.

Continuo el descenso mientras en mis auriculares suena “you could be mine” de los Guns. Al dejar atrás 2 paradores en una curva noto como la luz desaparece de forma gradual. Claro, el faro de esta parte se a fundido, puedo notarlo por el buen trecho de sendero que está a oscuras. Bueno, tendré que prender la linterna de mi teléfono para no caerme.

Debo admitir que me recela un poco pasar por ahí. Además, el poste de luz que tengo por detrás, con ese horrible resplandor naranja, no hace otra cosa más que incomodarme debido a los rayos de luz que choca con los árboles que se le interponen creando sombras un poco espeluznantes.

No es la primera vez que me encuentro en esta situación. De hecho, en una de mis tantas visitas a este cerro, bajando de noche, casi termino rodando escaleras abajo. En ese entonces me creía más listo que la naturaleza y deduje, con algo de arrogancia, que mis ojos bastarían para atravesar toda la vía hasta el final. Los escalones de la senda no son uniformes y el trayecto es disímil y deformado, lo que causa que el paso por ahí tenga ciertas desviaciones imposibles de calcular con exactitud. En una de ellas, por confiar de mas en el paso que llevaban mis pies, pise el vacío donde supuse que habría un escalón y si no fuera por el roble que se encontraba a mi derecha seguro habría caído hasta quien sabe donde. Desde entonces trataba de evitar ir sin una luz de emergencia para guiarme. En realidad, trataba de evitar bajar antes de que el sol se ocultara por completo; pero abecés mi increíble capacidad para ser impuntual me ganaba.

Continuaba bajando por el camino formado por escalones de piedra que en el día se ven de un color marrón/gris tierra, como el de las bases de piedra que poseen algunos monumentos. La noche estaba tranquila, hacia bastante que había visto al último corredor pasar a mi lado. En un momento llegue a pensar que era el único que se encontraba allí. En mis oídos seguía sonando el tema de los Guns ‘N Roses mientras la linterna de mi celular apuntaba hacia adelante para darme mayor visibilidad. Pasé la mitad de la zona oscura, sabía que había un parador unos metros más adelante y quise detenerme en él para sacar una botella de agua que había olvidado que llevaba conmigo. A lo lejos con la luz del teléfono pude notar el parador. Pero no se encontraba vacío como esperaba. Había una mujer sentada dándome la espalda. Pude notarla por el vestido blanco que tenía y que resaltaba en la oscuridad.



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En el texto hay: fantasmas, espiritus, terror

Editado: 06.10.2020

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