Tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por de fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas que tú creaste.
Me llamaste y clamaste, y quebraste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspire, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseo con ansia la paz que procede de ti.
-San Agustín-
Cegado por la soberbia en buscarte de manera que pueda ver para creer, siempre estuviste conmigo y yo tan perdido hacia ti dios creador de todo lo finito e infinito que coexistes en los universos creados por tu mano divina, que yo una creación tuya tan insignificante te buscaba en lo material mientras tú señor mío vives eternamente en mi alma.
Por medio de tu acción divina empecé a entender que nunca podré comprender por las acciones y milagros que haces a toda persona que necesita de ti.
Buscaba tu verdad en las sagradas escrituras y en los libros de todos los santos y padres que han existido a través de los años, no llegaba a una conclusión de poder creer en ti y en la iglesia católica, mi corazón inquieto sabe que pertenece en tu casa señor mío, pero me pregunto ¿Cuántos jóvenes de mi edad pensaran lo mismo? Sí, hay jóvenes como yo que dudan y saben que quieren a conocer a dios, pero actualmente es de aburridos estar en la iglesia orando por alguien que creemos que no está, pero si lo está, ahora preferimos las cosas tecnológicas, pero no sabemos que estamos alimentando más al mal que al bien, destruyéndonos y envenenados por la avaricia, soberbia y la ambición.
Por lo contrario “mentes débiles, fáciles de convencer” otras religiones falsas que dicen decir la verdad y burlándose de dios padre y de tu hijo unigénito que padeció y que al tercer día resucito entre los muertos y está sentado a tu derecha y tu reino no tendrá fin, ¿Cómo hemos llegado hasta este punto señor mío? que tu iglesia verdadera que edifico tu apóstol Pedro, sea sumisa ante muchas religiones paganas que con las mentalidades dóciles los convencen una doctrina que hace mal que un bien, pero tu señor que eres perfecto e incorruptible iluminas el corazón de aquellos que tarde o temprano despiertan con la llama del espíritu santo convirtiéndose y renovándose su fe ante ti señor, porque tú eres paciente que nada te fatiga y que los recibes con los brazos abiertos.
Al pasar los días y meses con las oraciones de mi madre y que la escuchaste pude entender por qué debo estar en tu casa señor, yo veía mis carencias, me concentraba en lo que me faltaba tanto en lo material y en lo espiritual.
Es cuando comprendí que no puedo solo, ni siquiera con ayuda de un psicólogo ni consejos de una persona podre llenar mi corazón que solo tu dios mío, que durante muchos años perdido en las cosas del mundo y no en tus actos humildes, me enfermaba sin justificación y creía que lo podía todo sin la necesidad de un ser divino para poder seguir adelante, tan incrédulo era que pasaron años sin pisar la iglesia, tu casa señor, hasta que pude comprender y escuchar de tu verdad.
Una vez me senté a platicar con un pariente cercano respecto a mis dudas de dios y de que todavía seguía en búsqueda de su verdad, sabía que esa persona con quien platicaba es muy cercana y devota de la parroquia además de que es lectora de tu palabra señor mío, sin embargo, esa persona al escuchar mis platicas de como interpretaba a dios y como empecé a creer en él, aunque con dudas me dijo lo siguiente que siempre le agradeceré:
“Dios no abandona a sus ovejas y lo que tu haces, lo han hecho muchas personas y es donde dios más ama, a esas personas que realmente están arrepentidas lo que hicieron, y lo que tú sabes de dios y de lo que has estudiado te ha llevado hasta donde estás aquí conmigo platicando a su nombre sin ninguna blasfemia; con esos conocimientos que tú sabes y que yo no sé, dalo a conocer a otras personas que están lejos de dios”.
Solo escuchar esas palabras bonitas y sabias saliendo de ti es como escuchar a un maestro, tú sobrino tienes algo especial que te ha dado dios solo que no te has dado cuenta, y que en el futuro lo comprenderás.
Mi conversión llego a su punto máximo cuando hable con aquella persona lo cual me dijo esas palabras que penetro en mi corazón inquieto, es por ello que decidí en volver a la iglesia.
Cuando entre a tu casa señor, tenía mucho miedo, me sentía hipócrita, así que me confesé con el padre y les dije mis faltas, pensé que me regañaría o entraría en descontento, pero solo me dijo una frase: “Que bueno que has vuelto hijo” desde ese momento sentí que mi cuerpo dejo de sentir un peso que me hacía respirar agitado, como si cargara muchas rocas pesadas, desde ese momento tu señor y dios mío me quitaste en mi toda mi falta; Me quede en misa, comulgando para renovarme de lo impío que una vez fui, decidí dar un paso adelante para ser una nueva persona, un inicio y dejar de lado al joven incrédulo quien creía falsedades del mundo y no la verdad.
Ahora después de un par de años sé que me falta mucho por aprender y entender, entonces decidí crear este libro para mostrarle al lector hasta qué grado del infinito y lo finito esta nuestro dios y de cómo influye todo en nuestra vida, pero ¿Cómo llegué con ese propósito? A lo largo de estos 10 años experimente muchos sucesos que te hacen cambiar completamente tu manera de pensar, con solo un pequeño accidente que te suceda y decisiones que tomes, influye mucho en la vida de una persona, de manera que esa persona comprende y aprende de sus errores para subsanarlas.
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Editado: 17.09.2025