―Despierta ―dijo su sicóloga, que dejó de ondular el medallón con el que había iniciado su hipnosis―, pues no hay nada que temer.
El joven abrió los ojos lentamente y giró su cabeza hacia ella para mirarla a los ojos sin hablar.
―Sé que no es fácil de creer, pero ya descubrí qué es lo que te sucede ―continuó ella, levantándose y dirigiéndose hacia uno de los estantes de madera lleno de frascos con todo tipo de medicinas extrañas que se encontraban detrás de su escritorio principal, no muy lejos de donde se encontraba el sofá-cama―. En vez de tratarte con hipnosis de nuevo, tomarás un medicamento especial cada tres horas por dos días, y será más fácil de esta forma que continúes con tu vida.
―Ya intenté todas las medicinas de muchas droguerías… hasta las ilegales catalogadas como medicinales ―dijo el joven, admitiendo que había consumido otras medicinas más naturales.
―Pero no de esta ―replicó la doctora que sacó un pequeño frasco de unas veinte cápsulas blancas con formas irregulares, más parecidas a golosinas de figurillas y colores para niños.
―¿Servirán? ―le preguntó de vuelta, dudando de ella.
―Si no viniste a creerme, ¿para qué entraste por mi puerta en primer lugar? ―le contestó severamente a su pregunta.
El chico no respondió, pues sabía que estuvo mal. Aceptó el frasco tras levantarse de su reposo y le dio las gracias. Firmó unos papeles con su nombre y su huella y se retiró con una mueca de desconfianza atravesando la puerta del consultorio.
Informe final:
El paciente sufrió una maldición extrema que inconscientemente casi lo llevó al suicidio. Esto pude haber sido provocado por uno de sus tales amigos, su jefe, su arrendador o su pareja (Esta no está descartada del todo). Nota: Alguno de ellos es un brujo novato, pues invocó una falsa Quimera que no duró lo suficiente como para terminar su trabajo, forzando a otro tipo de evento que seguramente debía lanzar el atacante personalmente.
El tratamiento que se le realizará ahora consiste en medidas contra la magia negra y otras fuentes alternas de hechicería oscura. Por ello le di una serie de encantamientos orales que afectarán directamente su cuerpo poco a poco en los próximos dos días… si no mejora, de igual manera mandaré un vigilante para que le siga y me informe. Si vuelve sin los efectos del embrujo, o si el tercero ataca de nuevo acelerando el proceso caótico, lo sabré. Así podré tomar otro tipo de medidas más completas y reducir el daño mental que estos eventos causaron en el transcurso de la semana que el paciente ha vivido.
Próximamente se sabrán más detalles, hasta entonces, seguiré analizando los demás casos similares que han estado conectando con este último para la asociación…
Atte: B. White.