El Ser Mitológico

SEXTA ESCENA

Agnis empezó a lloriquear.

—Eh, chicos… —tartamudeó Katie indicando con su dedo índice derecho que Emma estaba íntegramente recuperada. Los chicos, menos Agnis que se encontraba suspendido de rodillas en el suelo, voltearon a ver a Emma—, Emma ya se encuentra bien —Soltó una risita despavorida al darse cuenta que...    

Ethan esbozó una sonrisa plenamente de oreja a oreja al caer en cuenta que Agnis era Natus Vincere.

—¿Ahora sí sonríes? —le espetó Sebastián—. Esta no es esa situación —recalcó—: es lo suficientemente catastrófica como para no sonreír.

—Estamos en la ciudad mágica —declaró Katie con un poco de estupor.

Agnis alzó su cabeza mostrando toda su expresión facial a Ethan, Sebastián y Katie. Ellos pudieron notar que su superficie facial estaba sobresaltada por unas venas negruzcas que confluían en sus cavidades oculares. Sus ojos estaban intensamente oscuros. Ellos quedaron plenamente estáticos, sin saber qué hacer.

—¿Qué me está sucediendo? —chilló Agnis—. Duele… —Soltó un alarido— mucho…

Emma recuperó la consciencia, había oído un murmullo intenso durante su despertar del maleficio de los demonios. Se incorporó de la cama sentándose. Podía visualizar a los chicos atemorizados e inmóviles. Ojeando más allá de ellos, se dio cuenta de la expresión facial de Agnis. Se sobresaltó.

—¡Demonios!… —vociferó Emma—. Ethan, la hiperrealidad…

Ethan volteó a verla desconociéndose a sí mismo: ¿por qué no se le había ocurrido? «Quizá porque ya ha pasado mucho tiempo sin él», reflexionó Ethan.

—«Conjuración espacial: reflejo hiperreal del espacio» —conjuró Ethan. Al instante, todo el espacio comprendido (la casa élite Macapa) se había cristalizado en un reflejo impenetrable. Ethan le echó un vistazo fijo a Katie.

—«Encantamiento temporal: adjudicación hiperreal del tiempo» —encantó Katie acercándose a Sebastián y depositando su mano derecha en el centro de la cavidad dorsal de Sebastián. Todo el espacio hiperreal conjurado por Ethan se tornó en intensos colores, ajustándose a la temporalidad drásticamente diferente a la del mundo sobrenatural (en donde se encontraban).

Concentrándose al máximo, Sebastián alzó rectamente su mano acumulando toda la simbología posible de la hiperrealidad allí creada.

—«Hechicería espacio-tiempo: Hiperrealidad antimágica» —Con agilidad estratégica Sebastián se agazapó y con fuerza situó la palma de su mano sobre la superficie hiperreal conjurada y encantada por Ethan y Katie. Desde la palma de su mano rutiló un destello de luz simbolizado tal que cada símbolo se adhirió a toda la hiperrealidad, convirtiéndola así en una hiperrealidad antimágica.

Agnis presentía que se estaba sumiendo en un abismo de maldad prístina. Sentía que su cuerpo decaía en los más primitivos deseos, compromisos y acciones del mal. Percibía que sus pensamientos se corrompían a cada paso, momento e instante del tiempo. Experimentaba cada acto malévolo que sucedía en el mundo mágico, escuchando gritos adoloridos, presenciando escenas vengativas… Agnis había sido subyugado por el mal.

Después de tanto tiempo, la élite Macapa volvía a presenciar una vez más un episodio identitario de Natus Vincere.

—Ja, ja, ja —Reía desconsoladamente Agnis con una voz transfigurada. Luego de reír, se levantó donde se encontraba limpiándose con pequeñas palmadas. La élite Macapa estuvo siempre atenta a cada movimiento, palabra o insinuación de Natus Vincere.

Agnis chasqueó sus dedos transmutando la hiperrealidad: ya no se trataba de la casa de la élite Macapa, sino que se encontraban en un amplio espectro de batalla totalmente arborizado.

—No se puede hacer magia aquí… —expresó Katie.

—Oh, claro que se puede, querida —aseveró Agnis aún con la voz transfigurada. Con sus dos dedos, índice y corazón, la señaló, volteó su mano e hizo un gesto de traerla. Consecuentemente, Katie se elevó un poco de la superficie terrosa y se sintió gravitatoriamente atraída hacia donde estaba Agnis. Mientras Katie se avecinaba hacia donde Agnis, este con la misma mano la estiró y dejó al descubierto los dos dedos, índice y corazón, totalmente oscurecidos, dirigidos a tocar la frente de Katie.

—La oscurecerá… —gritó Emma. Luego sus ojos rutilaron en un destello eléctrico oscurecido y estos atrajeron fuerte y rápidamente a Katie.

—Oh, Emma —intervino Agnis—, ¿acaso, después de tanto tiempo, no has podido liberarte de esos sentimientos?

—Déjame ayudarte —El corazón de Emma languideció. Emma se tumbó al piso de rodillas con sus manos en el suelo.

—¿Cómo es que puede hacer magia? —interrogó Sebastián a Ethan mientras sostenía a Emma.

—Nunca hemos estado dentro de una… —respondió Ethan agazapándose para hacer algo respecto a Emma—, siempre ha sido él el que ha estado en una, no nosotros —reafirmó Ethan.

—Chicos, tenemos que hacer algo —dijo Katie un poco ansiosa—. La estamos perdiendo…

—Bésala —insinuó Ethan.

Katie se sonrojó y Sebastián se sorprendió que Ethan lo dijera. Ethan enarcó una ceja dejando que Katie viera tal gesto. Katie lo captó.

—«Encantamiento simbólico: beso del despertar» —Seguidamente Katie besó a Emma, esta empezó a recuperarse del ataque de Agnis. Una vez despertada del ensueño, Emma siguió besando a Katie apasionadamente. Katie un poco enrojecida apartó repentinamente a Emma, esta quedó viéndola fijamente. El corazón de Katie se aceleró. Sebastián se acercó a ellas dos.




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