El Ser Mitológico

PRIMER ACTO

—Ethan, ¡ahora! —gritó el líder elitista mientras observaba cómo aquel gigantesco trol oscuro estaba arremetiendo hacia ellos con su gran mazo de púas.

—«Conjuración espacio-temporal: sombras carcelarias» —dijo aquel chico que vestía totalmente de negro. Desde el momento en que profirió el conjuro, las mismísimas sombras de aquel trol se levantaron con ímpetu y lo sujetaron de tal manera que quedó inmóvil.

—Emma, sigues —siguió ordenando el líder elitista viendo el gran rezago de Emma.

Emma, con una velocidad precipitada, se subió con portes sagaces en el trol, justamente a la misma altura de los ojos del trol. Los ojos de Emma se tornaron verdosos y de ellos brotaron fugaces haces de luz verdosa, haciendo que, poco a poco, la superficie de los ojos del trol y también todo su ser se fuese petrificando. Aquella hazaña fantástica era la de una medusa.

Katie, la última integrante de la élite, sin necesidad alguna de ser ordenada se acercó hacia el trol petrificado, colocó sus dos manos, de manera recta, sobre (casi) el pie derecho del trol, debido al gran tamaño del trol y a su diminuta estatura: no alcanzaba a tocar, siquiera, sus canillas.

—«Encantamiento espacial: sello sobrenatural» —De la nada aparecieron cintas enmarcadas por una grafía, simbología que parecía indicar que se trataba de hechicería, pero, aunque Katie puede hechizar, ella es principalmente una encantadora de la especie de seres esenciales. En ese instante, la criatura sobrenatural oscura estaba siendo arrastrada hacia una ráfaga circular morada opaca que provenía del suelo interior del trol.

—Bien hecho, élite —dijo Sebastián, el líder de la élite. Todos quedaron viendo a Sebastián.

—No hiciste nada, cabrón —le espetó Emma a Sebastián. Sebastián quedó riéndose.

Una vez sellada la criatura sobrenatural, frente a Sebastián apareció un papiro con un rótulo dentro: «¡E!». La «E» es la letra más importante dentro del mundo mágico, debido a que «E» representa al elitismo. Las élites están conformadas por los integrantes, el líder y el mentor. Dicha conformación social es el núcleo familiar del mundo mágico.

Sin dudar en el llamado y sin despilfarrar el tiempo, la élite Macapa se dirigía remotamente a la ciudad mágica, la cual consiste prácticamente de tres ciudades en forma casi esferal, caso en el que yacen organizadas en forma triangular: la ciudad hechizada, la ciudad encantada y, por último, la ciudad conjurada. En el centro de dicho triángulo se encuentra la base militar «E», cuya función primordial es proyectar un halo de luz protector que, de acuerdo a la forma triangular de la ciudad mágica, conforma un haz piramidal, el cual es interceptado por cada semiesfera de las ciudades mágicas. El haz piramidal mantiene a la ciudad mágica protegida de los seres sobrenaturales oscuros.

Gracias al intensivo entrenamiento y sin mencionar la rapidez y fluidez del movimiento, la élite Macapa ya se situaba frente a la base militar «E», donde se podía ver simplemente una esfera cortada a la mitad, rodeada de un material aparentemente ferroso.

La élite Macapa se sumergió en aquel material mágico extraño y, con ello, se transportó a una sala con una inmensidad de élites. Tras cada élite, se podía notar seres naturales (mentalistas, fisicalistas), seres sobrenaturales (hombres lobos, vampiros, genios, medusas, elfos, hadas, etc.) y seres supranaturales (ángeles, demonios e hijos de la muerte). Así la élite Macapa podía considerar que la emergencia era realmente preocupante, quizá debido a la confluencia de élites y diversidad de especies.

—Se sentirán un poco extrañados de ver tantas élites reunidas en un mismo lugar para un mismo fin en curso —Se escuchaba estremecerse una voz mental a lo largo de todo el recinto en el que se encontraban. «Ha de ser un mentalista», pensó Sebastián—, pero esta vez nos enfrentamos a un ser sobrenatural bastante temido —cerró su discurso con una intrigante espera—: Actividad Tulpa.

Una vez fuese nombrado «Actividad Tulpa», todos los seres ahí presentes empezaron a escudriñar entre ellos mismo, pareciendo que aquel recinto fuese una protesta o, quizás, un drama. Era verdad que la Actividad Tulpa hace mucho tiempo no se había presentado, desde que el temido Natus Vincere no había sido presenciado.

El temor, asombro y drama de las élites no se trataba únicamente de la Actividad Tulpa (a pesar de ser un gran ser sobrenatural en conjunto), sino que eso significaba en lo más mínimo que Natus Vincere había regresado, que había regresado a destruir el mundo mágico jurado.

La élite Macapa sintió por primera vez, después de un largo periodo de tiempo, un escalofrío perturbable.

 —Élites presentes, diríjanse a la ciudad de Pavistón del mundo natural, ahí se encuentra Natus Vincere. Protejan a nuestro mundo mágico amado.




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