SÉPTIMA ESCENA

—Vaya grata sorpresa me he llevado hoy —habló Mara después de un rato de deliberación—, hace mucho —continuó con su discurso— tiempo que no había vuelto a ver a un trisquel mágico —se detuvo—. Considero que es uno de los artefactos mágicos mejores creados por los mismísimos druidas —puntualizó con admiración entre sus ojos.

—Os perdonaré la vida si me prometéis que me darán como tributo al trisquel —ofreció Mara con un ademan de manos abiertas.

—No es un trisquel… —Se levantó Agnis de los brazos de Spot mientras farfullaba—, su nombre es Spot y es un ser —Mara estalló en carcajadas. Después, con su dedo índice de la mano derecha levitó a Agnis asfixiándolo lentamente. Los demás estaban inmóviles.

—¡Élites de refuerzo! —exclamó con alegría Jade a Sebastián.

—¿Eh? —Por primera vez, se extrañó Mara.

—¡Hazlo! —ordenó Sebastián.

Jade automáticamente deshizo la hiperrealidad espejo, lo que se vio reforzada por un escuadrón prolífico de élites con una diversidad enorme de seres.

—«Conjuración espacio-temporal: detención Mara» —dijeron los seres que se dedicaban a la conjuración. Mara empezó a inmovilizarse, a sufrir una parálisis en todo su ser, a ser una congelación en el espacio y en el tiempo.

—«Ser encantado: muñeco vudú» —dijeron los seres que quizá solo podían encantar. Delante de Mara se conformó un muñeco incorpóreo un tanto caricaturizado de Mara. Agnis podía observar como un conglomerado de élites podían coordinarse para solucionar un problema de tal envergadura.

—«Ser hechizado: vudú carcelario» —dijeron los seres que hechizaron. Una profusión de diminutas cadenas hechizadas se circunscribió alrededor de todo el muñeco vudú. Sin perder el sosiego ante la situación, Mara se despidió con una sonrisa de satisfacción quedando completamente sellado en el muñeco vudú carcelario.

Parte de las élites ahí encontradas asistieron a Agnis, a Katie, a Emma y a los integrantes de la élite Dafean. Por otro lado, Jade y Sebastián se dirigieron hacia el superior elitista.

—¿Qué ha de ser informado? —dijo el hada con una mirada penetrante.

—Nunca se trató de Actividad Tulpa —informó Sebastián—, sino de magia ilusionista por parte del gran demonio antiguo de la ilusión Mara.

—Todo fue ejecutado por la élite delictiva Las Dificultades —complementó Jade al informe—. Jareth de la élite Dafean ha perecido en combate —informó Jade con un matiz leve de duelo.

—Ninguna información adicional —afirmó Sebastián.

El hada a través de la silueta de Sebastián echó un vistazo a Agnis y Spot, esperando por una respuesta por parte de Sebastián.

—Ha sido hallado en el mundo natural. No especifica especie procedente y afirma su desconocimiento total. Maneja la hechicería y el encantamiento, lo que podría sugerir que se trata de un ser esencial. Mantiene una relación de pertenencia con un trisquel mágico. Todo en orden.

—Dada la pérdida de la élite Dafean… —intentó aseverar el hada.

—Señor, no es ninguna molestia para nosotros, la élite Macapa, tener un integrante más —dijo Sebastián con un poco de recelo.

—¿Cuál es el interés, Sebastián de la élite Macapa? —preguntó el hada con expresión categórica.

—Agnis es un integrante potencial para nuestra élite Macapa —aseveró Sebastián—, además —continuó— reintegrar un nuevo integrante tan repentino y sin antes tener un duelo digno es un poco injusto para lo que la élite Dafean ha hecho.

El hada quedó pensando un momento.

—Tu élite está completa.

—Se equivoca, señor. No tenemos un mentor.

El hada se sorprendió por un instante.

—Si la élite Dafean está de acuerdo, entonces no tengo inconveniente alguno.

Jade asintió y dio a entender que preferiría primero dar una despedida adecuada a Jareth.

—Siendo así, será responsabilidad de la élite Macapa. Deberá asistir a las tres regulaciones mágicas y, además, ya que va a ser el mentor de la élite Macapa, deberá comprometerse y superar la petición elitista —manifestó y ordenó el hada a Sebastián, quien a su vez asintió.